Luego de un año record en cantidad de pasajeros, el servicio ferroviario entre Rosario y Retiro languidece entre contratiempos técnicos y logísticos, en un declive sostenido de la demanda, sin que el Estado haga nada por revertir tal deterioro. Y no falta quienes relacionan esta mejora con un plan premeditado del gobierno nacional. "Es un paso previo planificado: decaer la calidad del servicio para hacer enojar a la gente y que se baje, y luego avanzar con la privatización", relacionó Lisandro Cavatorta, concejal del bloque Justicialista.

Datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte exponen la paulatina deserción de pasajeros en el tren que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner reactivo en 2015, con la inauguración de la estación Rosario Sur, y su extensión hacia Rosario Norte, ya en la gestión Macri.

Luego de un 2023 donde el servicio superó los 300.000 pasajeros transportados en el año, este momento marca una tendencia crítica. Según la CNRT, el tren a Retiro, en sus distintas frecuencias, transportó 83.841 pasajeros en el primer trimestre de 2024, y representó el 14,3% del total de los ramales de larga distancia. Luego, en el segundo trimestre viajaron 67.466 personas (17,7%). En el tercer trimestre, el servicio trasladó 56.275 pasajeros (16,5). Vale decir que en los nueve primeros meses del año se bajó un 32,8% de los viajeros.

"Cae la inversión en el ramal, y empieza a haber problemas que antes no ocurrían. Hay problemas de puntualidad, y en este último bimestre la cantidad de pasajeros cae de manera alarmante", señaló Cavatorta, cuya sintonía política abreva en el ex secretario de Transporte, Diego Giuliano.

La agenda pública en estos asuntos se enfoca más en las vicisitudes del tren Rosario - Cañada de Gómez, que a menudo sufre cancelaciones porque la operadora SOFSE le retira la locomotora para asignarla a otro ramal.

"Con la caída de la calidad del servicio por falta de inversión y mantenimiento, es lógico que la gente busque una alternativa para no llegar tarde. El problema es que quien se baja del tren y se va al colectivo difícilmente vuelva al tren", razonó Cavatorta. 

Viajar en el tren entre Retiro y Rosario cuesta $12.000 en primera, y $15.400 en pullman. Prácticamente, un tercio del costo de un pasaje en ómnibus. Tiene un servicio diario desde Retiro a las 19.30, y otro desde Rosario Norte a las 3.01. El trayecto debería insumir 6 horas y media, una meta que ya no se cumple. 

"Es una lástima porque es una forma económica y segura de viajar a Buenos Aires. Entonces, ante este declive la gente busca transporte desregulado por afuera de todo control. Crecen servicios paralelos de colectivos, combis, autos en los que viajan 5 o 6 personas, remises truchos. Es el resultado de la desregulación del transporte como ocurre en otros países como Perú y Bolivia. Empieza la informalidad del transporte público y se vuelve inseguro, imprevisible", se alarmó. Para el edil, hay razones de sobra para considerar este panorama como "un camino de postas hacia la privatización del servicio; o en el peor de los casos, hacia su cierre".

Cavatorta también cargó contra la falta de injerencia del Ejecutivo municipal. "El intendente no tiene ninguna mirada, nada para decir sobre esto. Son sus vecinos los que viajan en el tren, y más del 25% de los turistas llegan por ahí, en verano son más del 50% de los turistas. Sin embargo, ni el intendente ni el gobernador parecen tener ninguna mirada al respecto. Si no hay voluntad política, es difícil", concluyó.

Para la Asociación de Amigos del Riel, una entidad civil que milita la vigencia del tren como medio de transporte, el servicio Rosario - Buenos Aires corre peligro. "Sí, claramente está en riesgo de volver a desaparecer. Porque Nación no va a cambiar de criterio. Lo que hay que hacer es que la Provincia tome cartas en el asunto, patee escritorios o se haga cargo de prestar el servicio. Si nos quedamos sentados, perderemos el tren. Nación no tiene voluntad, a lo sumo lo concesionará e interesados tiene", analizó Mariano Antenore, de esa entidad.

Como observador atento de la problemática, Antenore desconfía de la gestión de la empresa misma y del personal del ramal. "Las locomotoras fallan permanentemente, Sale puntual pero acumula demoras por el camino. Es raro porque en otras líneas, como la del Roca, no hay problema, los trenes a Mar del Plata corren normalmente", distinguió.

Antenore lamenta decisiones que atentan contra la demanda de usuarios. "Los trenes van llenos, pero a este le sacaron dos coches pullman, ahora va con uno solo, y rara vez es puntual. No se hasta donde hay culpa de la empresa o si hay alguna otra cosa más", reflexionó y recordó en los '90 cuando la dirigencia gremial de la Unión Ferroviaria aceptó el proceso privatizador del menemismo.

Como salvedad, este miembro de la Asociación Amigos del Riel también recordó sinsabores durante la gestión de Giuliano al frente de Transporte. "Pusieron trenes sin haber reparado las vías correctamente, no implementaron la SUBE, cosas absurdas como que un menor de 16 años puede viajar solo en colectivo pero en el tren debe ir acompañado por un adulto. Se lo dijimos a Giuliano en su momento y no hizo nada al respecto. Y la Provincia también. El perottismo no puso en marcha el tren Santa Fe - Laguna Paiva, Milei sacó los coches y ahora Pullaro no hizo nada, mientras en Buenos Aires Kicillof se hará cargo de algunos trenes. Santa Fe podría tomar el servicio Rosario - Cañada, pero no lo hace, Pullaro no tiene esa decisión", señaló.