El metro cuadrado de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) se encuentra entre los más caros de Latinoamérica, según un informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella junto con Zonaprop.
En el reporte de septiembre, la capital de Argentina quedó en el cuarto puesto entre las más costosas de la región, tres posiciones más arriba que en igual mes del año pasado. De acuerdo al informe, las ciudades con el metro cuadrado más caro de la región son Montevideo, en Uruguay, donde ronda los 3.454 dólares; seguida por Ciudad de México donde llega a los 2.706 dólares; Monterrey, también en México, con un valor de 2.561 dólares y de cerca Buenos Aires, con un precio promedio de 2.540 dólares.
En contraposición, otras dos ciudades argentinas se ubicaron entre las que ofrecieron el metro cuadrado más accesible de latinoamérica: se trata de la ciudad de Córdoba (1.528 dólares) junto a las ciudades de Rosario y de Santa Fe que, a diferencia de CABA, se mantuvieron en la misma posición en comparación con marzo pasado.
El ascenso porteño en el ranking se debe a que los precios subieron en el año un 4,7 por ciento en dólares, aunque también disminuyen un 5,3 por ciento en pesos ajustados por la inflación. La apreciación del peso y la reducción de la inflación llevan a un escenario donde el país se encarece en dólares y esto repercute en el precio de las propiedades. También incide la suba de la demanda de la mano de la mayor oferta de créditos hipotecarios.
Esta misma realidad aplica para Córdoba y Rosario, ya que las tres urbes nacionales están entre las cuatro que mayor variación porcentual de precios tuvieron entre marzo y septiembre de este año, medido en dólares nominales y reales. En moneda local, la situación se revierte y las ciudades argentinas, junto a Santiago de Chile, son las únicas que tuvieron una reducción de precios en el período relevado. En Rosario, los precios bajaron 5,9 por ciento; en Buenos Aires 5,3 y en Córdoba, 4,8. En promedio, los precios en América Latina disminuyeron un 2,3 por ciento en dólares nominales y un 3,2 en dólares reales, es decir, ajustados por inflación de EE.UU.