En el barrio de Floresta, ubicada en la calle Azul 92, se encuentra la que supo ser casa del gran Gabino Ezeiza. Conocido por su virtuosismo en la guitarra y por introducir la milonga en las payadas. Ezeiza nació el 19 de febrero de 1858 en el barrio de San Telmo y creció en un contexto marcado por la marginación de la población afroargentina. A los catorce años, debutó como payador en una pulpería porteña, iniciando un camino que lo llevó a recorrer los pueblos de todo el país y a convertirse en un ícono del arte popular. Su vida como payador fue intensa y productiva, con actuaciones que incluyeron presentaciones junto a figuras de la época y discos grabados que inmortalizaron su voz. La obra más famosa de Ezeiza, Saludo a Paysandú , fue un canto de hermandad con el pueblo uruguayo que consolidó su figura a ambos lados del Río de la Plata.

En una ceremonia realizada en octubre del 2022, familiares, vecinos y representantes de la Comuna 10 se reunieron para rendirle homenaje a su último hogar, donde una placa conmemorativa recuerda los años en que Ezeiza vivió y dejó sus huellas en el barrio. La iniciativa forma parte del Circuito Cultural de la comuna, un proyecto que busca poner en valor espacios y figuras de gran trascendencia histórica. Este acto también contó con la participación de representantes de Paysandú, quienes reconocieron el vínculo fraternal que el payador forjó con su ciudad en vida.

La vida de Gabino Ezeiza estuvo marcada no solo por su talento musical, sino también por su lucha en defensa de los derechos de la comunidad afroargentina. Su carácter y su postura social hicieron de él un referente en la lucha por la justicia en una época marcada por la desigualdad social. Figura habitual en los comités políticos y en lugares de encuentro como el Café de los Angelitos, compartió largas conversaciones con personalidades como Carlos Gardel y José Razzano.

Este reconocimiento en la casa de Azul 92 no es el primero que se le rinde a Ezeiza, pero no deja de ser una oportunidad para redescubrir su legado y la importancia de la cultura afroargentina en nuestra historia. El hogar de Gabino Ezeiza, representa una herencia cultural invaluable. Es tambien un lugar que rinde homenaje al pueblo negro que, al igual que él, lucha por el reconocimiento de la comunidad como parte constitutiva de nuestra identidad nacional. Hoy su legado invita a generaciones a seguir el camino del antirracismo y que el arte sea una de las grandes formas de militarlo.