Las discusiones en la Cumbre Climática de Azerbaiyán continúan y el debate gira en torno al protagonismo que deberían asumir los países del G20 y no asumen. El grupo nuclea a las naciones más poderosas, las que más contaminan y, al mismo tiempo, las que menos compromisos toman en el combate de calentamiento global. De hecho, las economías de estos territorios desarrollados son las responsables del 80 por ciento de las emisiones. Por el momento, sin embargo, la frustración por un nuevo pacto se hace notar y el pesimismo supera a las esperanzas entre los presentes.