El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este viernes iniciar la producción en serie del misil hipersónico Oreshnik, después de que el ejército ruso lo usara para bombardear la ciudad ucraniana de Dnipró, mientras que las tropas confirmaron la toma de nuevas localidades en el este de Ucrania. Tras el anuncio de Putin el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó a sus aliados la entrega de nuevos sistemas de defensa aérea.
"La decisión ya se tomó"
"Tenemos que iniciar la producción en serie. La decisión ya se tomó", declaró Putin, alabando "la fuerza particular y la potencia de esta arma", en una reunión televisada con altos mandos militares. "Seguiremos realizando pruebas, incluso en condiciones de combate, en función de la situación y la índole de las amenazas para la seguridad de Rusia", declaró.
El Oreshnik ("avellano", en ruso) es un misil balístico con capacidad nuclear, de alcance medio, lo que supone que puede alcanzar blancos situados en un rango de 3.000 a 5.500 kilómetros. "El sistema Oreshnik no es un arma estratégica, en cualquier caso, no es un misil balístico intercontinental, no es un arma de destrucción masiva, incluido porque es de alta precisión", dijo el líder del Kremlin.
Putin confirmó el jueves que, en respuesta a bombardeos ucranianos con misiles occidentales, Rusia disparó ese nuevo tipo de misil balístico hipersónico, sin carga nuclear, contra un objetivo militar en Dnipró, en el centro-este de Ucrania. Además advirtió que el conflicto en Ucrania había cobrado un carácter mundial y responsabilizó a las potencias occidentales de la escalada, amenazando con golpear a los países que suministran a Kiev armas empleadas para atacar su país.
Reunión de emergencia de OTAN
Mientras tanto, la OTAN convocó a una reunión de urgencia a pedido de Ucrania, tras el lanzamiento del misil balístico. La cita, prevista para el próximo martes en la sede de la Alianza en Bruselas, reunirá a los embajadores del Consejo OTAN-Ucrania con el fin de analizar la última escalada de la guerra, una situación que ha generado preocupación entre varios líderes occidentales. El primer ministro polaco, Donald Tusk, aseguró en Varsovia que "la amenaza de un conflicto global es grave y real", en tanto que su par alemán, Olaf Scholz, calificó de "horrible escalada" el lanzamiento de Moscú del misil hipersónico.
La inteligencia militar ucraniana (GUR) reveló que el disparo pudo haberse lanzado desde el complejo de misiles Kedr, situado en la región rusa de Astraján, y que tardó solo 15 minutos en completar el millar de kilómetros de distancia entre el lugar de lanzamiento y el objetivo en Dnipró. El misil tenía seis cabezas de guiado con seis submuniciones cada una y la velocidad alcanzada en el tramo final de su trayectoria fue superior a Mach 11, es decir, 11 veces la velocidad del sonido.
La vocera de la OTAN, Farah Dakhlallah, subrayó que los aliados seguirán dando asistencia militar a Ucrania de la misma forma que lo hacían tras el lanzamiento del misil. "El despliegue de esta capacidad no cambiará el curso del conflicto ni disuadirá a los aliados de la OTAN de apoyar a Ucrania", enfatizó en Bruselas.
Por su parte el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que el ministro de Defensa, Rustém Umérov, ya está celebrando reuniones con los aliados para pedir nuevos sistemas de defensa aérea. "El mundo debe saber la verdad y darse cuenta de que el único que no quiere la paz es Rusia. Es por eso que Rusia necesita una escalada", subrayó Zelenski en una conferencia.
El mandatario ucraniano también criticó la suspensión de la sesión de este viernes del Parlamento o Rada Suprema, por las informaciones de los servicios de inteligencia de que podía producirse un ataque contra la capital, y dijo que éstas no pueden usarse como excusa. "Si no hay alarma aérea, el Estado, la industria, las embajadas, todo el mundo debería seguir trabajando", afirmó, después de que su gobierno criticara esta semana el cierre temporal de varias embajadas por el riesgo de ataques.
"Esto afecta a todos, desde la Rada Suprema de Ucrania y otras estructuras y organismos del Estado hasta los órganos administrativos de las regiones y los municipios. Si suena la sirena, vamos al refugio. Y, cuando no hay sirena, trabajamos y prestamos servicio", remarcó Zelenski. Kiev empezó a usar esta semana misiles Atacms estadounidenses y Storm Shadow británicos contra objetivos militares situados en regiones rusas fronterizas con Ucrania, después de recibir finalmente la anhelada luz verde de Washington y Londres.
Ucrania está equipada con sistemas Patriot estadounidenses (con los que afirma haber interceptado ya varios misiles hipersónicos Kinjal calificados de "invencibles" por el Kremlin) y su equivalente franco-italiano, Samp/T, pero en número demasiado reducido para proteger todas sus ciudades. Sin embargo, Rusia sostiene que con el Oreshnik dispone de un artefacto imposible de interceptar y capaz de alcanzar todos los países de Europa.
Avance ruso en el este de Ucrania
Por su parte, las tropas rusas tomaron una nueva localidad en los alrededores del bastión ucraniano de Kurajove, en la región oriental de Donetsk, informó el ministerio de Defensa de Rusia. La nueva conquista del Ejército ruso es Novodmytrivka, una pequeña aldea al norte de Kurajove, que se suma a otras cuatro localidades tomadas por los rusos en los alrededores de esta ciudad durante la última semana, lo que ha dejado a Kurajove prácticamente rodeada.
El Ejército ruso avanza a gran velocidad desde hace semanas en Donetsk, donde ya combate en Kurajove, aunque el objetivo principal es Pokrovsk, ciudad de 60 mil habitantes y con importantes yacimientos de coque, un material derivado del carbón utilizado principalmente en la producción de acero. Una fuente del Estado Mayor ucraniano reconoció que las tropas rusas avanzan unos 200 o 300 metros al día cerca de Kurajove, que tenía unos 20 mil habitantes antes del inicio de la guerra.
Cerca de Pokrovsk, otra ciudad que sirve como un importante centro logístico para las fuerzas ucranianas, la situación es más favorable y prácticamente no cambió en los últimos dos meses, según la fuente militar. A pesar de esta situación, el ejército ucraniano, falto de soldados y equipamiento, no tiene intención en este momento de retirarse de la región rusa de Kursk, donde todavía controlan unos 800 kilómetros.
La cartera rusa de defensa había informado el jueves que las unidades de la agrupación militar Tsentr conquistaron la localidad de Dalne habitada por menos de 500 personas antes de la guerra. Dalne es la localidad más cercana al sur de Kurajove, donde los defensores ucranianos intentan resistir hasta la llegada del invierno. A su vez, el Kremlin confirmó el miércoles la toma del pueblo de Illinka, que se encuentra a orillas del embalse en el río Vovcha.