“Cuando uno está frente a don Pancho, es como si juera ante un pedazo’el cielo. Tiene esa mirada que apacigua. Nuhay necesidá´e contarle nadita; él lo mira adentro, de lejos”.

Es un fragmento de la novela Era en la soledad, de Juan José Oppizzi, publicada recientemente por Serial Editorial. La novela está basada en la vida de Pancho Sierra. El hombre que nació en la ciudad bonaerense de Salto el 21 de abril de 1831 y que logró popularidad con su don de la sanación por medio del agua brotada de su aljibe, que aún se mantiene en pie.

Oppizzi vive en Arrecifes, Es escritor, investigador y conferencista. Ha publicado veinticuatro libros entre novelas, poemas, cuentos, ensayos, obras dramáticas y aforismos. En este libro narra la vida de un joven Francisco Sierra, desde su infancia y una adolescencia difícil a causa de la tristeza que cargó durante años. Un pasado con amores perdidos y el paso del tiempo que lo convirtió en un hombre de palabras sabias, imponente en su oratoria, con una mirada profunda e intimidante.

Ese es el eje que compone este libro dedicado a refrescar aspectos que el mito desplazó o hizo olvidar. La vida de un sanador, pero ante todo un ser humano conmovido por los sufrimientos de los semejantes.

Francisco “Pancho” Sierra vivió en Rancagua, luego en Rojas y finalmente se radicó en la estancia El Porvenir, en el paraje rural de Carabelas, entre Pergamino y Rojas.

Dedicó su vida a los necesitados, a sanar con un don que lo rodeó de amigos fieles y muchos enemigos. Sierra sacaba agua de su aljibe y curaba a los enfermos, hacía caminar a los inválidos y, según cuenta el relato oral, volvió a la vida a más de uno. Personas de todo el país acudían en busca de alivio, aunque también él podía adivinar una enfermedad, una muerte prematura, una mentira maliciosa.

La novela de Oppizzi lo presenta como el hombre milagroso que fue. Gran observador de la vida cotidiana, del paisaje, de los gestos de los hombres y las mujeres, todo a Pancho Sierra le decía algo, le anunciaba, lo hacía predecir. Su hogar era la naturaleza de la llanura, su elemento fundamental para sanar el espíritu y el cuerpo. Una novela que habla del amor profundo y fiel del hombre milagroso hacia su joven mujer. Hizo lo que le dictaba su corazón, sabiendo que su vida no era para siempre y jamás se dejó llevar por las habladurías de los malintencionados que quisieron ensuciar su nombre.

Sierra falleció el 4 de diciembre de 1891 y su mausoleo está en el cementerio de Salto.

Oppizzi le da voz, lo vuelve a la vida, al presente, donde tantos fieles lo esperan. Las palabras del sabio dicen que “la convalecencia de cualquier enfermedad ayuda a reflexionar, a buscarse a uno mismo. Voy encontrándome”.

Serial editorial forma parte de una Cooperativa en Salto y el eje de rotación de la organización es el desarrollo de contenido ligado al arte popular, al patrimonio natural, el revisionismo histórico y el pensamiento crítico. Un posicionamiento que permite una mirada situada, geofísica y desde el territorio bonaerense, entablando un diálogo universal con toda esa carga identitaria. Sus publicaciones buscan documentar, dejar registros de la cosmogonía de la diversidad artística argentina.

Con la publicación de Era en la soledad busca reivindicar el pueblo criollo. Entre otras novelas inspiradas en la historia popular publicaron Aventuras del Cabo Laguna, una saga criolla.

La acción, la emoción, una sabiduría indígena y criolla afloran desde la tierra del gaucho santo, en páginas nutridas del agua de un aljibe que llega a las profundas raíces en tierra bonaerense.