La Plata, la ciudad planificada, nunca fue fotografiada. O al menos, desde su fundación ha carecido de un proyecto exclusivamente dedicado a retratar a su gente, sus calles y espacios públicos, vida estudiantil y cultural, celebraciones y tragedias, aquello que sale de sus márgenes y la desborda. Para corregir este vacío de nada menos que 142 años, el reconocido fotógrafo y artista platense Ataúlfo Pérez Aznar convocó a más de veinte fotógrafos vecinos y curó “La Plata, Berisso, Ensenada y su gente”, la primera publicación colectiva dedicada a registrar la vida cotidiana y los vínculos sociales de los habitantes del Gran La Plata.
Editado en el marco de la serie “Fotógrafos platenses” del Centro de Fotografía Contemporánea (CFC), el libro es un proyecto ambicioso compuesto por más de doscientas cuarenta imágenes en blanco y negro tomadas por veintiún fotógrafos bonarenses durante los últimos cuarenta años. Pérez Aznar, Helen Zout y Santiago Hafford, entre otros, aportan a esta publicación su particular visión de La Plata, Berisso y Ensenada. Así, unas sobre otras, sus fotografías se ofrecen como un atlas visual que no busca ser totalizador, sino más bien iluminar desde la expresión las complejidades de una extensa región que, en cada una de sus imágenes, se destaca por la humanidad de sus habitantes.
Esta cartografía sensible llena de historias bonaerenses será presentada el próximo 19 de noviembre, en un nuevo aniversario de la fundación de la capital de la provincia de Buenos Aires. Con la presencia de Pérez Aznar y gran parte de los fotógrafos participantes, el evento tendrá lugar a las 18.30 horas, en la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata, ubicada en la calle 6 al 592.
Romper con la tendencia
“Desde los ochentas empecé a dar talleres de fotografía donde el tema era La Plata. Acá lo único que estaba permitido fotografiar eran los edificios fundacionales, el museo, la catedral, la casa de gobierno. A mí eso siempre me pareció una negación bastante frustrante”, cuenta Pérez Aznar sobre los orígenes de un complejo proyecto fotográfico que intentó llevar adelante por más de cuarenta años. “Más allá de la circunvalación, que parece una muralla medieval con sus plazas y avenidas, somos negadores del resto de la ciudad, sus alrededores, la calidad de vida de sus habitantes y sus contradicciones”, agrega.
En 2021, luego de años de trabajos propios y debates en sus talleres de fotografía, siempre dedicados a desbordar los límites de lo fotografiable en la región, Pérez Aznar curó de forma independiente la muestra colectiva “La Plata, Berisso, Ensenada y su gente” en el Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano de La Plata. En ella se vió por primera vez el trabajo de veinte fotógrafos bonaerenses que interpretaron su ciudad a través de distintos enfoques, más allá de los sentidos impuesto por los gobiernos de turno, el gusto de las guías turísticas o los relatos importados desde la magnética capital porteña.
“Yo abordo la fotografía como medio de expresión. Esto es asumir las distintas miradas sobre una ciudad. ¿Cómo vamos a revertir el estado de cosas si no miramos críticamente a nuestro alrededor?”, dice Pérez Aznar, que convocó para esta exposición a una diversidad de fotógrafos, priorizando en su selección la variedad de enfoques sobre la región. “No fue un proyecto enciclopédico, tampoco se pueden inventar fotografías de lo que no hay, pero la intención fue cubrir la mayor cantidad de aspectos posibles”, agrega.
El interés que despertó en el público bonaerense esta muestra colectiva posibilitó la edición del libro homónimo en el marco de la serie “Fotógrafos platenses” que Pérez Aznar dirige desde 2023 y que, hasta la fecha, había publicado una serie de trabajos individuales. Así, “La Plata, Berisso, Ensenada y su gente” es la primera publicación colectiva de esta serie, pero también el primer fotolibro dedicado a registrar la vida cotidiana del Gran La Plata.
Una región compleja
La fronterización de una región siempre guarda un grado de arbitrariedad. Por ésto, la nueva publicación del CFC desdibuja los límites políticos para ir tras los pasos de los vínculos sociales que aúnan a los habitantes del Gran La Plata. “La división entre La Plata, Berisso y Ensenada es artificial. Después de la autodenominada Revolución Libertadora, el sector del radicalismo del pueblo pidió que se separen los municipios para ganar La Plata y perder Berisso y Ensenada, que no les interesaba”, dice Pérez Aznar. Y agrega: “Yo jamás comulgué con esa división. Es toda una región, aunque administrativamente siempre fue relegada”.
En el Bosque de La Plata donde se encuentran miles de estudiantes cada día de la primavera, en las playas de Punta Lara a las que se acercan a veranear las clases populares de todo el sur, o en los atiborrados estadios de fútbol que reciben aficionados todas las semanas, los fotógrafos descubren lazos sociales que exceden los límites municipales para contar historias compartidas que hacen a la identidad de la región. Lo mismo ocurre con los carnavales registrados por Pérez Aznar, los muñecos de fin de año fotografiados por Rubén Romano o las manifestaciones políticas retratadas por Julio Vitteri, Ana Julia Sorgentini y Daniel Carino.
Así como sucede con las celebraciones, los dolores también son compartidos. En las páginas de este fotolibro se observan los efectos arrasadores de la pandemia de COVID a través del lente de Gustavo Bezzolo, el tratamiento de niños con VIH mediante series desoladoras como “Máscaras” de Zout, la inundación del 2013 registrada por Hafford y las adversas condiciones de vida que enfrentan los habitantes de los asentamientos que rodean la ciudad de La Plata fotografiados por Sorgentini.
Si entre las complejidades de una región es posible encontrar un elemento identitario común, las imágenes de este libro iluminan, por sobre todas las cosas, la humanidad de los habitantes de La Plata, Berisso y Ensenada. En sus plazas, parques, diagonales, cafés, ríos, aulas universitarias y rutas, los veintiún fotógrafos bonaerenses convocados por Pérez Aznar descubren el encuentro colectivo para compartir, jugar, celebrar cuando es posible o simplemente acompañarse en las tragedias. Así, “La Plata, Berisso, Ensenada y su gente” no solo llena un vacío de registro centenario, sino que construye una memoria visual a través de la cual es posible mirar el futuro.