Pablo Moyano presentó su renuncia como co-secretario general de la CGT. En la nota, el líder de Camioneros señaló que se distancia "al no coincidir con las decisiones tomadas por la llamada 'mesa chica'". La decisión de Moyano se comunicó después de que el resto de dirigentes que encabezan la central obrera no acompañaran su convocatoria a una medida de fuerza contra las políticas de ajuste del Gobierno de Javier Milei.
A prinicipio de semana, Moyano anticipó que trabajaba en el lanzamiento de un nuevo paro general para llevar adelante en diciembre y abrió el paragüas sobre sus diferencias con el resto de la "mesa chica" de la central obrera, al anticipar que sería convocado con los gremios de transporte (menos la UTA), más las dos CTA y los movimientos sociales si el resto de los gemios cegetistas no acopañaban.
"Hay que estar en la calle para seguir resistiendo y denunciando este modelo económico que tanto daño le está haciendo a los argentinos y no podemos mirar para otro lado", les reclamó el secretario adjunto de Camioneros a sus ahora ex compañeros de mesa directiva. Además, les regaló una chicana: "Dicen que CGT ahora significa Confederación General de Twitter".
“Somos las mismas caripelas, estamos siempre los mismos. Es lo que la gente permanentemente nos reclama", inistió Moyano en referencia a la desmovilización puesta en práctica por el resto de la CGT, que se vio recientemente en las marchas contra los vetos a la reforma del cálculo de haberes jubilatorios y el financiamiento universitario.
A pesar de los dardos de Moyano, la "mesa chica" se mantuvo firme en su posición dialoguista con la Casa Rosa: se reunió un día después en la sede de UPCN, el gremio estatal que encabeza Andrés Rodríguez. En ese marco, dejaron un claro mensaje: "No habrá ningún paro, no está en nuestra agenda". Además de Rodríguez, estuvieron presentes en la reunión Gerardo Martínez (Uocra), Julio Piumato (Judiciales), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Romero (UDA) y Rodolfo Daer (Alimentación).
Los puentes entre la Casa Rosada y la mesa chica de la CGT comenzaron a construirse desde abril, cuando aún los otros dos triunviros, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Empleados de estaciones de servicio) encabezaban una posición de enfrentamiento con las políticas del gobierno. Ya había pasado la judicialización del capítulo laboral del mega DNU 70/2023 y estaba en negociaciones la segunda vuelta de la Ley Bases en el Congreso, entonces, el Poder Ejecutivo convocó a la CGT por primera vez.
La central respondió con un documento denominado "Agenda para un nuevo contrato social" y el 9 de mayo realizó el segundo paro nacional contra las políticas de Milei. Desde entonces, se abrieron las negociaciones para ajustar el capítulo laboral de la Ley Bases que fue aprobada, finalmente, por el Congreso a fines de junio; y continuaron las mesas de diálogo en Casa Rosada. Pablo Moyano no partició nunca de esas reuniones.
El último encuentro entre la cúpula sindical de la CGT se dio a principios de octubre, cuando el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, los convocó para acordar la conformación de una mesa tripartita con representantes empresariales, la CGT y el gobierno. El objetivo del encuentro era avanzar en la reglamentación de la reforma laboral. El punto central de negociación es la reglamentación de la modificación del artículo 242 de la ley de contrato de trabajo, buscando definir el alcance del "bloqueo parcial o total".
Sin embargo, los reclamos de Moyano ocurren también mientras continúan el conflicto abierto con los gremios del transporte --que realizaron un paro general el pasado 30 de octubre-- y, en particular, en Aerolíneas Argentinas, donde el Gobierno avanzó con la intención de privatizar la aerolínea y forzó una tensa negociación con los gremios.
En ese contexto, y con respuesta negativas por parte de la "mesa chica" de la CGT, Pablo Moyano anunció su paso al costado de la conducción de la central.
La renuncia de Moyano