Cuando los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, se propusieron hacer Team America: Policía Mundial, una absurda comedia de marionetas que satiriza la política exterior estadounidense y la élite liberal de Hollywood, no tenían ni idea de que les llevaría al borde de la locura inducida por las marionetas. "Fue el peor momento de mi vida", dijo Stone durante la gira de prensa de la película. "No quiero volver a ver una marioneta. Arruinó todas las relaciones serias de mi vida... Te sentís como un pedazo de mierda, no le gustás a ninguno de tus amigos, no le gustás a tus padres, pero al final tenés una película".

Veinte años después de su estreno, en noviembre de 2004, Team America se ha convertido en una de las comedias más divertidas, escandalosas y ofensivas de la historia. Con la influencia de películas de acción tan serias como Top Gun, la película sigue a un grupo especial fuertemente armado que se encarga de frustrar un complot terrorista del gobernante norcoreano Kim Jong-il. El equipo, que incluye al recién contratado actor de Broadway Gary (con la voz de Parker), también debe enfrentarse al Sindicato de Actores de Cine ("FAG" para abreviar: un juego de palabras con el despectivo "faggot", marica), un grupo de liberales santurrones de Hollywood liderados por "el mejor actor del mundo" Alec Baldwin, que se oponen firmemente a la "labor policial" del Equipo América.

Ahora parece improbable que una película así, con más de un puñado de estereotipos raciales, acrónimos homófobos y acentos deliberadamente dudosos, se haga hoy en día, pero Parker y Stone están más que de acuerdo con ello. En varias entrevistas e incluso en el comentario de la película en DVD, el dúo prometió no volver a trabajar con marionetas; Parker incluso bromeó una vez diciendo que preferiría ver morir a su propia madre antes que hacer una secuela de Team America.

La película fue producida por un equipo de 200 personas, y requería al menos cuatro titiriteros a la vez para manipular una sola marioneta, de las que había 270 en total. Rodar las secuencias más sencillas, como la escena en la que Gary camina por un callejón y entra en una limusina, fue una tarea minuciosa y laboriosa.

"Con humanos en una localización real, rodar una escena así llevaría unas dos o tres horas como mucho", cuenta hoy Eric Jewett, primer ayudante de dirección de la película. "Con las marionetas era otro cantar". Las marionetas utilizadas durante la producción sólo podían caminar dos metros cada vez y no podían girar en las esquinas. Constantemente se proyectaban sombras indeseadas en el set, y los titiriteros tenían que parar y recolocarse varias veces sólo para que Gary pudiera pasar por una puerta. "Nos pasamos el día entero -de 7 de la mañana a 6 de la tarde- realizando esta 'sencilla' escena".

Las dificultades técnicas con las marionetas eran tan extremas que Parker, Stone y su antigua compañera de guiones en South Park, Pam Brady, se vieron obligados a rehacer constantemente el guión para adaptarse a las limitaciones físicas de las marionetas. La producción se retrasó varias veces y el equipo se enfrentó a una auténtica lucha por terminar la película a tiempo para su fecha de estreno. Sin embargo, nada iba a disuadir a Parker y Stone de alcanzar su visión precisa del proyecto. Siempre perfeccionista, el dúo se propuso mantener la acción lo más real posible, absteniéndose de utilizar efectos especiales y capturando en directo todas las escenas con marionetas.

Las marionetas fueron creadas por los hermanos Chiodo, un trío de artistas de efectos especiales que ya habían diseñado marionetas para películas como Elf y Dinosaurio de Disney. Perfeccionistas ellos mismos, los hermanos se sorprendieron cuando Parker y Stone les pidieron que rebajaran su habitual nivel de maestría. "Construyeron las marionetas según las especificaciones de Trey y Matt, les ataron pequeños hilos de pescar y les hicieron demostraciones de cómo podían andar, luchar, bailar y besarse, que nosotros filmamos", explica Jewett. "Matt y Trey pensaron que parecía demasiado realista. Pidieron cuerdas más grandes y visibles, y movimientos más bruscos. No era lo que esperaban los hermanos Chiodo. Los titiriteros se enorgullecen de crear la ilusión de criaturas vivas. Ahora les pedían que destrozaran esa ilusión".

Para la secuencia de la película en París, en la que Chris (al que pone voz Stone), miembro del Equipo América, se enfrenta a un terrorista en un combate cuerpo a cuerpo, Jewett dice que los Chiodos coreografiaron una escena de lucha digna de Jason Bourne. "Fue el arte titiritero al más alto nivel. Trey y Matt vieron la pelea. Luego dijeron, para consternación de los Chiodos: 'Estuvo bien, pero esta vez choquen entre ustedes'".

En el transcurso de la película, el Equipo América acaba causando inadvertidamente muchos más daños a capitales y monumentos famosos de los que cualquier terrorista podría soñar. "¡Maldita sea, he fallado!", dice Joe, miembro del equipo, cuando su misil pasa volando por encima de su objetivo, alcanza la Torre Eiffel y la hace estrellarse contra el Arco del Triunfo. Muchos personajes famosos también mueren de forma gloriosamente sangrienta, pero fue la infame escena de sexo entre Gary y Lisa -recuérdese: protagonizada por dos marionetas-, la que planteó el mayor problema en términos de censura.

Parker y Stone sabían que estaban sobrepasando los límites, pero se indignaron cuando la Motion Picture Association of America (Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, el equivalente estadounidense de la BBFC británica) decidió dar a la película una calificación NC-17, más dura y repelente para el público, en lugar de la "R", más apta para adolescentes, que esperaban. El corte original de la escena, en la que las marionetas se orinan y cagan unas encima de otras, tuvo que reducirse de un minuto y medio a 50 segundos. Y se presentaron al menos nueve ediciones distintas a la MPAA antes de que la junta decidiera que la película podía recibir una calificación R.

Matt Stone y Trey Parker (Imagen: AFP)
 

Jewett recuerda el día en que se rodó la escena de sexo. "Trey me hizo reunir al equipo para dar un pequeño discurso. Todos habíamos leído el guión, así que sabíamos lo que íbamos a hacer. Pero Trey nos dio permiso para tomarnos el día libre si nos sentíamos ofendidos o incómodos con lo que íbamos a ver. Nadie se fue. El resultado fue una comedia sin igual".

Sin embargo, la también famosa escena del vómito -en la que Gary ahoga sus penas en alcohol y luego vomita sin parar sus tripas- resultó ser un reto aún mayor para muchos miembros del equipo. "A mucha gente le dieron náuseas", dice Jewett con una sonrisa de satisfacción. "Conectamos un bidón de 50 litros de líquido viscoso de color beige a la cabeza de la marioneta con un tubo, y los chicos de efectos especiales empezaron a bombear. De la boca de Gary salían litros y litros de vómito, luego se paraba y volvía a empezar. El vómito salía por todas partes. Corría por el suelo y por debajo de nuestros zapatos. Trey y Matt demostraron su dominio del ritmo cómico con las paradas y los arranques, y fue divertidísimo. Pero la gente tuvo que salir de la sala".

Además de las críticas, las reescrituras, los retrasos y los problemas con las marionetas, Parker y Stone también se expusieron al vitriolo de las diversas celebridades de las que se burlaban en la película. Baldwin, Samuel L. Jackson, Susan Sarandon, Helen Hunt, Tim Robbins, George Clooney y Matt Damon fueron algunos de los principales blancos, pero fue Sean Penn quien se sintió especialmente ofendido por su parodia de las marionetas. El ganador del Oscar se enfureció tanto que envió una carta a Parker y Stone en la que arremetía contra su apatía a la hora de votar y les acusaba de "fomentar la irresponsabilidad".

Recuerdo que llamé a Trey, se la leí y le dije: "Esto no es real, ¿es real?", recordó Stone en una entrevista con la cadena ABC News. Obviamente, al dúo le pareció divertidísimo, sobre todo porque Penn se las arregló para emular su propia parodia santurrona invitando a la pareja a una de sus giras por un Irak devastado por la guerra. Parker agregó: "Lo que fue una locura fue que en la película nos burlábamos de él porque decía: 'Estuve en Irak, no sabés de lo que estás hablando, yo he estado allí'. Y él escribe en la carta 'Estuve en Irak'". Lo más gracioso, sin embargo, fue la forma en que Penn firmó la nota: "Todo lo mejor, y un sincero fuck you".

Sin embargo, de todas las celebridades parodiadas en la película, Damon se llevó sin duda la paliza más memorable. El actor es retratado como un simplón que sólo sabe decir su propio nombre. A día de hoy, es sencillamente imposible que alguien que haya visto Team America mire a la cara del actor y no sienta al menos unas ligeras ganas de gritar: "¡MAAATTT DAAAMON!".

Cuando se le preguntó por la película en 2016, el actor dijo que estaba confundido por la representación. "Creo que esos dos tipos son unos genios, y no uso esa palabra a la ligera", escribió durante una sesión de preguntas y respuestas de Reddit. "Soy un gran fan de ellos, pero nunca entendí del todo esa". Resulta que no había razón para que se lo tomara como algo personal, ya que Parker y Stone solo decidieron darle esa personalidad al personaje porque su marioneta salió del horno con un aspecto un poco, como ellos dijeron, "mentalmente deficiente".

Aunque Parker y Stone no lo sintieran en su momento, el sufrimiento que padecieron para crear el Equipo América valió la pena. Sí, recibió críticas mayoritariamente positivas cuando se estrenó, pero su verdadero legado es esa sonrisa irónica que se dibuja en la cara de alguien cuando se le pregunta si la vio alguna vez. Es esa mirada que dice: "Sé que no se me permite encontrar esto hilarante, pero lo encuentro, absolutamente". Es esa irónica sensación de patriotismo que te transmite, aunque no seas estadounidense ("Fuck yeah!"). Y es el recordatorio más flagrante que existe de que el ganador del Oscar Sean Penn ha estado, de hecho, en Irak.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.