"Cuando parece que todo está tranquilo es cuando más se tienen que extremar las alertas para cuidar lo conquistado y no permitir que algunos hechos nos hagan retroceder", dijo el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni, a poco de cumplirse un año de la gestión. En ese sentido, se refirió en Radio2 a los últimos hechos resonantes -como el crimen de Andrés "Pillín" Bracamonte-, y señaló que a esta altura del año la baja de homicidios en Rosario se traduce en un tercio de los del año pasado; mientras que en Santa Fe ciudad, la merma es de más de un 50 por ciento. Además, anunció que la provincia avanza en un nuevo protocolo de violencia de género con un "paquete de medidas". Y al hablar de la justicia federal, señaló que "el resultado del desempeño es cuanto menos mediocre y llamativo“.  

Para Cococcioni, en materia de Seguridad, "hay resultados de un plan que están a la vista", indicó sobre el programa que apunta a "ir gradualmente reduciendo los principales indicadores de violencia y delitos pero ha sido más abrupto que en los mejores pronósticos que se podían tener hace un año o un año y medio”. En ese sentido consideró que "la variable más importante fue el control de las calles, la reconstrucción del policiamiento urbano, pasamos de 19 móviles a los 240 que hay ahora, contando las fuerzas federales; y hay una coordinación y trabajo conjunto con las fuerzas federales”, enumeró en la emisora.

El ministro fue consultado por el crimen de Bracamonte y su ladero Daniel Atardo, y fue cauto. “La respuesta estatal será al momento de llevar a los autores detenidos a audiencia. Ese es el momento para el que tenemos que trabajar y estamos trabajando. Se trabajó muy bien y coordinado con la Fiscalía desde el principio y, entiendo que en poco tiempo, se va a estar ventilando un avance importante”. Al mismo tiempo, planteó: “Estamos en otro lugar y la situación se va a poder controlar de otra manera. En los días posteriores (al crimen) muchos pensaban que iba a pasar algo, después pasó a ser este fin de semana y ahora el horizonte es que va a ser el primer partido de local. Estamos trabajando para dar la cobertura de seguridad. Va a haber un período de extremar las precauciones, revisar los protocolos y redoblar los esfuerzos para poder garantizar la seguridad hasta que se vea cómo se ordena y, si no ocurre nada, se irá normalizando”, remarcó.

Al hablar de femicidios --el de Sofía, en San Lorenzo, fue el más resonante de los últimos días-- el ministro dijo que la provincia avanza en un nuevo protocolo de violencia de género. “Cuando tengamos todo va a haber un anuncio de un paquete de medidas muy agresivo. Vemos que ahí hay un nicho de homicidios que a lo mejor no aparece en la diaria, pero llega un momento en que no vamos a poder bajar más porque nos vamos a encontrar con un piso de cristal que son los homicidios que ocurren por motivos interpersonales o en un contexto familiar o de género. Pensamos un paquete de medidas para activar rápidamente las denuncias y las medidas de monitoreo sobre las personas denunciadas y del presunto agresor”, sostuvo.

Sobre los procedimientos de identificación en la calle, que generaron controversias y pronunciamientos judiciales, dijo que “por semana había entre 700 y 800 detenciones por averiguación y en promedio 56 positivos. De 700 personas que 50 tengan pedido de captura activo, casi que justifica molestar a las otras 650”.

Consultado sobre el allanamiento a la oficina del juez federal Marcelo Bailaque, el funcionario reconoció que “es un tema muy preocupante pero que no sorprende”. Si bien evitó hacer un juicio de conducta sobre un magistrado en particular, remarcó que “durante años en la provincia de Santa Fe al fuero federal el narcotráfico le pasó por debajo del radar sin ser detectado, o al menos sin ser procesado judicialmente”. Además, recordó que “el otro día a Alvarado, jefe de una banda narco, le dieron 5 años de prisión por narcotráfico. En Santa Fe son cuatro años por microtráfico”, comparó. “Esperamos que la implementación del sistema acusatorio lleve a que estas cosas salgan del secretismo y puedan detectarse”.