La decisión de Javier Milei de no hacer concesiones a los reclamos de las provincias terminó por empantanar el debate por el Presupuesto 2025 en la Cámara de Diputados. Las frustradas negociaciones y el ninguneo del Gobierno, enardeció a los gobernadores colaboracionistas del PRO, la UCR y del peronismo de Córdoba que amenazan con presentar un dictamen propio con sus demandas y en el que ya habían trabajado desde el bloque de Encuentro Federal (EF). Tampoco descartan retomar la sesión que ayudaron a voltear el martes pasado para tratar los límites a los DNU y el decreto que flexibilizó el canje de deuda sin pasar por el Congreso, para intentar forzar algún acuerdo con la Casa Rosada. Desde Unión por la Patria anunciaron que llevarán al recinto un dictamen propio que propone la reposición de partidas que el Ejecutivo recortó a las provincias, y los ajustes previsionales y el financiamiento para las universidades nacionales que vetó el Presidente, al tiempo que volvió a poner en duda la verdadera intención del Gobierno sobre la aprobación del Presupuesto. El FIT también se pronunció por el rechazo al proyecto libertario. De no haber cambios, en la reunión de la comisión de Presupuesto prevista para el martes próximo, LLA quedaría en soledad para intentar dictaminar su propio Presupuesto mientras el Gobierno explora distintos caminos para no ceder a los reclamos: si algún proyecto opositor prospera en la Cámara baja podría no convocar a sesiones extraordinarias y postergar su tratamiento en el Senado que recién lo podría retomar en marzo del año próximo; y si entonces la resistencia opositora persistiera podría recurrir al veto parcial de los artículos que incluyan las demandas provinciales; o reconducir el actual Presupuesto (de 2023) y manejarse con la misma discrecionalidad que hasta ahora en el manejo de las partidas.
¿Colaboracionismo sin fin?
Los gobernadores colaboracionistas ayudaron a voltear la sesión del martes pasado en la que el grueso de la oposición proponía modificar la ley de DNU que pone límites al abuso que Milei hizo de ellos y rechazar el decreto que habilita al Gobierno a renegociar la deuda pública (externa e interna) sin acogerse a la legislación vigente ni el control del Congreso. La zanahoria mileista fue reabrir el debate postergado en Diputados sobre el Presupuesto, en el que los mandatarios provinciales dialoguistas tenían puesta su expectativa para que se abran camino algunas de sus demandas.
El oficialismo cumplió con su parte, pero en la reunión de este jueves en la comisión de Presupuesto de la Cámara baja, su presidente, el libertario José Luis Espert, echó por tierra las expectativas de los Gobernadores y propuso dictaminar el proyecto del Gobierno sin modificaciones el próximo martes, ante la decepción de los diputados dialoguistas que evitaron rubricar en ese instante el despacho del Gobierno.
Ante el nuevo escenario, los bloques colaboracionistas comenzaron a delinear caminos alternativos con una premisa: mejor es tener un presupuesto y que no se prorrogue al actual. En el PRO prevalecía la idea de acompañar con disidencias el dictamen oficial; lo mismo EF que ya había desechado su propio dictamen a la espera de un acuerdo con los gobernadores, y la UCR seguiría el mismo camino. Todos con la ilusión de poder introducir modificación en el recinto –con el aval de LLA-- que aporte alguna migaja para sus mandatarios provinciales.
Rebelión dialoguista
Por la tarde de ese mismo jueves, los gobernadores se convocaron en el Consejo Federal de Inversiones en una reunión prevista para otros temas pero donde el Presupuesto pasó a ser el eje central. Allí estuvieron Ignacio Torres (PRO-Chubut), Gustavo Melella (PJ-Tierra del Fuego) y Axel Kicillof (PJ-Buenos Aires), mientras que desde otras provincias algunos gobernadores como Martín Llaryora (PJ-Córdoba) y Sergio Ziliotto (PJ-La Pampa) participaban vía Zoom, lo mismo que algunos funcionarios de otras administraciones provinciales. Hubo otros que lo ignoraron, como el santafesino Maximiliano Pullaro (UCR-Santa Fe): “La verdad es que no sabemos quiénes participan ni cuáles el motivo del encuentro”, respondieron sus colaboradores ante la consulta de PáginaI12. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri (PRO-CABA) ya no había anunciado que no participaría del convite. Al final del encuentro no hubo declaración oficial ni política de ninguno de los participantes.
Más tarde se conoció que los mandatarios referenciados en el disuelto Juntos por el Cambio y el cordobesismo hicieron su propia evaluación sobre las negociaciones con el Gobierno. El borrador que sin plata había ofrecido a cambio el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo dejaba los reclamos de los mandatarios sobre obras públicas sujetos a la discrecionalidad del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los acuerdos para cancelar deudas a la negociación entre Nación y las provincias. Muy lejos de sus aspiraciones.
Acordaron que el martes próximo el PRO, la UCR y EF llevarán a la comisión de Presupuesto un dictamen propio con sus demandas: Financiamiento por compensación del pacto fiscal del 2017 celebrado entre las provincias y la administración de Cambiemos; coparticipación de los Aportes del Tesoro (ATN) no distribuidos durante este año; reducción del aporte realizado por las provincias de los fondos coparticipables por financiamiento a la ex AFIP; eliminación de las afectaciones específicas del impuesto a los combustibles (como obras viales y subsidios al transporte) para que los mismos sea coparticipables; y el financiamiento del déficit de las cajas previsionales no transferidas a la Nación por encima de los 254 millones de pesos asignados por el Gobierno central.
La decisión ya fue comunicada al propio oficialismo, que también sabe que su aliado Mauricio Macri habilitó la disputa con el Gobierno tras comunicarse con sus gobernadores más afines. También pende la amenaza de respaldar la sesión que ayudaron a frustrar el tratamiento de los DNU y el decreto del canje de deuda, que un sector de la oposición volvió a pedir para el jueves próximo, el mismo día que los libertarios quieren llevar el Presupuesto al recinto de la Cámara baja.
La rebelión de los colaboracionistas deja solo al oficialismo y abre una encrucijada para el Gobierno, que aun maneja un menú de opciones sobre el Presupuesto (postergar el debate, prorrogar el actual o vetar parcialmente un proyecto opositor) pero donde ceder a las demandas de la oposición no figura como prioridad.