Minutos después de que Toto despidiera su show en el Movistar Arena con “Africa”, en una parrilla de la Avenida Corrientes que está próxima al predio o en los autos que se enfilaban hacia la Avenida Dorrego seguía sonando el “Papapa para papá” que distingue a la melodía de su súper hit. Al mejor estilo de un mantra dispuesto a continuar con la ceremonia, un shot más de dopamina que se resistía a soltarle la mano a los recuerdos que invocaba ese himno made in 1982. En eso consistió la propuesta de la banda en este nuevo desembarco porteño: en capitalizar su pasado, al igual que el de todo ese público que se tornó durante dos horas en hincha entregado. Ante cada clásico que irrumpía, la gente respondía saltando de las sillas, estremeciendo los brazos como si se tratara de un golazo o exhalando un “Uffff”.
En contraste con su anterior visita a la ciudad, en 2007, la única pieza fundadora del grupo que formó parte de la encarnación que se presentó en la noche del viernes en el estadio de Villa Crespo fue el guitarrista y a veces vocalista Steve Lukather. No fue su última vez en Buenos Aires: en el medio vino en dos ocasiones con la Ringo Starr & His All-Starr Band, el supergrupo que montó el baterista de The Beatles con varios musicazos. En esa actuación del Teatro Gran Rex también estuvo otro miembro fundador, el cantante Bobby Kimball (intérprete original de “Africa”), cuyo rol fue ocupado en este regreso por Joseph Williams, quien fue integrante de la banda en distintos momentos. El resto del septeto eran sesionistas que alguna vez fueron parte del universo Toto.
De hecho, casi al final del recital hubo un pasaje en el que Lukather, a manera de justificación, hizo un prontuario de cada uno de los músicos que lo acompañaban. Eso sucedió previo al tema “Home of the Brave”, partícipe del disco The Seventh One (1988). El grupo de Los Angeles siguió produciendo música nueva hasta 2018, cuando sacó el álbum Old is New. Sin embargo, el repertorio de esta vuelta estuvo sustentado principalmente en las canciones de sus cuatro primeros trabajos de estudio, que es donde radica su popularidad. Al punto de que arrancaron con “Girl Goodbye”, de su epónimo debut, a la que le secundó otro temazo de ese disco: “Hold the Line”. Siguieron desenfundando su arsenal de éxitos seminales de la mano de “99”, y a continuación con “Pamela”.
En la instrumental “Jake to the Bone”, del disco Kingdom of Desire (1992), donde el violero formalmente se convirtió en frontman del grupo, Lukather dio constancia no sólo de su gran temple compositivo, sino también de su don para con la guitarra eléctrica. Inclusive cuando se prueba en el jazz a lo Weather Report. Con “Burn” saltaron la línea del tiempo hasta 2015, año en el que la banda lanzó Toto XIV, donde Williams nuevamente se sumó al proyecto. Aunque en esta revisión el tecladista Greg Phillinganes puso a arder su instrumento. La balada ochentosa germinó mediante “I’ll Be Over You”, y lucieron su veta pop con “Stop Loving You”. Hubo además alusiones a los músicos y al staff de Toto que ya no está entre los vivos, tal como sucedió en la antesala de “Little Wing”, cover de Jimi Hendrix.
Algunos salieron eyectados de sus asientos inmediatamente sonó el funk “I’ll Supply the Love”, y se mantuvo ese plan groovero con “Georgy Porgy”. Mientras avanzaba la canción, el público emulaba con sus manos o haciendo uso de la onomatopeya al piano, la batería o la flauta, así como en otros temas hizo lo mismo con las violas y el saxo. Tras el “Olé, olé, Toto”, la rockearon con “Dying on My Feet”. Recurrieron una vez más al cover por cortesía de “With a Little Help From My Friends”, pero no se subieron al barroquismo de The Beatles, sino a la versión terrenal de Joe Cocker. Entonces apareció “Rosanna”, clásico que evidencia ese identikit del grupo en el que resaltan los juegos vocales y la paleta de matices sonoros, lo que dio pie para “Africa”. Y ahí ese estadio exaltado comenzó a cantar “Papapa para papá”.