“El correo ya está desregulado desde 1993, cuando el decreto 1187 de Carlos Menem estableció un canon anual de 5.000 dólares para habilitar a las empresas privadas en el sector. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner introdujeron regulaciones para proteger los derechos laborales y las operaciones de Correo Argentino. La medida del gobierno de MIlei representa un intento de vaciar la empresa estatal, hoy el Correo Argentino no da pérdidas, llega a zonas que las empresas privadas no cubren y está en manos del Estado, pero estamos ante decisiones políticas que, como trabajadores postales, estamos dispuestos a resistir”.
(Walter Palombi, secretario general del Sindicato de Correos y Telecomunicaciones filial Rosario).