El presidente de Tabacalera Sarandí, Pablo Otero, a quien el presidente Javier Milei y algunos medios de comunicación apodaron el "Señor del Tabaco", denunció que las empresas multinacionales Massalin Particulares y BAT (British American Tobacco) quieren sacarlo del mercado. "Massalin se encargó de decir que no pagamos impuestos para defenestrarnos", aseguró este sábado, desde los estudios de la 750

Los embates comenzaron en 2009 y continuaron en 2017, según contó el empresario, con dos leyes de desregulación de mercado que tenían el objetivo de "sacar a los jugadores menores". 

"La primera ley Massalin obligaba a los oferentes a vender a tres cuartas partes del precio más vendido de la marca más vendida. Ergo, su marca", detalló el entrevistado. Y continuó: "En Argentina, las multinacionales escriben sus propias leyes".

Sin embargo, para 2017 el poder adquisitivo de los salarios argentinos había disminuido significativamente, con lo cual comenzaron a posicionarse las segundas marcas de cigarrillos. "Empezamos a ser una amenaza comercial seria", manifestó Otero. 

En ese momento Massalin impulsó la derogación de la vieja ley en reemplazo de una nueva legislación, la del Impuesto mínimo, que establecía un gravamen de 28 pesos. "Nuestro producto costaba 10 o 15 pesos en esa época, nos llevaba al doble solamente por el impuesto. Nos vimos en la obligación de impugnar esa ley", recordó Oteroy apuntó contra la Ley del Fondo Especial del Tabaco, a la que calificó de "farsa". 

"La Ley de Fondo Especial del Tabaco le saca dinero al consumidor y lo traslada sin impuestos a la materia prima de Massalin, que tiene cartelizado todo el tabaco argentino", sostuvo el empresario en Toma y daca.

Y puso el ejemplo de lo que sucede en Brasil, donde hay compañías tabacaleras nacionales que, en su pelea contra los capitales internacionales que modifican las legislaciones de otros países, lograron controlar el embate con la Ley de precio mínimo. 

Por otra parte, el presidente de Tabacalera Sarandí se defendió de las acusaciones de que su empresa establece precios desleales: "Nosotros ofrecemos un producto más barato. No tenemos que girar dólares al exterior, no tenemos gastos gerenciales por las nubes, como tienen Massalin y BAT. Es una empresa nacional, como si fuera una segunda marca. Las marcas internacionales tienen un costo mayor", explicó, antes de señalar que la materia prima está "cartelizada". 

Por último, contó que no tiene diálogo con el Gobierno nacional, salvo por cuestiones referidas a la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP), y denunció "hostigamiento" del organismo: "Los hemos denunciado. Se han pasado de largo, fuera de su potestad. Para llegar a denunciar a AFIP hay que pasarla mal, porque denunciás a quien tenés que rendirle cuentas", concluyó.