"El Ejército y la policía vengarán a nuestros mártires y restaurarán la seguridad y la estabilidad con la mayor de las determinaciones". Con estas palabras, el presidente de Egipto prometió que habrá represión por el sangriento ataque a la mezquita sufí de Bir Al Abed. Abdelfatah al Sisi dijo en su mensaje por TV que "las fuerzas de orden público en el norte del Sinaí están cooperando con la aviación para combatir los escondites terroristas y encontrar y eliminar al resto de extremistas" y que aplicará “puño de hierro”.

En ese sentido, un portavoz confirmó que “las fuerzas aéreas han eliminado durante las últimas horas una serie de localizaciones empleadas por elementos terroristas”. Los bombardeos de la aviación egipcia fueron en Risha y causaron quince muertos.

Mientras tanto, la investigación de la Fiscalía señala entre 25 y 30 las personas que pueden ser consideradas las autoras del atentado de ayer en la península del Sinaí. Una bomba y un tiroteo de más de quince minutos produjeron la masacre. Los atacantes llegaron en cinco vehículos con una bandera negra del Estado Islámico y abrieron fuego mientras los fieles se congregaban a rezar al mediodía.

La cantidad de víctimas llevó a declarar la emergencia sanitaria en la península. Mientras se preparan los funerales de las víctimas, el gobierno afirma que habrá un mausoleo en su memoria.

Hasta ahora, la acción más sangrienta había sido en octubre de 2015, cuando la rama egipcia del Estado Islámico hizo explotar un avión ruso con 224 personas  Los yihadistas han perseguido en los últimos años a las tribus locales, motivo por el cual atacaron la mezquita de los sufíes.