A tres semanas del derrumbe del apart hotel Dubrovnik que dejó como saldo ocho muertos y doce imputados en una causa caratulada como estrago culposo con agravante, aún sigue cortada al tránsito toda la cuadra sobre la Avenida 1 entre el Paseo 103 y la Avenida Buenos Aires donde estaba el alojamiento de diez pisos y también el edificio lindero que se vino abajo . Además, desde el lunes pasado, las fachadas de ambas construcciones han sido tapiadas hacia la calle, obturándole la vista a los desconocidos que intentan cogotear desde las esquinas donde aparecen las fajas de prohibición de acceso. Este escenario hace suponer que la zona se mantendrá inhabilitada al tránsito vehicular y peatonal, incluso cuando ya haya sido inaugurada la temporada alta, fecha que en Villa Gesell coincide con el 14 de diciembre, aniversario de su fundación.
Este secretismo impuesto por la hilera de placas negras sobre la Avenida 1 hace suponer que se está buscando aún más intimidad para las pericias técnicas desarrolladas por personal de la Policía Federal en las ruinas de lo que hasta fines de octubre supieron ser el robusto Dubrovnik de diez pisos y su vecino Alfio I de tres niveles. Si bien las tareas se suponía que iban a llevar entre una y dos semanas, ahora trascendió que las mismas podrán extenderse todo el tiempo que sea necesario. Los peritos están buscando con estas pesquisas intentar determinar los motivos que hicieron caer al apart hotel, que en su colapso se devoró casi la mitad del lindero edificio de departamentos. La hipótesis sobre posibles causas naturales como un temblor o movimientos del mar --el frente costero está a 100 metros del hotel-- están descartadas toda vez que no hubo consecuencias en ninguna de las otras construcciones adyacentes.
¿La manzana afectada?
Sin embargo, una vez terminadas las tareas de búsqueda de personas y remoción de escombros que llevó diez días desde el derrumbe del 29 de octubre-- se despertó en Villa Gesell otra alerta: ¿este colapso catastrófico pudo haber afectado también a los edificios de las manzanas circundantes a la del apart hotel? Fue por ese motivo que los propietarios de esos inmuebles --en su mayoría hoteles y torres de departamentos-- solicitaron una reunión con autoridades municipales, quienes apuraron un convenio con el Colegio de Ingenieros de Mar del Plata para anunciar el denominado “Plan estratégico de estudios basados en controles complejos sobre estructuras de edificios situados en las inmediaciones de la zona de derrumbe”, de momento sin mayores precisiones sobre sus observaciones, si es que las mismas existen.
La reunión fue en el Centro Cultural Pipach de Avenida Buenos Aires y playa y estuvo encabezada por el intendente Gustavo Barrera y funcionarios como el Secretario de Planeamiento, Hábitat y Vivienda, Juan Duarte, el Director de Obras Particulares Sergio Selicki (quien el año pasado había dirigido una obra en el Dubrovnik cuando aún no reportaba como miembro de la gestión Barrera) y el Director de Inspección de Edificios Privados y Espacios Públicos, Nicolás Valdez (autor de un pedido de paralización de obras que no bastó para que el apart las cesara).
Lo curioso es que mientras propietarios, hoteleros, consorcistas y frentistas de la zona derrumba escuchaban la propuesta, simultáneamente la Municipalidad de Villa Gesell recibía el reclamo del propietario de las excavadoras que habían sido solicitadas para remover los escombros: las mismas habían quedado encerradas ya que las grúas de gran porte que trabajaban allí fueron retiradas y olvidaron sacar esas pequeñas máquinas que no podían entrar y salir del área por la estrechez de las paredes circundantes, especialmente la estructura delantera de tres pisos del Dubrovnik que no llegó a caer.