Match Point

2005

El último gran éxito comercial en la carrera de Woody Allen, protagonizado por Scarlett Johansson, Matthew Goode y Jonathan Rhys Meyers, fue también su primera gran escapada fuera de la Gran Manzana y zonas aledañas. El film, filmado en el Reino Unido, también incluye, como Golpe de suerte en París, un triángulo central y las posibilidades del crimen como ingredientes esenciales de la trama, en aquel caso con el trasfondo del mundo del tenis y la pequeña pelota amarilla haciendo las veces de metáfora sobre el azar. Reflexionando acerca de una de sus mejores películas, Crímenes y pecados (1986), con la cual Match Point ofrece puntos de roce, el cineasta declaró que “quería ilustrar de una forma entretenida que no hay Dios, que estamos solos en el universo, y que no hay nadie ahí afuera para castigarte. Que no habrá ningún tipo de final al estilo Hollywood en tu vida, que tu moral depende de ti mismo. Si tú puedes cometer un crimen y vivir con ello, está bien; la gente comete crímenes todo el tiempo, crímenes terribles y violentos contra otra gente de una u otra manera, y salen impunes y pueden vivir con ello”.

Vicky Cristina Barcelona

2008

Allen volvería a España, más específicamente a San Sebastián y a su famoso festival de cine anual, en Rifkin's Festival (2020), pero su primer viaje cinematográfico ibérico fue este largometraje rodado en parte en Asturias y la comunidad de Cataluña. Dos jóvenes de vacaciones en Barcelona se cruzan con un excéntrico artista plástico y su exesposa, punto de ignición de una explosiva relación cruzada que termina de estallar cuando el contingente se desplaza a Oviedo para pasar unos días. Allen recuerda que motivó y empujó a Penélope Cruz y a Javier Bardem para que improvisaran constantemente. “Son actores excelentes e improvisaron todo el tiempo. Yo no tenía ni idea de qué decían, pero por el lenguaje corporal podía saber que era la escena que yo había escrito. No eran las palabras escritas en el guion, pero era obvio que se estaban separando o discutiendo sobre su vida emocional. Nunca supe qué decían hasta que volví a Nueva York y llegó el momento de poner los subtítulos. Algo así sólo puede hacerse si se tiene una historia para contar. Mientras se trate de una historia decente, todo el mundo posee el sentido común necesario para acompañarla”.

Medianoche en París

2011

Doce años antes de Golpe de suerte en París Woody Allen filmó en la misma ciudad el largometraje protagonizado por Owen Wilson y Rachel McAdams, una pareja que viaja a la capital francesa junto a la rica familia de la joven. Una vez allí, el guion introduce un elemento mágico y el protagonista, un escritor deprimido ante su fracaso como novelista, se traslada todas las medianoches a una París diferente: la de los locos años 20, habitada por algunas de sus figuras artísticas más relevantes. “Lo cierto es que no tuve que investigar demasiado para escribir el guion”, declaró Allen en su momento. “Son algunos de los gigantes del arte del siglo XX: Hemingway, Dalí, Picasso, Fitzgerald, Porter. Son tan vívidos y con estilos tan prominentes que no requirieron de investigación alguna. París siempre implica romance, aunque en un primer momento no sabía qué ideas circularían en la película. Luego apareció la imagen del protagonista paseando y un auto con gente en su interior tomando champagne. Alguien dice ‘¿Por qué no subes?’, y desde allí el guion se desarrolló fácilmente. Una vez que tengo la idea, escribir es sencillo. Puedo hacerlo en tres o cuatro semanas”.

A Roma con amor

2012

Cuatro historias en paralelo que transcurren en la capital italiana, casi todas protagonizadas por extranjeros que llegan a la ciudad por motivos diversos. El nutrido reparto incluye al propio Allen y a figuras como Roberto Benigni, Penélope Cruz, Alec Baldwin, Jesse Eisenberg y Greta Gerwig. En ocasión del estreno, el realizador declaró que la idea de filmar una película en Roma estuvo dando vueltas en su cabeza durante mucho tiempo. “Los distribuidores de mis películas en Italia siempre me decían que fuera a filmar allí. Finalmente, logramos reunir el dinero necesario para hacer la película. Roma es una ciudad hermosa. Visualmente es muy llamativa, y hay una sensibilidad italiana y una gran tradición cinematográfica que te llevan a contar historias diferentes. Hay algo ligado a la ópera, cosas que tienen que ver con los paparazzi, una pareja recién casada que llegan al lugar y se separa. Esas son cosas muy romanas. Roma es además una ciudad vital, con personajes graciosos y una actividad constante que hacen que las calles sean de una manera particular. La película sería muy diferente de haber sido filmada en Berlín o Bruselas, por ejemplo”.