En octubre, el salario promedio obtenido en paritarias aumentó pero moderadamente. Así lo informó CP Consultora en su último material de difusión. Entre agosto y septiembre, pese a la desaceleración de la inflación, el promedio salarial se había estancado en términos de su poder de compra. Todavía no se dan (o el Gobierno no busca) las condiciones para un ciclo virtuoso en los salarios reales. En tanto, el empleo tuvo en agosto recién su primer dato positivo en el sector privado en un año.
Las condiciones todavía no aparecen para iniciar un ciclo de recuperación de los salarios respecto del año anterior, que además también fue de pérdida para el poder adquisitivo de la población trabajadora.
La pregunta que se hacen los analistas es si el Gobierno tiene intenciones de generar esas condiciones para revertir el ciclo recesivo, tanto en los salarios como en la actividad. Es que si los salarios se estancan, lo mismo hace el consumo y el Gobierno tiene menos que temer en materia de demanda de divisas. Lo cierto es que aún no se vislumbra un ciclo claro de crecimiento en la actividad y por ende en la demanda de puestos de trabajo vinculados a la actividad privada.
Salarios
En octubre, el promedio de paritarias arrojó un salario que respecto de la inflación tuvo un aumento del 0,9 por ciento, según la medición de CP Consultora, dejando atrás meses de estancamiento. El resultado se explica por una disminución mayor en la inflación mensual (que pasó de 3,5 por ciento en septiembre a 2,7 por ciento en octubre) que en los acuerdos paritarios negociados.
Aún pese a esta mejora, el salario promedio negociado sigue 3,7 por ciento debajo de noviembre de 2023. Es que todavía no se logra revertir la caída del 16 por ciento experimentada en diciembre último.
El 2023 tampoco fue un año de bonanzas para el salario: el gobierno de Alberto Fernández no logró que se recuperaran en términos reales tras el abrupto ciclo recesivo en los años del macrismo.
El informe de CP Consultora también releva un indicador de las “ayudas estatales”, es decir, el gasto en AUH, Tarjeta Alimentar y el ex programa Potencia Trabajo. El mismo se ubica todavía un 21 por ciento debajo de los niveles de noviembre de 2023.
Solo la AUH logró revertir los niveles de noviembre último, duplicando los mismos en términos reales. La discusión en este sentido es si como política social basta, considerando que más de la mitad de la población está debajo de la línea de pobreza.
Por último, la consultora se pregunta si en términos de empleo se rompió la tendencia decreciente tras publicarse los datos de agosto, que muestran el primer aumento en el empleo formal privado en un año, del orden de los 4.000 puestos de trabajo, siguiendo datos oficiales.
Puntualmente, el empleo en la construcción sumó 1.100 puestos y fue el primer dato positivo del sector en 14 meses. La caída de puestos de trabajo asalariados (privados, públicos y amas de casa) desde noviembre de 2023 a agosto de 2024 fue de 195.000, con lo cual los últimos datos no alcanzan a revertir la tendencia. No son comparativamente tan grandes. En tanto, sí se consolidó el proceso de modificación de la composición del empleo formal, con un aumento más pronunciado en el registro de monotributistas que en el resto de las categorías.
Algunos analistas se animan a señalar que el crecimiento del monotributo –y del monotributo social, para los trabajos de menor salario- es en realidad desempleo encubierto. Pues refleja que la gente se las rebusca para “hacer algo” ante la pérdida de su empleo anterior. También se registró un aumento en la categoría de autónomos. Las pérdidas que aún no se llegan a compensar son de 92.000 trabajadores en el sector de la construcción, 57.000 en el sector servicios y 33.000 en la industria.