La política exterior del Mercosur bajo los gobiernos de Macri en Argentina y Temer en Brasil es evaluada por Cecilia Malmström, comisaria de comercio de la Unión Europea, como “una ventana de oportunidad”. “Estamos hablando de un enorme mercado tradicionalmente cerrado” señaló al Financial Times hace unas semanas. Los beneficios para la Unión Europea de un acuerdo de libre comercio con el Mercosur alcanzarían los 7200 millones de dólares, según señala el Financial Times, y estarían centradas en los rubros industriales, especialmente automotriz, que ya conformaron el 95 por ciento de las exportaciones europeas al bloque comercial en 2016.

Lo que no queda claro son las ventajas para el Mercosur y, especialmente, para Argentina. En el caso de Brasil, el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea fue pensado como una estrategia defensiva ante el avance de China e India sobre ese mercado. La pérdida de ciertas ventajas de ingreso al mercado europeo sucedido en 2014 bajo el pretexto de que la expansión económica de comienzos del siglo XXI había permitido a Brasil y Argentina acceder al estatus de países de “ingreso medio”, desató la alarma de algunos empresarios brasileños con negocios en Europa. Si bien un acuerdo de libre comercio con esa región generaría daños en la industria brasileña, era considerado un mal menor frente a la potencial pérdida de ese mercado frente la periferia industrializada asiática y algunos países latinoamericanos con acuerdos de libre comercio ya firmados. 

En el caso argentino las ventajas son más dudosas. La pérdida de preferencias comerciales no afectó en gran medida nuestras exportaciones a la Unión Europea concentradas en un pequeño grupo de bienes primarios (pellets de soja, cobre, mariscos, carne, limones, maní y vinos, entre los principales). El acuerdo de libre comercio podría expandir las ventas de biodiesel y carnes, básicamente. Sin embargo, aún no hay información sobre la medida en que los europeos están dispuestos a abrir su mercado a esos rubros, especialmente por el fuerte lobby de los granjeros y el crecimiento de los partidos políticos proteccionistas en las últimas elecciones.

Si está claro lo que se perderá: los sectores de la industria automotriz, maquinarias y línea blanca serían las principales víctimas en el acuerdo. No sólo por el ingreso de los productos europeos, especialmente alemanes, al mercado local, sino también por la pérdida del mercado brasileño ante el ingreso de productos europeos sin aranceles. El impacto sobre el saldo comercial argentino será negativo. La pregunta es cuál será la magnitud del daño dependiendo de cuánto esté dispuesto a ceder Europa de su mercado agropecuario.

Pero el acuerdo extiende los beneficios para Europa al área de servicios, patentes y acceso privilegiado a las licitaciones para obras públicas. Son todas áreas donde no existe reciprocidad dada la escaso desarrollo de nuestras empresas al respecto y que las pocas con capacidades, ejemplo Techint, hace tiempo se trasnacionalizaron y no ingresan a al país los beneficios de sus inversiones externas.

@AndresAsiain