Independiente no jugó bien. Pero volvió a ganar. Y mantiene sus esperanzas coperas para 2025. La victoria por 1 a 0 ante Gimnasia fue opaca. Tanto que lo más emocionante de la noche de jueves sucedió antes y en el entretiempo, cuando grandes glorias del club encabezadas por Ricardo Bochini rindieron un sentido homenaje a Hugo Villaverde, el excepcional defensor fallecido el domingo pasado. Después, el partido nunca levantó vuelo.

Igualmente, el triunfo rindió en los números. El Rojo suma 56 puntos en la tabla anual y por ahora se mantiene en zona de clasificación a la Copa Sudamericana. Sin descartar que una consagración de Vélez en el campeonato y de Racing en la Copa Sudamericana pueda llevarlo a la Libertadores del año venidero.

Le costó demasiado a Independiente hacer su único gol. Lo consiguió a los 41 minutos del primer tiempo por un cabezazo de Laso tras un tiro libre pinchado por Montiel desde casi la línea de fondo. Y cuando desde las tribunas ya surgían los primeros estribillos y silbidos en contra del juego del equipo. El Rojo tuvo un primer cuarto de hora aceptable, con bastante pujanza, pero sin claridad para resolver en los metros finales, más allá de algunas maniobras de Santiago Hidalgo. Luego se fue desinflando. Y la mediocridad de Gimnasia lo dejó expuesto. El equipo de La Plata jugó una primera etapa muy pobre en la que perdió la pelota demasiado pronto y no pudo gestar una sola llegada al arco de Rodrigo Rey.

Hubo cuatro cambios en el entretiempo. Los dos de Independiente (salieron Montiel y Lucas González desgarrados e ingresaron Tarzia y Toloza) desarmaron lo poco que tenía en pie. Los de Gimnasia (Zalazar y Troyansky ingresaron por Castro y Primante) le dieron un ímpetu y un atrevimiento que hasta entonces no había tenido. El Rojo perdió la pelota y jugó una segunda etapa inexpresiva, sin nada para resaltar. Y el Lobo fue para adelante, pero sin demasiadas luces. Un derechazo de Leandro Mamut desde fuera del área que Rey mandó al corner resultó lo único interesante que pudo producir.

Sobre el final, dos tiros desde afuera del área de Avalos y Toloza encendieron a la multitud roja y prepararon el clima para la despedida. Había que ganar después de haber perdido con Huracán en Parque Patricios. E Independiente ganó jugando de la misma manera en la que lo hizo casi todo el año. Quedan cuatro fechas para el final. Y a los tumbos, el Rojo va. Acaso porque las ilusiones son lo último que se pierde.