Desde Río de Janeiro
Desde que Lula fue a Buenos Aires y se dieron el fraternal abrazo con Néstor, los dos países han tenido las relaciones más estrechas de toda su historia. Ambos países han pasado a ser el eje de los procesos de integración latinoamericana.
Los dos países han tenido no solamente relaciones económicas, sino también políticas, de las más cercanas. Lula y Néstor, Cristina y Dilma han formado parejas políticas fundamentales en este siglo. Nadie podría imaginar que en poco tiempo Argentina y Brasil pasarían a tener destinos tan diferenciados como los actuales.
La reunión del G20 en Brasil es un momento de auge del prestigio de Lula a escala internacional. En Río de Janeiro están presentes los presidentes de China y de Estados Unidos, entre tantos otros jefes de Etado, obedeciendo a la pauta de temas privilegiados por Lula.
Combate al hambre, a la pobreza y a la desigualdad. Sustentabilidad, cambio climático y transición justa. Reforma de la gobernabilidad global. Estos tres temas son el centro de los debates y de la declaración final de la reunión.
La recepción de Lula a los jefes de Estado tuvo como un momento de desencuentro en el cumplimiento protocolar que tuvieron Lula y Milei. Saludo de manos formal, sin ningún otro tipo de acercamiento. En contraste flagrante con los saludos que Lula reservó para todos los otros mandatarios. No habrá reunión bilateral entre ellos. Por primera vez el viaje de uno de los presidentes al país vecino no incluye una reunión entre ambos jefes de Estado, marcando el peor momento de la relación bilateral.