"¿Por qué los campesinos siempre quedamos en la calle? Lo que nos pasó fue un abuso de autoridad. Pedimos justicia nada más ¡Que alguien nos escuche!", repitió ayer por la noche frente a la Comisaría de San Carlos, Socorro Guanca, integrante de la familia de artesanos y campesinos vallistos que fue desalojada violentamente del catastro rural fiscal 141 y sobre el que tramitaban la posesión veinteñal desde 2019.

El desalojo se desarrolló desde las 6 de la mañana del lunes último y desde ese día Carlos Guanca permanece detenido e incomunicado. "Liberen a mi hermano. Se ensañaron con mi sobrino", expresó Socorro anoche entre sollozos, reclamando también por su sobrino Rodrigo Condorí, quien tuvo que ser derivado de urgencia al hospital público de Cafayate por los golpes que recibió en miembros superiores por parte de efectivos de la Policía. Según informaron familiares, su estado de salud evoluciona favorablemente, aunque sigue con custodia policial. 

El martes 12 la fiscal de Cafayate Sandra Rojas "imputó de forma provisional a dos hombres de 31 y 45 años de edad por la presunta comisión de los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones leves". Sin mencionar los nombres de los dos campesinos, por quienes sus familiares, vecinos y amigos, pidieron ayer "justicia" frente a la comisaría de San Carlos, el Ministerio Púbico Fiscal de Salta informó que inició las actuaciones "a partir de la denuncia presentada por un sargento de la Policía de la Provincia, perteneciente a la División Infantería". 

La misma fuente precisó que ese policía declaró el pasado lunes que "durante un operativo de desalojo ordenado por el Juzgado en lo Civil y Comercial, Laboral y de Personas y Familia de Cafayate (a cargo de María Virginia Toranzos)" estos dos hombres les arrojaron a los policías unas cajas con abejas y provocron que varios resultaran "con múltiples picaduras en extremidades, cabeza, rostro, cuello y orejas".

La familia dió una versión diferente, particularmente sobre el momento en que Carlos Guanca y su sobrino se refugiaron en el interior de la casa de la vecina Ana Cisneros, el lugar donde se encontraba Juan Guanca, padre de Carlos, mientras se desarrollaba el desalojo. 

Tío y sobrino llegaron hasta esa vivienda corriendo, escapando de los disparos de efectivos policiales. Socorro Guanca dijo a este diario que las avispas se encontraban en panales dentro dl espacio que iba a ser desalojado, y se alteraron por la situación de tensión que se vivió. Socorro dijo que los policías creyeron que los Guanca querían usar las abejas para evitar el desalojo, pero los campesinos buscaban evitar que las avispas los picaran y por eso les pidieron repetidas veces a los efectivos de seguridad que se retireran. Ya en casa de Ana Cisneros, y sin mediar orden judicial, los policías capturaron a Carlos y Rodrigo Guanca. 

El episodio fue motivo de una manifestación por parte de la senadora provincial por el departamento San Carlos ayer en la sesión la Cámara de Senadores de Salta. "Quiero repudiar un desalojo violento en el municipio de San Carlos", expresó Sonia Magno. "Los uniformados ingresaron a una vivienda que nada tenía que ver con el conflicto", cuestionó. "Preocupa el accionar de los uniformados, porque entraron a esa vivienda armados y a los tiros, dejando un cargador". "Hay suficiente evidencia de lo que hicieron en ese lugar", denunció, y adelantó que solicitará un pedido de informes a la Policía de Salta para que ese organismo le remita datos precisos sobre ese operativo.

Por otra parte, en una conferencia de prensa, Ana Cisneros relató ayer cómo fue el desarrollo de los hechos cuando la policía ingresó a su casa en El Barrial, el paraje donde se desarrolló el violento desalojo. "Escuché entre doce a quince tiros, llantos, gritos", precisó sobre esa jornada. "El vecino estaba lleno de sangre", dijo sobre el momento en que Rodrigo Guanca fue golpeado por efectivos de la Policía de Salta. "Atiné a abrazar a mi hijo, llorando, desesperada, porque estabamos en medio de toda esa violencia. Yo accedí a recibir a Juan Guanca, porque el señor hace cuarenta años que vive allí y tenía que atravesar el desalojo recién operado. Lo volvería a hacer, porque son gente honesta", aseguró.