La Venezuela de Fernando Batista cayó 4-2 este martes con el Chile de Ricardo Gareca en Santiago, por Eliminatorias Sudamericanas.
Con arbitraje de otro argentino, Facundo Tello, el local se mostró con mejor predisposición y llegó primero con un peligroso derechazo de Eduardo Vargas que Romo logró despejar.
La Vinotinto parecía maniatada, hasta que Soteldo frotó la lámpara, guapeó rodeado de rivales y en el borde del área cedió para que Jefferson Savarino la colocara con clase junto a un palo para enmudecer el Estadio Nacional.
Chile sintió el golpe, la desesperación le jugaba en contra, hasta que Vargas se cobró revancha y remató con precisión para el empate; que duró poco, porque enseguida Rubén Ramírez -tras un mal rechazo de la última línea trasandina- sacó un sablazo que volvió a sacudir la red de Cortés. Venezuela hacía negocio: dos llegadas, dos goles.
Pero el partido era electrizante, prometía más emociones y hasta permitió que un disparo mordido de Gabriel Suazo trazara una rara parábola tras rebotar en Tomás Rincón y se metiera mansamente en el arco.
Por si fuera poco, Lucas Cepeda se hamacó y sacó un remate combado para poner a la Roja arriba por primera vez en el partido. Cinco goles en una primera parte entusiasmaban a cualquiera. Pero habría más.
En el complemento, Cepeda hizo otro golazo ante otra floja respuesta en la defensa venezolana y pudo haber un quinto: Cabral definió muy tranquilo, pero el VAR lo anuló por offside y cerró un partidazo así en Santiago que pudo tener aún más gritos.