El papa Francisco designó a Gustavo Carrara (51 años) como nuevo arzobispo de la importante y estratégica arquidiócesis de La Plata, sede que se encontraba vacante desde mayo de 2024 después de la sorpresiva renuncia a ese cargo del obispo Ramón Mestre. El nombramiento de Carrara se produce pocos días después de que el obispo haya sido elegido por sus pares como presidente de la comisión episcopal de Cáritas nacional, lo que implica un fuerte respaldo de parte de la jerarquía católica del país. Apenas se hizo pública la noticia del nombramiento el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, difundió una carta en la que agradece “en nombre de la Iglesia de Buenos Aires por la vida y la entrega de monseñor Gustavo Carrera entre nosotros” y se compromete a acompañarlo en su nueva misión.
En la actualidad, y desde el 27 de mayo de 2024, la arquidiócesis platense está gobernada por el obispo auxiliar Alberto Germán Bochatey, bajo el título de administrador apostólico "sede vacante". La arquidiócesis de La Plata comprende los partidos de Berisso, Ensenada, La Plata, Magdalena y Punta Indio, con una superficie total de 4.652 kilómetros cuadrados y una población de 1.040.280 habitantes de los cuales se estima que el 85 por ciento son católicos.
Carrara, señalado en diversas ocasiones como “el obispo villero”, se ha caracterizado por su acompañamiento a los sectores populares, el trabajo con los pobres junto a los curas villeros, y en los llamados “Hogares de Cristo” un proyecto destinado al acompañamiento y contención de jóvenes, particularmente quienes afrontan adicciones y consumos problemáticos en los barrios populares de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.
Muy recientemente el nuevo arzobispo de La Plata afirmó que “recortar a los pobres es un pecado” y reclamó “la presencia inteligente y necesaria del Estado porque si no el narcotráfico va avanzando y mata personas en concreto, hipoteca la vida de niños y adolescentes”.
Con la designación de Carrara en La Plata, una de las sedes más importantes de la iglesia católica en Argentina, Francisco sigue consolidando el cambio de fisonomía dentro del episcopado nacional que implica, además de una mudanza generacional, situar en cargos de relevancia a quienes se enrolan en la perspectiva pastoral del pontífice y destacan el compromiso prioritario de la Iglesia con los más pobres.
En cuanto a la arquidiócesis de La Plata, que durante muchos años y hasta la renuncia por límite de edad del ultra conservador arzobispo Héctor Aguer (4 de junio de 2018) fue un bastión del conservadurismo, la llegada de Carrara garantiza la perspectiva teológica y pastoral de cambio y apertura que Francisco viene impulsando desde Roma y la decisión del pontífice de impulsar también esa orientación en la arquidiócesis de la capital bonaerense. El nombramiento de Carrara va además en línea con las designaciones en ese mismo cargo de Víctor “Tucho” Fernández (2018-2022) -hoy prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano- y Gabriel Mestre (2023-2024), quien permaneció en funciones solo 304 días antes de renunciar, según lo admitió públicamente, a pedido de Francisco y sin que se aclararan públicamente los motivos de la dimisión.
En esa ocasión Mestre escribió una carta a la feligresía platense en la que comunicó que “días atrás, la Santa Sede me convocó en Roma a dialogar sobre algunos aspectos de la diócesis de Mar del Plata (n. de r.: su anterior cargo) luego de mi traslado a la Arquidiócesis de La Plata al ser designado arzobispo metropolitano por el papa Francisco”. En la misma nota el arzobispo precisó que “después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense".
Desde 1955 en adelante la arquidiócesis de La Plata se caracterizó por el perfil conservador de los obispos que estuvieron a cargo: Antonio Plaza (1955-1985); Antonio Quarracino (1985-1990); Carlos Galán (1991-2000) y Héctor Aguer (2000-2018). Este último mantuvo duros enfrentamientos públicos por asuntos teológicos y pastorales con Bergoglio tanto cuando éste se desempeñaba como arzobispo de Buenos Aires como, posteriormente, una vez que asumió como máxima autoridad de la Iglesia Católica.
Carrara nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1973 y fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1998 por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio y, después de desempeñar diversos servicios en la ciudad capital, entre 2007 a 2011, fue responsable para la pastoral en las villas de emergencia y, luego, entre 2012 a 2017, vicario episcopal para la población de los mismos barrios. El 20 de noviembre de 2017 el papa Francisco lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires.
La reciente elección que los obispos hicieron de Carrara como presidente de la comisión episcopal de Cáritas lo sitúa en lugar de relevancia en relación a la preocupación que la jerarquía de la Iglesia Católica tiene acerca de la crisis social y los problemas que afrontan los pobres y vulnerados en el país. El nuevo arzobispo platense se ubica en línea con lo que viene sosteniendo también el arzobispo Marcelo Colombo (Mendoza) quien después de ser electo como presidente del episcopado ratificó su convicción de que los cambios económicos que se hagan tienen que ser “con la gente adentro”.