El caso de una chica de 22 años que denunció en la Fiscalía Regional Rosario un posible hecho de acoso o abuso por parte de un chofer de la plataforma Uber, la única que no adhirió a la ordenanza rosarina que regula el servicio de automóviles de alquiler, revela las limitaciones que los contratos entre privados poseen en mercados desregulados, sueño húmedo del ideario liberal-libertario. “Este es uno de los tantos motivos por el que hay que buscarle un encuadre legal a las plataformas de movilidad, que funcionan de facto y desairando al Departamento Ejecutivo en su intención de formalizarlas”, dijo ayer la concejala Julia Irigoitia, quien recordó que “en Rosario el transporte en autos particulares es un servicio concesionado, no un negocio entre privados sin control ni regulación”.

El caso de la joven se conoció porque ella misma lo ventiló en redes sociales. La difusión del hecho provocó que al menos otras nueve mujeres expusieran que habían vivido situaciones similares de acoso en vehículos adheridos a la misma plataforma de movilidad.

Antonella, la víctima, relató que el domingo a las 6 de la mañana pidió un servicio mediante la aplicación Uber para regresar a su domicilio y, a poco de andar, el chofer “me puso la mano en la pierna”, mientras le decía que le había “alegrado la mañana”.

“Me quise bajar en una estación de servicios, pero tenía las puertas trabadas. A los pocos minutos, volvió a parar y cuando pude me bajé corriendo del auto. Él se escapó inmediatamente”, completó su relato la joven de 22 años.

El episodio se judicializó y voceros de la Fiscalía local dijeron a Rosario/12 que la denuncia fue formalizada por la víctima, por lo que “hay una investigación en curso”.

“Se están tomado declaraciones a otras personas que realizaron manifestaciones en redes sociales en relación a temas similares”, añadió la fuente judicial consultada por este diario. En cuanto a la identificación del chofer, explicó que “se aportaron datos que se están corroborando”.

¿Están libres de sufrir acoso o abuso los pasajeros de taxis y remises habilitados solicitados por las aplicaciones reguladas? No, pero en ese caso “el municipio conoce todos los datos del conductor, tiene la geolocalización y posee otros mecanismos para, cuanto menos, identificar y tomar algún tipo de medida al respecto”, dijo a Rosario/12 la concejala Irigoitia, del bloque Justicialista.

Al presentar la puesta en funcionamiento el registro de aplicaciones para el transporte, hace quince días, el intendente Pablo Javkin apuntó, justamente, a la cuestión de la seguridad que brindan los servicios inscriptos y regulados.

“A partir de acá los usuarios de taxis y remises de nuestra ciudad van a tener múltiples posibilidades de tener un despacho de viaje a partir del sistema de aplicaciones en forma legal, en forma segura”, afirmó el jefe comunal.

Ese día, anunció que las aplicaciones MoviTaxi, Viaja Rosario, Cabify (taxi), Zubo, She Taxis, Viaja Remise, Cabify (remise) y Pedí tu remis, adhirieron el régimen que establece la ordenanza para brindar el servicio de transporte en autos particulares. Uber tomó la decisión de permanecer en la “clandestinidad”, atento a su posición dominante en el mercado y su intención de imponer sus reglas corporativas como universales para el conjunto del sistema.

La concejala Irigoitia, que presentó un proyecto en el Palacio Vasallo para la regulación de las apps de viajes, dijo ayer que “hay que buscar nuevas herramientas para las economías de plataformas”.

“Desde el momento cero en que se aprobó la ordenanza de modernización del transporte, mi hipótesis era que Uber no iba a entrar ahí, porque no es su modelo de negocios”, dijo la edila en diálogo con este diario.

Para Irigoitia, es necesario “discutir un marco regulatorio que tenga que ver con las economías de plataformas, no adaptándose a su modelo de negocio, pero sí en un escenario que las contemple”.

“En nuestro proyecto lo que planteamos es pensar en una tercera categoría de autos habilitados, que no sean ni taxis ni remises, pero que cumplan con determinadas normas de seguridad e higiene, que se inscriban, que tengan un registro y estén autorizados, g que los choferes puedan darse de alta en la aplicaCuando el mercado desregulado no alcanzación”.

El planteo consiste en clasificarlas como sistema de transporte privado de interés público por plataformas y que las apps puedan inscribirse ante el municipio “como cualquier industria o comercio, darse de alta, declarar un domicilio fiscal, pagar Drei (Derecho de Registro e Inspección) por facturación declarada”, enumeró.

A la vez, la iniciativa de Irigoitia contempla, teniendo en cuenta que esa competencia podría resultar lesiva para taxis y remises, que lo recaudado en concepto de Drei de las apps de movilidad confluya en un fondo de fortalecimiento del sistema tradicional.

 

La concejala sostuvo que en el Concejo están “dispuestos a debatir mejoras” a la ordenanza actual, y afirmó que “hay que cuidar el sistema de servicios públicos y resguardar a los taxis y remises”. Una forma posible, propuso, es emplear los filtros que poseen las Apps para que en el otorgamiento de un viaje “tengan prioridad a la hora de tomarlos los taxis y los remises antes que Uber”.