El sol se cuela entre los enormes árboles de la Quinta. Hay rastros por todos lados de lo que fue un centro clandestino de detención durante la última dictadura. Pero están reconvertidos, resignificados para superar la oscura historia pasada de la finca funense y aportarles "luminosidad", como dice uno por ahí. La Quinta de Funes abrió sus puertas ayer a la mañana y una pila de ciudadanos de la ciudad y región ingresó al predio para mimetizarse con la tristeza, por un lado, y la alegría, por el otro, de sentirlo ahora un predio propio, "de nuestro pueblo". De ahora en más, el centro será utilizado con fines educativos y culturales, como explicaron desde el gobierno provincial.

A mediados de los 80, en el amanecer de la democracia, hubo un intento por plantar un árbol en la puerta de la propiedad, ahora estatal, ubicada en Ruta 9 y San José. "Duró minutos el árbol", recordó el ahora diputado Carlos Del Frade. Por esa época, a la también hoy legisladora Alicia Gutiérrez los viejos dueños de la finca le tiraron los perros, literalmente, para que se alejara. Pero ayer, niños y niñas entraron a jugar y a adueñarse (y treparse) de los árboles más añejos del predio. Se apropiaron de la Quinta, en definitiva. "Estos niños presentes nos dan esperanza", celebró el subsecretario de Derechos Humanos Ramón Verón, quien aclaró que enviaba el saludo del gobernador Lifschitz y el ministro de Justicia Silberstein. También asistieron organizaciones de derechos humanos como Hijos y Espacio Juicio y Castigo.

 

"Es un día conmovedor por acá pasaron muchos compañeros por los que nos enteramos de este centro y de la 'Operación México'".

 

"Este día es muy conmovedor porque fueron muchos años de lucha de mucha gente. Hoy tomamos posesión luego de la expropiación del predio que realizó el gobierno provincial. Por acá pasaron muchos compañeros y fue por medio de militantes de Montoneros que en esa época denunciaron que este lugar funcionaba como centro clandestino en lo que se llamó la Operación México", recordó Verón. En esa misma línea habló Gutiérrez, que reivindicó las vidas de las personas que fueron detenidas en la Quinta. "Hay que decir que los detuvieron y asesinaron porque eran montoneros, ellos lucharon por un país mejor", apuntó. "Ellos" fueron Eduardo Toniolli (esposo de Gutiérrez y padre del actual edil rosarino, que dijo presente) Fernando Dussex, Marta María Benassi, Ignacio Laluf, Marta María Forestello, Miguel Angel Tosetti, Ana María Gurmendi, Jorge Novillo, Teresa Soria, Oscar Capella, Liliana Nahz, Fernando Agüero, María Adela Reina Lloveras y Héctor Retamar. Tulio "Tucho" Valenzuela pudo escapar, pero el precio fue alto: quedó como rehén su compañera Raquel Negro, embarazada de mellizos que nacieron el 27 de febrero de 1978, en cautiverio, y que continúa desaparecida. El plan de la dictadura, y de Leopoldo Galtieri en particular, era asesinar a los integrantes de la conducción de Montoneros en México.

Murales colectivos, carteles con los nombres de los militantes detenidos en la Quinta, una bandera con el número 30 mil, una conmovedora carta que "Tucho" le escribió a su hijo "Quinqui" entre el 26 y 27 de enero de 1978, dese Holanda. "Yo te escribo porque no sé si te voy a volver a ver. Mi vida es una vida muy difícil y la muerte se me cruza con frecuencia en mi camino. Cuando puedas comprender, tus abuelos, que te quieren mucho, te contarán esta historia". Así arranca el texto que les sacó lágrimas a todos los que lo leyeron.

Esos recuerdos, postales imborrables de la mañana de sábado, se atesorarán por mucho tiempo. Así como se completó un círculo, tal como se manifestó en la jornada, se abrió otro al instante. "Este es el punto de partida para todos los funenses y la región, la Quinta se tiene que llenar de alegría", pidió Verón. "Es un triunfo colectivo, son varias generaciones las que vienen peleando, ahora la Quinta es del pueblo de Funes", completó Del Frade.

La apertura de la Quinta fue a la vez el corolario de la Pueblada por la Identidad, un impulso de las Abuelas de Plaza de Mayo en su 40 aniversario. Es una campaña federal que refuerza la búsqueda de los 400 nietos y nietas que aún faltan encontrar. El proyecto, bajo el apoyo y la capacitación de Abuelas, se promovió el mes pasado junto a alumnos y alumnas de escuelas funenses, públicas y privadas. La política de memoria se llevó al aula y esos mismos chicos y chicas andaban ayer trepando los árboles de la Quinta.