Noviembre fue un mes lleno de ferias editoriales, festivales literarios y recitales de poesía en la Provincia. Muchos de estos eventos tuvieron sus primeras ediciones, como es el caso de la FLICH, la tercera edición del Festival del Libro de Chivilcoy, que finalizó este fin de semana. Se trata de un encuentro de literatura y poesía que nació en el año 2022 en la librería Macondo para que el arte y su público se reúnan entre libros, editoriales, lecturas, charlas, talleres, entrevistas y música.

Pasaron por el Festival más de 2000 personas que se acercaron en una tarde lluviosa a recorrer y escuchar a los autores y autoras invitados, entre los que se encontraban Martín Kohan, Dolores Reyes, Alejandra Kamiya, Walter Lezcano, Marico Carmona, Matías de Rioja, Damián Mariani, Tomás Gigante, Estefanía Enzenhofer, Gito Minore, Karen Alesi, Nicolás Leiva, entre otros.

El discurso inaugural lo brindó el poeta, periodista y escritor, Walter Lezcano, que comenzó proponiendo romper el lugar común de la literatura como refugio. “Comprendí de una vez y para siempre que la lectura es la mayor de las aventuras. Y, además, esto me resultó vital comprenderlo, la lectura era La Vida en toda su dimensión. No era un refugio, no era un escondite, no era una cama para meterse debajo, no era un muro para estar a salvo detrás. Era, digo, la lectura, un trampolín para meterse en la vida con muchísima más fuerza, ímpetu y, claro que sí, riesgo. La lectura como vehículo para viajar hacia zonas inesperadas e incomprensibles de la experiencia venidera” dijo dando apertura al recital de poesía dónde leyeron poetas locales e invitados de distintas partes de la Provincia.

Martín Kohan brindó la charla “Una motosierra hecha con palabras: ¿qué puede hacer la literatura en tiempos violentos?” en donde capturó a la audiencia contando un ejercicio sociológico que solía proponer a sus alumnos adolescentes que era el de agarrar un libro y leerlo por quince o veinte minutos frente a sus padres. Entre risas contaba que al poco tiempo, los padres interrumpirían la escena de lectura con las preguntas "¿estás bien? ¿te pasa algo?". Es que, dice Kohan, la lectura tiene buena prensa pero asusta. Hay una incomodidad frente a eso que hace el otro, que abre un otro mundo que puede ser habitado en soledad.

La multitud aplaudió la defensa de la literatura por sus autores.

Una de las invitadas más esperadas del festival fue Dolores Reyes, quien está enfrentando una polémica hace días que la tiene como protagonista. En la red social X (ex Twitter), la vicepresidenta Victoria Villarruel cuestionó que su novela “Cometierra” formara parte de los planes de lectura en las escuelas de la Provincia, acusando a Kicillof de promover contenidos que "sexualizan a los chicos”.

La novela narra la historia de una adolescente, huérfana desde el momento en que su madre es asesinada por su padre, quien luego desaparece. Así surge su clarividencia, ella come la tierra de la tumba de su madre y la ve. El barrio se entera y le lleva botellas de tierra pisada por las desaparecidas, para que las encuentre. En la novela, Reyes, logra mezclar misterio, romance y sexo con una trama que denuncia la violencia en los barrios, el desamparo de sus adolescentes y también los femicidios. La novela surgió de las experiencias que ella misma veía y oía que contaban sus alumnas, adolescentes de Pablo Podestá.

Kohan se explayó sobre la polémica y afirmó que nos encontramos en un momento de violencia esteril en dónde no se produce discusión. “El debate se impide constantemente, no hay intercambio de ideas. Celebraría que discutieramos públicamente un libro, de verdad, pero no es eso lo que está pasando. No les interesa dar una discusión literaria, no leyeron el libro y no les parece importante haberlo hecho para cuestionarlo. No les parece ni siquiera que están en falta por hablar de algo que no leyeron. Estamos en un momento en el que se puede decir cualquier cosa. Acusan de pornografia una escena en donde hay sexo y deseo. Ellos son los que viven hablando de nuestros culos violados, con imágenes de un alto retorcimiento sexual que superan discurso a discurso. Lo único que hacen es insultarnos. Desde que asumieron, creo que todos los ciudadanos incorporamos una nueva condición, la de la denigración. Todos los días nos basurean, nos rebajan. Tenemos que explicar que nuestros trabajos no son curros, que no somos adoctrinadores, sino docentes que fomentan el pensamiento crítico. Necesitamos recuperar nuestra dignidad” concluyó Kohan, entre aplausos.

Cuando fue el turno de dar su charla, Dolores Reyes comenzó diciendo que es hija de la escuela pública y que la escuela es un lugar privilegiado para la formación de lectores. Prefirió no extenderse sobre la polémica que le hizo mucho daño, pero "también a todos los docentes que brindaban el libro en las escuelas y están siendo perseguidos por padres y directivos, poniendo en juego sus trabajos". Reyes finalizó su charla convocando a la lectura colectiva que se hará de su novela. Será el sábado 23 de noviembre en el Teatro Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo, a metros de Callao y Corrientes), desde las 10 de la mañana. Un centenar de escritores y escritoras acompañarán la acción para frenar la persecusión y la censura.

Samantha San Romé, una de las organizadoras de la FLICH, reflexiona que para ellos "es un orgullo que las palabras de referentes culturales, de la literatura y de la poesía también se pronuncien en nuestro territorio, en nuestra ciudad, en Chivilcoy. Esas declaraciones se van convirtiendo en patrimonio cultural de la ciudad. Son reflexiones que se hicieron y pensaron en nuestro territorio”.

Ambos organizadores, tanto San Romé como Maximiliano Gesualdi, hicieron hincapié en la importancia del disfrute y el goce alrededor de la lectura. “Esto es una fiesta. El acceso a la cultura es un derecho. En este contexto nos piden lo contrario, que nos sacrifiquemos. Dicen que tenemos que sufrir para poder disfrutar. Ya sabemos que para ellos, en la historia de este país, eso no llega nunca. En este momento, la calidad de vida de las personas se ve deteriorada abruptamente, para nosotros poder plantear un espacio de disfrute, de reflexión, de escucha, de pensar el mundo en el que vivimos y en el que queremos vivir es todo un logro” dijo San Romé. Si las personas que asistieron al festival salieron con las cabezas encendidas llenas de imágenes, pensamientos y ganas de seguir leyendo, lo lograron.