Sobre el conflicto del cine nacional a partir de las medidas del Incaa, PáginaI12 le propuso a Ulises Rosell una reflexión al respecto. “Desde el comienzo del año, los organismos en los que estamos nucleados, cada uno por su lado (los de actores, directores, productores) prendía unas alarmas. Parecían exageradas: se decía que todo había sido fruto `de una confusión, de un problemita administrativo’. Lo cierto es que lo que vemos ahora es que hay una idea de plantar otro modelo cultural que es bastante ajeno a lo que pretende la mayoría”, comenta. El cineasta también manifiesta: “Estamos en una especie de tire y afloje. Está buenísimo de que todos vayamos despertando a tiempo si queremos conservar cierta característica que tiene nuestra cultura de diversidad y que cualquier persona que desee dedicarse a esta profesión pueda tener el apoyo estatal para plasmar sus ideas, para comunicar lo que quiera comunicar”. Rosell comenta que también está la idea de que la gente del cine es “un coto cerrado”. “No: todos los que llegamos a esto, llegamos porque nos fuimos acercando. Son más excepcionales los casos de ‘el hijo de’ y ese tipo de cosas. Esto es algo que está abierto a todos”, sostiene Rosell.