Los trabajadores del espacio público -vendedores ambulantes, manteros, puesteros, feriantes- presentaron en el Congreso un proyecto de modificación de la Ley de Marcas. “Con su actual redacción, hoy la ley se utiliza para decomisar mercadería; cataloga la venta de la ropa de imitación como un delito. Sin embargo, el que compra sabe que se está llevando una imitación: no hay engaño, como exige la ley para penalizar. Tampoco es cierto que seamos competencia para las grandes marcas como Nike o Adidas”, dijo sobre el proyecto Fernando Vaimbrand, presidente de la Federación de Trabajadores en Espacios Públicos (Fetep).
La iniciativa de presentar este proyecto y dar el debate público es de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Los trabajadores del sector lo redactaron junto a la diputada Natalia Zaracho, y este lunes hicieron su presentación en el Salón Blanco del Congreso.
La ley que proponen modificar es la 22.362, de marcas y designaciones, una norma que protege el derecho de las marcas registradas. “La idea es sumarle dos artículos para que quede claro que el consumidor sabe que es una imitación y que el vendedor está trabajando para poder subsistir", detalló Zaracho.
Además de la Fetep, participaron en la actividad el Movimiento Evita y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, todos integrantes de la Utep. También estuvieron otros diputados como Itaí Hagman y Roxana Monzón, que acompañaron con su firma el proyecto junto a Paula Pennaca, Cecilia Moreau, Blanca Osuna, Mónica Macha y Eduardo Toniolli.
En Caba
En la ciudad de Buenos Aires, desde el punto de vista penal, la venta ambulante no está prohibida, pero se convierte en delito cuando hay violación de la Ley de Marcas, es decir, cuando se ofrecen imitaciones de marcas registradas. Sin embargo, el abogado Nicolás Rechanik (de la Utep) señaló que es infrecuente que los fiscales impulsen la acusación, mientras que entre los jueces hay acuerdo en que no existe delito en vender una remera o un pantalón que es réplica. La situación concreta es que la policía utiliza igualmente la Ley de Marcas para hacer decomisos, ante lo que considera un delito en flagrancia. Obviamente, también le dan este uso a la ley los intendentes que quieren impedir la venta ambulante.
"Así la policía decomisa la mercadería y se lleva detenido por un día al vendedor. Las causas judiciales no avanzan, y los acusados ni siquiera tienen la posibilidad de defenderse", agregó el abogado.
Vaimbrand recordó los casos más recientes: los operativos del gobierno de la Ciudad para desalojar a los vendedores ambulantes de las veredas de Once, Parque Patricios y Constitución, en los que además de sacar a los manteros de la calle, fueron allanados los depósitos en los que guardaban su mercadería, que terminó decomisada. "Necesitamos políticas que regulen y reconozcan nuestro trabajo. Ya veníamos dando la pelea sobre si podemos trabajar en el espacio público, y ahora tenemos que dar además la discusión sobre si está bien o mal lo que vendemos. Pero mientras tanto, el plan económico empuja cada vez a más personas a la venta callejera. El comercio en el espacio público en la ciudad de Buenos Aires creció un 50 por ciento en lo que va de este año. Trabajar es un derecho, no debe ser castigado".
En la audiencia habló también el director de Justicia y Seguridad del CELS, Manuel Tufró, que apuntó que esta propuesta se inscribe en las luchas de las organizaciones sociales para ampliar los derechos de los trabajadores de la economía popular. Consideró además que no sólo se está criminalizando a los vendedores, sino a un tipo de consumo popular que está en aumento, debido a la caída en los ingresos.
En relación a los antecedentes jurisprudenciales, los expositores indicaron que los hay en abundancia y que desde hace una década está instalado el criterio de que no hay delito en la venta de una prenda de réplica. Uno de los fallos recientes es de 2020 y respalda a los manteros en su argumentación sobre que vender ropa de marca trucha no es delito. Fue dictado por la Sala I de la Cámara Nacional en lo Criminal, en el caso de un mantero que fue detenido por vender shorts imitación Nike y Adidas.
Los jueces señalaron que no hay engaño ni violación a la Ley de Marcas, ya que resulta evidente que la ropa que ofrecen los manteros, por su precio y calidad, es una imitación. Nadie que compre en la calle cree que está adquiriendo un producto original ni hay confusión posible.