Javier Milei tuvo suerte. Está gozando de un shock local financiero positivo, un evento inesperado que le permite transitar la segunda parte del año en un escenario cambiario no previsto.

Cuando se esperaba un escenario complicado con el stock de reservas internacionales del Banco Central y una mayor presión devaluacionista del mercado y del complejo agroexportador, la economía argentina recibió un golpe de fortuna: el resultado del blanqueo de capitales fue espectacular, superando la estimación más optimista de funcionarios y operadores de la city.

El saldo a fin de octubre fue de 20.085 millones de dólares declarados en efectivo y depositados en cuentas especiales en bancos, más 2432 millones de dólares por otros conceptos. En total, unos 23.000 millones de dólares en apenas dos meses.

La lluvia de dólares del blanqueo de capitales aceleró la bicicleta del carry trade.

El análisis económico debe ser dinámico

Esta cantidad de dólares ingresando al circuito legal en tan corto período obliga a modificar el cuadro de análisis económico. Este no debe ser estático para no tropezar con evaluaciones incorrectas, por lo menos las de corto plazo.

El registro de un shock local financiero positivo modifica el cuadro económico, como lo hizo en sentido opuesto la sequía en 2023, la peor de la historia. Fue un shock local negativo por casi 24.000 millones de dólares, calculó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales.

La sequía impactó en la economía argentina de varias formas:

* La liquidación del sector oleaginoso y cereales se derrumbó en 23.509 millones de dólares

* Las exportaciones agroindustriales cayeron 41%.

* La economía contabilizó entonces un déficit comercial de 6821 millones de dólares.

* El pago neto de deudas en dólares fue record desde al menos el 2003.

* Las reservas internacionales brutas disminuyeron 21.524 millones de dólares en el año.

El blanqueo modificó el escenario cambiario de corto plazo

La magnitud de ambos shocks es similar, aunque en sentido opuesto en cada uno de esas variables financieras sensibles (reservas, intercambio comercial, deudas en dólares, exportaciones y liquidación del complejo agroexportador). 

La suerte está del lado de Milei. Las perspectivas a mitad de año eran complicadas para la estabilidad económica y financiera porque, en junio y julio, el Banco Central estuvo perdiendo dólares de las reservas, cuando esperaba acumular. La brecha cambiaria que estaba en el 8% en enero había trepado al 60% y la tasa de inflación se había estacionado en la zona del 4% mensual.

En estos meses, la especulación de economistas del establishment y de financistas era cuándo iba a producirse otra devaluación, con el consiguiente impacto en la tasa de inflación, cuál era el riesgo del defaut de la deuda pública.

Una serie de eventos modificaron el clima pesimista dominante en el mercado sobre las perspectivas financieras y económicas. Hubo varios factores, y el determinante fue el extraordinario resultado del blanqueo de capitales, que permitió revivir el carry trade.

Las dos etapas de la bicicleta financiera de la dupla mesadinerista Caputo-Bausili

El ministro de Economía, Luis Caputo, con su socio y titular del Banco Central, Santiago Bausili, desembarcaron en el gobierno de Milei con el conocido esquema de negocios para seducir financistas: megadevaluación y carry trade (bicicleta financiera) con tablita cambiaria del 2% mensual.

La primera etapa especulativa culminó en junio-julio cuando irrumpió la inestabilidad cambiaria y las dudas inundaron la city acerca de las perspectivas financieras y cambiarias del plan Caputo-Bausili.

El alza de los dólares MEP y CCL a cotizaciones máximas de 1416 pesos y 1428 pesos, respectivamente, el 12 de julio pasado, fue el punto de inflexión de la movida inicial del carry trade. Ahí terminó la primera etapa y comenzó un breve compás de espera hasta retomar una segunda etapa de bicicleta financiera. El shock positivo del blanqueo, que comenzó el 14 de agosto y culminó el 8 de noviembre, la impulsó.

El último informe de FIDE precisa las características del actual carry trade. Explica que, a diferencia de otras experiencias de “valorización financiera” que ocurrieron en el pasado, esta bicicleta financiera no se basa exclusivamente en tasas de interés positivas en términos reales. En este sentido, a principios de este mes, el Banco Central redujo la tasa de interés del 40% al 35% nominal anual, lo que arroja una tasa efectiva mensual del 2,9%, por debajo de la inflación de septiembre y apenas por encima de la inflación de octubre (2,7%).

La clave de la bicicleta Caputo-Bausili es la tablita cambiaria del 2% mensual.

Jugar con las cartas marcadas

Cuando Milei adelantó que está evaluando reducir el ajuste al 1% mensual en el primer trimestre de 2025, aunque Bausili lo relativiza en diálogos informales, sin desmentir pero advirtiendo que aún no están dadas las condiciones para avanzar en esta medida, reafirma que no habrá devaluación, al menos hasta las elecciones de medio término (octubre próximo). Esto acelera las apuestas a la bicicleta financiera.

Como si fuese un paño verde de la mesa del póker, conociendo cuáles son las cartas ganadoras, diferentes agentes económicos abandonan en forma temporal el dólar como refugio de valor. Con lo producido de la liquidación de divisas, la apuesta inmediata se dirige a activos en pesos, con la expectativa de recolectar más dólares de los inicialmente vendidos.

De este modo, se refuerza el ingreso de dólares financieros a la plaza local, se promueve la liquidación de exportaciones del agro y la acumulación de deuda comercial de importadores. Estos últimos prefieren retrasar su acceso a los dólares del Banco Central para quedarse con los pesos y valorizarlos a tasas superiores con la garantía del ajuste cambiario mensual predeterminado (crawling peg).

Más préstamos en dólares y más Obligaciones Negociables

El resultado extraordinario del blanqueo de capitales consolidó la segunda etapa del carry trade. Este shock positivo derivó en un alza considerable de los depósitos en dólares hasta 33.539 millones, de acuerdo con el último dato proporcionado por el Banco Central, correspondiente al 15 de noviembre pasado.

La secuencia es la siguiente: poco más de 20 mil millones de dólares se blanquearon y se depositaron en bancos. Estas colocaciones facilitaron la entrega de créditos en dólares (a firmas exportadoras o proveedoras de divisas) y la captura de parte de estos dólares por grandes empresas vía la emisión de Obligaciones Negociables (bonos privados).

Los dólares de los préstamos deben ser vendidos en el mercado único de cambios (Banco Central), mejorando el cuadro de reservas internacionales y aliviando presiones en el mercado cambiario.

La opción del carry trade es el incentivo para desprenderse de los dólares. Además, los billetes del blanqueo, para eludir la inmovilización de doce meses sin pagar el cargo del 5%, se liberan con la compra de activos. Esto generó la fiesta bursátil con alza de cotizaciones de acciones y títulos públicos. Esto último se reflejó en la caída del riesgo país a un mínimo de 720 puntos (el viernes cerró en 745 puntos) y el boom de colocaciones de ON.

La emisión de ON en octubre sumó unos 2500 millones de dólares, monto que supera a la emisión global en 2023, ampliándose a 7500 millones en total en lo que va de este año, superando la cifra más alta desde 2017 (5900 millones)

Las burbujas especulativas tienen el final conocido

La fiesta financiera del blanqueo y el carry trade se consolidó con la exhibición política de fortaleza libertaria, al conseguir la ratificación de los vetos en el Congreso a las leyes que pretendían mejorar un poco las jubilaciones y el presupuesto universitario.

En este marco general, el objetivo del Gobierno es mantener la artificial pax cambiaria (atraso del tipo de cambio con “cepo”) hasta las elecciones de octubre de 2025, pese a que esta estrategia profundizará los problemas estructurales de la economía real y del frente externo.

El combo financiero-cambiario y político está realimentando, en el corto plazo, las condiciones de esta fase de valorización financiera con la tablita cambiaria de Caputo-Bausili.

¿Es necesario recordar cuáles fueron los desenlaces de experimentos especulativos similares (la tablita de Martínez de Hoz, la ficción de la convertibilidad de Cavallo y la orgía de endeudamiento de Macri)? Sí, es necesario: cada una de estas burbujas especulativas estalló provocando inmensos costos económicos y sociales.