"El ritmo y el groove mueven la tierra", dice KILIMANJARO. Y da la sensación de que este africano asentado en Europa no habla en sentido figurativo: se sabe que la Tierra vibra, que tiene frecuencias naturales de oscilación indetectables para los humanos pero medibles, constantes. Se sabe, también, que los primeros instrumentos de percusión africanos imitaban los ritmos naturales (los latidos del corazón, los ciclos del día y la noche) para conectarse con la lluvia, la cosecha y la luna. La tierra, entonces, es todo para KILIMANJARO, el productor y DJ que eligió su nombre artístico por la montaña más alta de África: ubicada a casi 6 kilómetros de altura en Tanzania, forma parte del "techo" del continente y sólo el 40% de quienes intentan escalarla llegan a la cima.
¿Habrá elegido el nombre por la sensación de altitud que provoca treparla o por la dificultad de llegar a lo más alto? Como sea, el DJ mezcla los beats del afro, el amapiano y el house desde su adolescencia, cuando se animó a llevar su percusión afrocéntrica a los clubes europeos, primero en Escocia y luego en Londres, donde vive y pasa las noches rodeado de cuerpos transpirados y anteojos de sol. Este fin de semana, a más de 11.000 kilómetros de las fiestas londinenses, KILIMANJARO hará su debut argentino en el regreso de Creamfields, el festival británico que vuelve al país después de nueve años. "Traeré toda la energía, todo el corazón y toda la pasión que pongo en cada show", adelanta.
- ¿Qué historias buscás contar con tu música?
- Básicamente intento transmitir un mensaje de pasión, amor y autenticidad a través de la música que creo, que toco y a través de mi forma de actuar. Quiero que la gente se suelte y se divierta. Siento que es importante evocar un profundo sentido de esperanza y pertenencia, mientras aliento a la gente a liberar su carga. La música es libertad.
- Mezclás sonidos afro con elementos occidentales de una manera única. ¿Hay elementos específicos de tu infancia que sientas que moldearon tu sonido?
- Crecer en una casa extremadamente musical donde no había bloqueos ni límites sobre lo que podíamos llegar a ser me permitió explorar todos los elementos del espectro musical. También experimentar la cultura clubber británica de primera mano desde los 15 años (¡shh!) mientras compartía música con mi familia zambiana y amigos de la diáspora, realmente ayudó a moldear y dar forma a mi sonido.
- Estudiaste Product Design. ¿Cómo te ayudó la carrera a darle forma a tu proyecto musical?
- Tener la oportunidad de ir a la universidad es una bendición porque realmente tenés la chance de experimentar muchas culturas diferentes: música, comida, moda, religión. La escuela de arte es un lugar muy especial también. Si bien me especialicé en product design, aprendí muchísimo sobre digital, gráfica, animación, moda y textiles. Todo esto ayudó a construir no solo a KILIMANJARO, el artista, sino también a KILIMANJARO, la marca.
- ¿Cómo influye la moda en tu composición musical y shows en general? ¿La tenés en cuenta al producir un tema?
- La moda juega un papel importante en lo que siento que KILIMANJARO ha sido y está por convertirse. Cierro el año con mi primer lanzamiento solista en más de 12 meses y es el comienzo de lo que estuve creando, escribiendo, construyendo y formando durante los últimos 2 años. El proyecto abarca música, moda, arte y creatividad en su núcleo absoluto. No puedo esperar a que todos lo experimenten en su totalidad.
- La percusión es un pilar en tu música, reflejando tanto tus raíces zambianas como tu formación. ¿Creés que es esencial para la música de club?
- El ritmo y el groove mueven la tierra. Para mí, es donde todo comienza. Por supuesto que todos tienen derecho a su propia opinión, pero los drums y la percusión tienen el poder de llevar la música donde quieras. De elevar y de bajar. Están en el centro de mi proceso artístico.
- A través de tu marca, KILIMANJARO Music, ayudás a DJs y productores negros, mujeres y otras minorías. ¿Sentís que todavía hay una desigualdad racial y de género notable en la música electrónica? ¿No progresó la industria?
- Sí, diría que enormemente. La situación mejoró mucho desde que comencé mi viaje como artista y se están haciendo las preguntas correctas y teniendo las conversaciones adecuadas, pero siempre se puede hacer más. Siento que incluso dentro del mundo del afro-house y la afro-electrónica hubo un reciente aumento en la popularidad del género fuera de los espacios donde existía inicialmente. Con los muchos pros de esto viene el peligro de diluir la autenticidad de la música. ¿Cómo se está escribiendo y por qué se está escribiendo? ¿Quién la está escribiendo y por qué la está escribiendo? ¿Quién la está interpretando y por qué la está interpretando? La autenticidad es esencial y necesitamos asegurarnos de que las personas correctas reciban su reconocimiento y que la luz brille sobre quienes encarnan el arte.