El secretario general del Sindicato de las Telecomunicaciones (FOETRA) Buenos Aires, Claudio Marín, advirtió por la 750 la delicada situación que se vive en Arsat, la empresa pública de telecomunicaciones que está siendo asediada desde diciembre pasado por la motosierra de Javier Milei.
“Estamos asistiendo al desmantelamiento de una compañía que es motivo de orgullo por su adelanto tecnológico, su potencial en la inclusión y su aporte a la disminución de la brecha digital”, se lamentó el sindicalista durante una entrevista con Víctor Hugo Morales.
Según denunció Marín, el desmantelamiento comenzó con la negativa a pagar el aumento a los trabajadores, un reclamo que incluso llegó hasta la la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde donde le dieron la razón al gremio y le pidieron a la gestión libertaria una serie de respuestas.
“Hasta ahora, no sabemos si el Gobierno ha respondido a la OIT, pero la Organización tomó el reclamo como válido y muy fundamentado”, afirmó Marín a la par que sostuvo que, por la falta de aumentos, los trabajadores perdieron un 54 por ciento del poder de compra.
Pero además, remarcó que en medio de un flujo constante de renuncias y pérdida constante de talentos en la empresa por la falta de pagos, que el ajuste se lleva adelante en una compañía que le representa ingresos al Estado.
“Arsat genera ganancias, 30 millones de dólares netos. Y podría generar diez veces más si existiera una estrategia de desarrollo adecuada. Sus activos son satélites, un data center y una red de fibra óptica que cruza todo el país”, afirmó.
Por eso, dijo que no entienden el motivo del ajuste: “No tenemos claro qué quiere hacer el Gobierno. Se menciona a Elon Musk y los satélites pequeños, lo cual está bien, pero nadie dice que quiere comprar Arsat”.
“La verdad es que lo más barato es Arsat, y el Gobierno ni siquiera lo paga. Actualmente, el Gobierno le debe a la empresa más de 200 mil millones de pesos por servicios prestados a escuelas rurales, una cifra real y no pagada. Aun así, Arsat sigue siendo rentable”, sostuvo.
Y respondió: “Lo que intentan hacer es hundir un corcho: hacen todo lo posible para demostrar que esto no funciona, y luego, si no se invierte, se convierte en una profecía autocumplida. El problema es que nos están ahogando al negarnos los aumentos. Nosotros vamos a seguir movilizándonos, participando y llevando a cabo los paros necesarios, entendiendo que nuestro reclamo es válido”.