El 20 de noviembre de 1845, una formación militar siguió las instrucciones del brigadier Juan Manuel de Rosas, jefe de la Confederación Argentina, y repelió una invasión de buques ingleses y franceses, tecnológica y militarmente mucho más dotados, en el río Paraná, a la altura de San Pedro. Les cortó el paso con cadenas y abrió fuego sostenido sobre ellos.
En ese lugar, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezará en San Pedro este miércoles 20, Día de la Soberanía, cuando se cumplirán 179 años de la batalla conocida como La Vuelta de Obligado.
Las tropas al mando de Lucio Norberto Mansilla atravesaron gruesas cadenas bajo el agua, en uno de los recodos del río, para obligarlos a detenerse y allí atacarlos con fuego de artillería. El combate, por momentos naval y por momentos terrestre, duró desde las ocho de la mañana hasta la tarde, se inutilizaron cuatro de los once barcos invasores que lograron avanzar río arriba pero fueron repelidos en los siguientes combates.
El hecho, recordado como La Vuelta de Obligado, fue propuesto como feriado nacional por el historiador revisionista José María Rosa en 1974, pero finalmente en 2010, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó el decreto que lo establece y que el actual gobierno anglófilo aún no se atrevió a modificar.
En la década del 40 del siglo XIX, especialmente Gran Bretaña, y en menor medida Francia, buscaban nuevos mercados para colocar sus manufacturas. "Miraban con mucha atención las ex colonias españolas, les interesaba mucho toda la cuenca del Plata: Buenos Aires, Montevideo y también Asunción", apunta el historiador y periodista Hernán Brienza, consultado por Buenos Aires/12.
"Ambas potencias tenían ese objetivo común y también tenían un enemigo común que era la política de Rosas que les impedía navegar libremente por los ríos internos del país; por eso hicieron, franceses e ingleses, un acuerdo puntual, táctico, para enfrentarlo juntos", agrega.
Consultado sobre la influencia que tuvieron en la expedición los unitarios exiliados en Montevideo, Brienza afirma que "hay que hacer una distinción, que ya se hacía entonces, entre los unitarios viejos y los más jóvenes". "Los viejos creían realmente en su proyecto, los más jóvenes que no tenían límites en su ambición de derrocar a Rosas son los que se subieron a los buques extranjeros", describe.
Brienza explica que la estrategia militar eligió San Pedro porque "era la geografía más favorable para dar ese combate, a priori tan desigual". "Por las vueltas que da el cauce del río y porque justo ahí hay una serie de elevaciones en el terreno, que lo hacen ideal para cañonear", explica.
El historiador desmiente la "versión Billiken" según la cual las cadenas hicieron todo el trabajo: "Había algunas tropas regulares, como las que vinieron con Mansilla desde Santa Fe, pero la mayoría fue pueblo en armas, pueblo alzado. Combatieron hombres, mujeres y niños, casi todos sampedrinos. Fue un combate durísimo, que duró casi todo el día. Era tal la intensidad que cada quince minutos cambiaban a los artilleros, porque morían o quedaban sordos o inutilizados".
A la vez, pone el acento en el control de los ríos como cuestión estratégica para definir el modelo de país, tanto ayer como hoy, y por ese motivo dio lugar a varios conflictos y batallas a lo largo de la historia: "La batalla de Caseros es en realidad por el control del puerto de Buenos Aires, por donde Justo José de Urquiza quería exportar su producción. Domingo Faustino Sarmiento tenía el proyecto de un Estado constituido exclusivamente por Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Uruguay y Paraguay, es decir por aquellos territorios con acceso al puerto. La aduana de Buenos Aires se nacionalizó en 1880, justo después de la derrota del gobernador bonaerense Carlos Tejedor por las tropas nacionales".
En ese sentido, Brienza asegura que en la actualidad los puertos privados a la vera del Paraná "son heridas a nuestra soberanía". "No sólo porque el estado tiene cero control de cualquier actividad ilícita que pueda ocurrir, sino porque por allí se evade nuestra riqueza", reflexiona el historiador. También sostiene que "de ahí la importancia del Canal Magdalena, porque convertiría a La Plata en un puerto clave, y en una mejor herramienta de control de lo que entra y sale al país".
"Mansilla estaría indignado", dice uno de quienes ya confirmaron su asistencia al acto, el diputado marplatense Gustavo Pulti, que preside la comisión de Asuntos Portuarios, Fluviales y Marítimos de ese cuerpo legislativo. "La Vuelta de Obligado expresa una visión estratégica de soberanía nacional que está en las antípodas de la resignación vociferante de Milei", asegura.
El diputado enumera "el consentimiento a enormes retrocesos en Malvinas, como el inicio de la exploración petrolera británica, la construcción de un nuevo puerto o la restricción a la pesca, o la injerencia de un cuerpo de ingenieros extranjeros en el Paraná, sin que la cancillería abra la boca".
"Por eso es posible imaginar a Mansilla, desde una loma, observando todo eso indignado. Afortunadamente, la historia está viva y vendrán nuevos Mansilla a reparar el daño", concluye.
Domingo Novaro preside la asociación de ex combatientes de Malvinas de San Pedro, que actualmente integran nueve veteranos. Consultado por este medio, dice que La Vuelta de Obligado es un elemento muy importante de la identidad sampedrina, un motivo de orgullo. "Hay calles de la ciudad que llevan los nombres de aquellos combatientes y de hecho, cuando vamos a las escuelas a dar charlas, los chicos solitos hacen la relación entre Obligado y Malvinas, especialmente los de secundario", cuenta.
Sin embargo, este año, los ex combatientes que solían desfilar y ocupar un lugar destacado, no participarán del acto a raíz de diferencias con el intendente. "Hace un año nos llamó héroes de Malvinas en un discurso público, le pedimos una audiencia para explicar que nosotros somos veteranos y los verdaderos héroes son nuestros compañeros que quedaron allá, pero nunca obtuvimos respuesta. Por ese motivo no vamos, lamentablemente".
San Pedro hoy
La ciudad de San Pedro fue fundada en el siglo XVIII, a la vera del río Paraná, a 160 kilómetros de Buenos Aires, casi a mitad de camino entre esta ciudad y Rosario. Fue inmortalizada por Ricardo Guiraldes en su clásico, "Don Segundo Sombra", ya que el protagonista de la novela, un gaucho resero, era sampedrino.
Actualmente cuenta con 70 mil habitantes e integra la segunda sección electoral. Su intendente es, por tercera vez, el dirigente de UATRE Cecilio Salazar. Fue electo primero por el peronismo y luego por Cambiemos, tras sellar su paso a las huestes macristas. Pero en 2021 volvió a cambiar de bando, esta vez volvió al peronismo. Llegó un poco más lejos que sus vecinos, los Passaglia.
Curiosamente, el año pasado Salazar enfrentó y derrotó, entre otros adversarios, a su hijo Ramón, quien fue intendente interino cuando él fue funcionario en el ferrocarril Belgrano Cargas. Pero su regreso al principal sillón del ejecutivo local detonó un conflicto entre ellos y Salazar hijo termino siendo el candidato libertario.
Se trata de un partido con fuerte impronta agropecuaria, que en los últimos años se ha diversificado. Tiene, como particularidad, la producción de cítricos y pecanes. Cada mes de julio se celebra la fiesta de la naranja.
Recientemente, fue noticia nacional por ser el epicentro de una nueva estafa virtual. En este caso, la falsa aplicación de comercio de criptomonedas Rainbow X, por la que ya hay detenidos y cuyo verdadero alcance aún se desconoce.
El pueblo entero esperaba los mensajes de Telegram de "la china", una farsante que actuaba como gurú y les daba indicaciones sobre como manejar sus activos financieros. De la mano de la crisis y la tecnología, está clase de delitos se vuelven más comunes. La gente busca desesperadamente maneras de complementar sus ingresos. La desesperación los hace crédulos y vulnerables.