El Club Rosario Central informó ayer que que cerrará el Caribe canalla los miércoles y jueves desde las 20 horas. La dirigencia tomó la decisión luego de los asesinatos del jefe de la barra Andrés “Pillín” Bracamonte y su ladero Daniel “Rana” Attardo. Es que justamente en el predio lindero al estadio Gigante de Arroyito sobre la costa del río Paraná, en esos momentos se reúne la hinchada canalla durante la semana, aunque también una gran cantidad de asociados. En concreto, el comunicado del club informó que, por tiempo indeterminado, los miércoles y jueves el lugar permanecerá abierto solo hasta las 20. El resto de los días de la semana se mantendrá su horario habitual.
Los dos jefes de la hinchada fueron asesinados a tiros el último sábado tras el partido del equipo auriazul contra San Lorenzo, cuando estaban sobre una camioneta Chevrolet S10 blanca en la zona de Avellaneda y Reconquista, a pocas cuadras de la cancha.
En la causa por el doble asesinato comenzó a sonar con fuerza la posible vinculación de una presunta banda narco que opera en la zona noroeste de Rosario, que estaría detrás del ataque, pero como ejecutores. Se la conoce como “Los Menores” y ya fue mencionada en varias notas e informes policiales por operar en los barrios 7 de Septiembre, Villa La Bombacha, Emaús, Stella Maris y Hostal del Sol.
Sin embargo ayer el sitio La politica online con la firma de Hernán Lascano, reveló que la justicia analiza el rol de un violento narco, con llegada a Pillín en la barra: se trata de Carlos Andrés Suárez, quien fue detenido el 1º de julio último conectado a un cargamento de 464 kilos de cocaína traída en avioneta e interceptada en San Justo. Cuando ya estaba preso, fiscales federales determinaron que "El Gordo Bichi", estuvo implicado en una historia en extremo siniestra, de una brutalidad poca veces vista, ocurrida a fines de 2022. El 24 de noviembre de ese año Suárez llegó a la cárcel federal de Ezeiza en una camioneta Toyota SW4 blanca a visitar a Fabián Gustavo Pelozo, apodado Calavera, un referente narco de Rosario de muy rápido crecimiento económico, dueño de gran sagacidad para la logística del narcotráfico y de crueldad extrema. Cuando Suárez y el grupo de visitantes salieron de la prisión la camioneta en la que habían llegado ya no estaba. El vehículo que estaba cargado con estupefacientes, dinero en efectivo y lingotes de oro había sido robado.
Fabián Pelozo al enterarse en su pabellón tuvo un estallido de ira. Propuso una recompensa de tres millones de pesos para buscar a los ladrones. Contrató sicarios de la zona de Rosario y del gran Buenos Aires para que se ocuparan de reparar el agravio. Tres semanas después, el 10 de diciembre de 2022, una Citroën Berlingo apareció calcinada en un campo de Guernica, vecina a la localidad de Glew y a 37 kilómetros de Buenos Aires. Adentro del vehículo estaban los cuerpos carbonizados de dos mecánicos, Silvio David Vitullo y Daniel Fabián Segura, quemados mientras estaban maniatados y con vida en la parte trasera del utilitario. Los reconocieron por muestras óseas y dentarias.
Los fiscales federales de la Procuración de Narcocriminalidad (Procunar) Diego Iglesias, Matías Scilabra y Matías Alvarez descifraron este caso truculento y brutal junto con el fiscal de la Procuraduría de Criminalidad Económica (Procelac) Juan Argibay en agosto pasado. Para ese momento Suárez llevaba un mes preso tras ser detenido por Gendarmería Nacional por el cargamento de 460 kilos de cocaína interceptado en San Justo. La Procunar también lo ubicó a Suárez como integrante del grupo criminal que intervino en un transporte de 389 kilos de cocaína secuestrados el 24 de septiembre de 2020 y en la distribución a organizaciones de Rosario.
Los investigadores revelan la relación íntima del barrabrava de Central Carlos Andrés Suárez con Fabián Calavera Pelozo. Y se centran en este último para explicar una meteórica carrera en maniobras de tráfico de drogas detectada a partir de 2015. Desde 2018 y a partir de facturación cruzada, consignaron los fiscales de Procunar, Pelozo se vinculó con Esteban Alvarado, un muy poderoso narcotraficante de Rosario. En 2019 Pelozo empezó a viajar asiduamente a Paraguay y montó una estructura que le permitió recibir grandes cantidades de droga vía aérea para distribuirla a Rosario y otras ciudades del interior del país.