“A veces me pasa que hablo con alguien por el laburo y me pregunta si es verdad que soy uno de los que hizo la bandera de la provincia de Buenos Aires y me dice: Yo la voté’.” El relato de Matías Hiribarne, a 27 años de haber sido uno de los cinco estudiantes bonaerenses que le dieron vida a la actual bandera provincial, evoca al momento histórico del que fue protagonista y aún hoy le “cuesta caer”.

En 1997 tenía 16 años cuando el proyecto que encaró junto Facundo Bailo, Ignacio Rossi, Esteban Carrasco y Fernando Barroso fue elegido para estar en cada mástil de escuela, ministerio y de la propia Gobernación. Asegura que muchas cosas de lo que le toca vivir aún le llaman la atención, como ver a los alumnos con la bandera en brazos o las caras de los niños y niñas al escuchar su relato a través de una videollamada a la que es convocado por docentes bonaerenses. “Sienten que tienen al Belgrano de la provincia de Buenos Aires”, suelta entre risas.

Al igual que todos los creadores, Hiribarne es de Capitán Sarmiento. Allí está emplazado, desde hace dos años, el Monumento a la Bandera de la Provincia. Recuerda que a la inauguración se acercó el ex gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde. “Nos volvimos a ver después de 25 años, pero le costó reconocernos porque cambiamos muchos y algunos ya están pelados”, vuelve a soltar con tono jocoso.

Sucede que fue durante la gestión Duhalde que en 1995 comenzó la búsqueda de una bandera para la provincia de Buenos Aires. Se acercaron las condiciones a cada escuela y se desarrolló durante dos etapas. Una primera en 1995 y las segunda en 1996. En la segunda se incorporaron Hiribarne y sus amigos que, en aquel entonces, transitaban sus últimos años en el secundario.

De allí se eligieron 16 proyectos por año. Las 32 banderas selecciones se exhibieron en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno en La Plata y allí Duhalde, junto a funcionarios e historiadores, decidieron las cuatro finalistas. Se presentó un folleto con el cuarteto elegido entre un total de 81 mil propuestas de alumnos de los secundarios bonaerenses. “Votaron cerca de 1,8 millones de chicos”, recuerda Hiribarne. Con cerca del 80 por ciento, el proyecto de Capitán Sarmiento se alzó con el triunfo.

Así, bajo la Ley provincial 11.997, el 12 de agosto de ese año se oficializó. El 14 de noviembre, en la Basílica de Luján, se juró por primera vez en medio de una multitud de jóvenes. Y el 20 de noviembre se determinó que sea el Día de la Bandera bonaerense, una celebración a la que también se sumó Axel Kicillof en sus redes. 

"Nos encanta ver a nuestra bandera bonaerense flamear bien alto como un símbolo de la diversidad, el federalismo, la producción y la belleza que tanto representan a nuestra querida provincia", dijo el gobernador.

Por su parte, la intendenta de Capitán Sarmiento, Fernanda Astorino, se refirió a la jornada con un video protagonizado, principalmente, por el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. En el posteo, detalla la razón de sus colores. En primer lugar, la bandera está dividida en dos franjas, la verde que representa el campo y el azul a sus ríos y el cielo. Están divididas por una franja roja que simboliza el federalismo. El amarillo, alude a la producción, tanto con la media rueda para la industria y el girasol para la producción agropecuaria. El sol, también presente en el centro de la bandera, hace referencia al “resplandor” de la provincia de Buenos Aires, y el laurel que representa la gloria de la provincia.

La decisión del municipio fue organizar la Primera Carrera de la Bandera Bonaerense para el 30 de noviembre. El punto de salida será el monumento. Habrá una competencia de diez kilómetros y una caminata de cinco para todos aquellos que quieran festejar la gesta que hoy representa a Capitán Sarmiento.

“Nunca pierdan la esperanza”

“Cuando vino Duhalde recordábamos muchos momentos compartidos, porque cuando pasó lo de la bandera, de golpe teníamos contacto con un montón de funcionarios”, relata Hiribarne. Siempre con risas, cuenta que, en aquel momento, al frente de la Dirección General de Cultura y Educación estaba Graciela Giannettasio. “Cuando íbamos a La Plata, las directoras de escuela nos daban cartas con pedidos para la ministra, y la verdad que Sarmiento cambió mucho después de eso porque llegaron muchas obras por ser la cuna de la bandera”, asegura.

Así, múltiples anécdotas se le vienen a la mete. Y las cuenta. Cuenta las veces que se reunían en el galpón del padre de Esteban Carrasco a dibujar modelos, a leer manuales, tener en cuenta las bases y condiciones y tirar ideas. Así llegó el boceto que presentaron, que no era igual al definitivo. Es que, al llegar a La Plata, y en conjunto con los cinco estudiantes de Sarmiento, desde la Facultad de Bellas Artes de la UNLP aportaron modificaciones mínimas para mejorar el diseño.

Hiribarne lo valora. Hoy es diseñador. No quiere decir que la experiencia de la bandera fue determinante, pero seguro colaboró. Estaba con la duda de estudiar diseño o contador público. Hizo el CBC en la UBA para contador, pero, finalmente, la pasión ganó y, en la actualidad, es gerente de diseño y tiene su propio emprendimiento que le dio identidad y marca a múltiples comercios de Sarmiento.

Hoy, dice, sigue sintiendo una mezcla de emociones cuando pasa por Bahía Blanca o Carmen de Patagones, tan lejos de Capitán Sarmiento, y ve la bandera que pensó junto a sus amigos flameando en un mástil a la entrada de cada pueblo.

“Seguimos hablando los cinco”, dice. Señala que Carrasco vive en Bariloche y casi todos los años va a visitarlo. “Tenemos hijos de casi la misma edad”, apunta. “Nacho y Fernando viven acá en Capitán Sarmiento y me los cruzo todo el tiempo”, remarca. En el caso de Facundo Bailo, es el único que vive en el exterior, puntualmente en España. “Si bien hay menos contacto, cuando viene a Sarmiento viene nos vemos y ahora con lo que pasó con la inundación de Valencia hablamos para ver cómo estaba porque vive en esa zona”, detalla.

Entre los que más lo satisface de lo que le sigue viviendo tras aquel hito, resalta la posibilidad que le da de tomar contacto con estudiantes secundarios. Les cuenta que, en aquel momento, de un pueblo de 15 mil habitantes, se logró algo histórico.

“Les digo que nunca pierdan la esperanza de participar en un concurso, que nosotros pudimos sin ninguna influencia política, donde nadie presionó, donde no se puso plata que para que algo tenga que salir de determinada manera y que esto lo votaron un motón de chicos que hoy tienen cerca de cuarenta años”, subraya uno de los creadores de la bandera bonaerense.