"Los libertarios le tienen miedo a Cristina como potencial candidata, hacen leyes a medida para que ella no participe del proceso electoral. Hay un intento claro de proscribirla. Hay un ensañamiento contra ella, tienen miedo de competir política y electoralmente con ella", afirmó ayer el excandidato a presidente y referente del Justicialismo, Agustín Rossi en Rosario. Son las conclusiones al cabo de una escalada de tensión política irradiada desde el Gobierno y que hizo eclosión con el fallo de Casación esta semana, que confirmó la condena a lo pirro en la causa Vialidad, la posterior quita de la jubilación y la pensión a la expresidenta, y ayer el impulso de una ley llamada "de ficha limpia" para prohibir la candidatura de cualquier persona con condena en segunda instancia por causas de corrupción. 

De fondo, las preocupaciones en el peronismo pasan por la reconstrucción y poder hacer pie en el escenario actual, donde Milei y sus aliados consiguen controlar la agenda pública. "Yo creo que el peronismo hasta ahora lo que hizo fue resistir, y lo hizo muy bien. Es el gran mérito de los bloques parlamentarios al oponerse a cada una de las políticas que expresa Milei", analizó Rossi en diálogo con radio Sí 98.9.

En ese sentido, eligió ver la mitad llena del vaso y dijo: "Hay que reconstruir la esperanza, y creo entonces que la asunción de Cristina al frente del Partido Justicialista es un primer paso. Como ella misma nos dijo el miércoles, creen que con esta condena la amedrentan, y en realidad la fortalecen".

En ese objetivo de reconstrucción, Rossi reprobó el voto dividido del PJ el jueves en Legislatura, cuando el perottismo acompañó al frente Unidos en la ley de reforma de la Corte Suprema provincial. "Fue un retroceso, mostrar un peronismo dividido en un tema tan sensible como la ampliación de los miembros de la Corte. La negociación es parte de la política, pero que sea a la luz del día y que no implique una fractura del peronismo", demandó puertas adentro.

Desde su espacio La Corriente, el dirigente viene recorriendo el mapa político y social del país; discrepa con otros dirigentes que eligieron bajar el perfil y desensillar tras la derrota. "Hay que hablar con los compañeros, escuchar, ver lo que pasa", recalcó.

El ex jefe de Gabinete consideró que pasó esa necesidad inicial de autocrítica para examinar el resultado de la elección, y urge acentuar el rol opositor. "Hay que actuar sobre la degradación de la situación social que provoca la crueldad de la política económica. No podemos ser espectadores de esto".

La opinión alude a su percepción de la ciudadanía postergada. "Hay mucha desesperanza en la gente. Uno baja en la escala social y los relatos son horribles, lacerantes. Mucha gente va a la feria del barrio con ropa que usa para canjearla por alimentos, una remera para canjearla por un paquete de arroz, un paquete de fideos. Y los alimentos que entregan a los comedores no alcanzan. La cantidad de gente que sale a cartonear debe haberse duplicado o triplicado", enumeró.

Rossi valoró que el comicio del año pasado no significó una derrota aplastante. "Estuvimos a 3 puntos de ganar en primera vuelta. O sea que es un dato a tener en cuenta, ese 44% de la población que esperaba más Estado presente, más educación y salud públicas, crecimiento económico con industrialización y trabajo. Nada de lo que hoy finalmente Milei ofrece", confrontó.

Soldado de mil batallas en la arena política, lo que Rossi insiste en apuntar es que la esperanza se puede construir desde la angustia. "La angustia del pibe que se tiene que volver a la casa de los padres porque no puede renovar el alquiler; la angustia del que perdió el laburo y no encuentra otro; la angustia del jubilado que va a la farmacia y tiene que elegir qué remedio dejar de comprar porque no le alcanza; la angustia del empresario pyme que no produce, del comerciante que no vende. Eso en términos individuales es angustia, y en términos colectivos tiene que transformarse en esperanza, y debemos encargarnos de eso con política", tradujo.