En Argentina, la movida tropical y cumbiera es, hace mucho tiempo, un fenómeno pujante, masivo y popular. Y se expande por todos los rincones del país, desde el centro a la periferia. Más allá de no estar siempre en el radar de la industria musical o los grandes medios de comunicación, la cumbia late con vitalidad en las fiestas, bares, boliches, bailantas, teatros y casas de todo el país. Hace quince años, en 2009, nació en territorio porteño un proyecto musical que inauguró una nueva etapa en la cumbia argentina: La Delio Valdez, que revitalizó el género y logró reposicionar el formato de orquesta de cumbia. Una tradición musical –la orquestal- creada en la década del ’40 en Colombia por Lucho Bermúdez que La Delio actualizó con una buena dosis de rock argentino, jazz, psicodelia, chamamé, salsa, música andina y merengue.
En la actualidad, la orquesta no solo trasciende las fronteras, los públicos y los circuitos musicales, sino que se reafirma como un referente de la cumbia en la región y como una experiencia exitosa de cooperativismo y autogestión. “Sentimos mucho orgullo. El balance de estos años es extremadamente positivo”, resalta Ivonne Guzmán, una de las cantantes de esta orquesta que celebrará quince años de existencia este sábado 23 de noviembre a las 21 en el estadio de Ferro Carril Oeste (Av. Avellaneda 1240). “Es la fecha más grande producida y autogestionada por nosotros, el primer estadio. Entonces, es un gran desafío”, dice la vocalista colombiana. “Miramos para adelante con toda la expectativa, la esperanza y la motivación para seguir trabajando. En este recorrido vemos todo el trabajo realizado y los resultados, como si estuviéramos cosechando los primeros frutos de toda esa siembra”.
Este año la orquesta publicó tres adelantos de un nuevo disco que verá la luz en el primer trimestre del 2025. El disco ya está grabado y completo. “La última etapa la produjimos con Popi Spatocco y la primera parte con Juan Blas Caballero. Grabamos el disco en vivo, por eso suena orgánico. Es un disco más bailable que El tiempo y la serenata (2021), que era más pandémico. Esta etapa es más abierta y colaborativa”, detalla Guzmán. Hasta el momento se dieron a conocer tres canciones: la cumbia "Pájaro y demonio", la bachata "Nuestro lugar favorito" –la primera incursión de la orquesta en este género- y "Dice que no le importa", un cumbión santafesino con la colaboración de Cacho Deicas y el acordeonista Marcos Camino, de Los Palmeras. “Tenemos una relación con ellos hace algunos años y apenas le mostramos el tema se coparon. La rompieron con su swing y con su audio”, destaca la cantante.
-La Delio Valdez entiende a la cumbia en un sentido amplio y como un punto de partida para abordar otros estilos, ¿no?
-Sí, totalmente. Además, cuando te convertís en un artista que compone y hace músicas originales ese horizonte se amplía. Sí o sí tenés que abrir el abanico para que todas las posibilidades puedan surgir. Hay que arriesgar y animarse a hacer cosas nuevas para seguir evolucionando y disfrutando de eso. La orquesta arrancó interpretando cumbias estrictamente colombianas, después se abrió a la cumbia andina y luego aparecieron distintas expresiones de cumbia latinoamericana. En nuestras composiciones aparece todo lo que cada uno escucha y así se construye el sonido de La Delio Valdez.
-En el primer disco grabaron canciones de Lucho Bermúdez y otros autores tradicionales de la cumbia colombiana. Pero en su tercer disco, Sonido subtropical (2018), incluyeron íntegramente un repertorio de composiciones propias. ¿Fue importante primero investigar y aprender el género antes de animarse a componer?
-Sí, es un salto cuántico en el proyecto, porque una banda de covers tiene un techo. A la gente le gusta, lo acepta, pero para mostrar el producto a nivel internacional tenés que generar material original. Se dio naturalmente porque hay muchos compositores en la orquesta. En este último disco surgieron varios compositores más. Probamos una manera más colaborativa de componer.
-La orquesta nació en territorio porteño, pero trascendió fronteras y se convirtió en un grupo muy popular y conocido en todo el país, ¿Qué tan importante fue salir de Buenos Aires y dialogar con otros circuitos?
-Nos relacionamos mucho con artistas de otros géneros musicales. Eso es algo re lindo en La Delio: la amplitud de llegada que se ha logrado. Tanto a nivel de amplitud con otros artistas y géneros como también en relación al público: nos escuchan infancias, gente adulta, todo el espectro. Hay algo ahí que nos enorgullece mucho y que no lo damos por sentado. Es un trabajo que se construye día a día y que tratamos de sacarle el jugo desde el lugar más genuino que se pueda.
-Se han ganado el respeto de los popes de la cumbia, como Los Palmeras…
-Cuando nos juntamos los artistas no existe esa competencia, hay mucho respeto, mucha calidez y gratitud. No es competitiva la cosa, aunque a veces el negocio está armado de tal manera que se genera esa ilusión. Más allá de los géneros los artistas somos personas que estamos trabajando de esto y cada proyecto tiene su particularidad. Está bueno compartir, intercambiar y colaborar musicalmente. Nuestras colaboraciones siempre han sido muy orgánicas. No hemos hecho nada porque nos convenía en términos de industria. Eso pasa gracias a que somos artistas autogestivos e independientes.
-En esa línea, hace algunos años se consolidaron como una cooperativa de trabajo, ¿Qué implicancias tiene esa condición en la orquesta y qué cosas les permite?
-Es la manera que nos ha permitido trabajar ser independientes y autogestivos. Porque tener una orquesta ya implica un gasto de base fuerte que una discográfica no está dispuesta a abordar con un artista que arranca. Nos interesaba ser nosotros, invertir nuestro tiempo y nuestro propio dinero. Lo que ganamos lo reinvertimos en la orquesta. Ahí fue cuando empezó a surgir la figura de la cooperativa, que se legalizó en 2019. La idea era -y es- buscar la manera de que esta horizontalidad funcione. Por supuesto que es un gran desafío a nivel humano y organizativo. Y de negocio también. Porque no hay un modelo que nosotros podamos seguir. Han habido orquestas cooperativistas pero son un poco lejanas, como la orquesta de Osvaldo Pugliese. Nos basamos mucho en cooperativas que son de otros ámbitos. Pero estamos creando la forma de trabajar y nos fijamos a nivel humano qué nos sirve más. También tiene que ver con el crecimiento y la expansión del proyecto. Cómo contratar gente y cómo tomar decisiones sin agotarnos. Siempre tardamos mucho en tomar decisiones porque todos formamos parte. Pero hemos ido encontrando formas que nos sirven para desarrollar el proyecto. Siempre ponemos lo humano por delante.
-Otro sello distintivo de La Delio aparece en el campo letrístico. Porque si bien hay canciones de amor y más costumbristas, también trabajan letras más sociales y políticas, como “Santa leona”, un tema inspirado en la activista por los derechos humanos brasileña Marielle Franco y en el que invitaron a recitar a Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
-A nosotros nos resulta importante manifestarnos y estar presentes en las causas que nos convocan. En cuanto a lo letrístico, trabajamos en la poesía que también nos identifica, porque también nos gusta interpretar una cumbia bien romántica. Pero cuando podemos meter un guiño social lo hacemos más allá de estar presentes en las movidas.
-¿Y es importante que los artistas se manifiesten sobre el presente político?
-Sí, no es obligatorio pero es importante. Como cualquier otro ciudadano, no por sentirnos dueños de la verdad. Nosotros apoyamos determinadas luchas populares y apoyamos esas ideologías y espacios. Y los queremos visibilizar, porque entendemos que los medios de comunicación están bastante sesgados y muchas veces invisibilizan causas claves para entender el mapa de lo que está pasando. Entonces, usamos nuestra plataforma para echar un poco de luz y que mucha gente se entere de otras cosas. En ese sentido me parece noble usar el espacio que uno tiene disponible para eso. Hay mucha gente que dice "dedíquense a hacer música y ya está", pero no somos payasitos o robots de entretenimiento. Somos personas políticas que estamos aquí con nuestra voz y vamos a usar nuestra plataforma para darle luz a eso que pensemos que hace falta para dar un aspecto más amplio de lo que se vive. El arte tiene una llegada muy directa.
-La orquesta también reivindica el derecho al disfrute y el acceso a la cultura. ¿Es una función social clave para ustedes generar el ritual del baile y el encuentro?
-Si hay algo que nosotros representamos es que juntos se sale adelante. Reivindicamos el encuentro y la alegría. En estos tiempos es un acto revolucionario y necesario encontrarnos y vernos a la cara. En contraposición a las redes sociales que de repente son un lugar tan hostil e hipócrita. Juntarse, verse la cara, abrazarse y pasarla bien es muy importante. En un recital de La Delio es todo alegría. Es un ambiente pacífico, familiar, alegre; la gente viene a abrazarse y reunirse. Entonces, eso es un acto político.