El presidente brasileño, Lula da Silva, y la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, se unieron para pedir que la deuda de los países pobres se convierta en financiación para la educación.
En una columna que publicaron ambos en el diario Le Monde, con motivo de la próxima cumbre del G20 en Brasil, Lula y la francesa Azoulay creen que con esos mecanismos de financiación "innovadores" es posible "romper" con el ciclo de pobreza, deuda y la crisis de la educación.
"Llamamos hoy a los Estados a reflexionar sobre un marco multilateral plenamente consagrado a la conversión de la deuda en finaciación duradera para la educación", afirman.
El texto recuerda que, según el último informe mundial sobre la educación de Unesco, presentado a finales de octubre, 251 millones de niños y jóvenes siguen sin poder ir a la escuela, y más de la mitad de ellos están en la región del África subsharaiana.
Insiste en que, incluso si son escolarizados, esos niños "están muy lejos de recibir la misma calidad de enseñanza y por tanto de tener las mismas posibilidades de éxito debido debido a las brechas tan importantes en la financiación de la educación".
Y es que según los últimos datos de la Unesco y del Banco Mundial, los países más pobres ingresos gastaron una media de 55 dólares por estudiante y año en 2022, frente a los 8.543 dólares de los países de mayores más ricos.
Lusa y Azoulay recuerdan que la falta de inversiones educativas en los países más pobres "no es una elección", sino que sus finanzas públicas "están exangües". Añaden que un 60% del los países de bajos ingresos están excesivamente endeudados o en riesgo delevado de estarlo, según el Fondo Monetario Internacional.
Y destacan que, en el conjunto de África, el coste del servicio de la deuda en 2022 alcanzó un montante comparable al de los presupuestos públicos de educación. "Es posible romper con esta triple crisis -de pobreza, de educación y de la deuda- a través de la solidaridad internacional y mecanismos financieros innovadores, entre ellos la conversion de la deuda en inversiones para la eduación", resumen.
"Pasar de iniciativas bilaterales a una iniciativa global"
Recuerdan que ya ha habido varias iniciativas bilaterales de este tipo, como un acuerdo alcanzado entre Francia y Camerún en 2006 para destinar más de mil millones de euros de deuda del país africano a la financiación de una estrategia educativa durante diez años.Un dispositivo similar puesto en marcha por España y Perú entre 2006-2017 permitió invertir 27 millones de euros de deuda del país latinoamericano en el desarrollo de la educación en sus regiones más pobres.
"Ahora tenemos suficiente información en este área como para imaginar que podemos cambiar de escala: pasar de iniciativas bilaterales a una iniciativa global", proponen el presidente brasileño y la directora general de la Unesco de cara a la cumbre del G20 en Rio de Janeiro de la próxima semana.