Desde hace 33 años, la vida de Fernando Raúl Brouver esta directamente relacionada con la Escuela de Educación Agraria Nº 1 "Martín Fierro", en Arrecifes. Y posiblemente ya nada separe su historia personal con la vida institucional del colegio y de la ciudad. Sucede que la calle que desemboca en el ingreso a la escuela pasó a llevar su nombre por pedido y obra de sus estudiantes. 

Brouver define a la Martín Fierro como su “lugar en el mundo”. “Lo que más me emociona de este gesto es que viene de los estudiantes, que son el soberano de la escuela”, dijo días antes del acto de imposición en conversación con Buenos Aires/12.  

En el tiempo que lleva en el colegio fue desempeñado diferentes roles hasta convertirse en “el corazón de la institución”, según define la directora Vanesa Tronchoni . Hoy da clases en las materias técnicas de quinto, sexto y séptimo año; es el jefe del Departamento de Formación Técnica y el presidente de la cooperadora escolar.

Pero además es quien articula con muchas empresas locales para las prácticas de los estudiantes. Su mayor deseo es crear las condiciones para que sus alumnos se queden en la ciudad.  "Para eso tienen que tener oportunidades”, asegura.

Para Fernando, lo más importante de la escuela son los estudiantes. Él les llama "el soberano" y entiende que ese grupo no sólo está compuesto por los 470 pibes y pibas que actualmente asisten al colegio, sino también por quienes, a lo largo de tres décadas, pasaron por sus aulas y, en muchos casos, hoy regresan como padres y madres de nuevos estudiantes. 

“Ver a esos chicos convertirse en adultos y traer a sus hijos al colegio siempre me emociona”, dice, y agrega: "Este año, incluso, una de mis alumnas está a punto de graduarse, y fui también el profesor de sus padres. Se conocieron aquí, en la escuela, y ahora van a ver a su hija recibir la medalla de egreso. Eso te muestra el camino recorrido”.

Un homenaje nacido en el Centro de Estudiantes

La iniciativa de homenajear a Brouver comenzó a gestarse a fines de 2023, cuando en una de las reuniones del Centro de Estudiantes surgió la idea de rebautizar con su nombre a la calle que desemboca en el ingreso al colegio. La idea fue bien recibida por la comunidad educativa, primero, y por la ciudad toda después. El colegio tiene una particular importancia en la ciudad ubicada al norte de la provincia de Buenos Aires, en plano corazón agrícola ganaderos de la región pampeana. Su intendente, Fernando Bouvier, fue alumno de la primera promoción del Martín Fierro. 

El proceso avanzó con una exhaustiva investigación sobre cómo realizar la imposición del nombre. Tras consultarlo con el equipo directivo y la Municipalidad, el grupo llevó formalmente la propuesta al Concejo Deliberante a inicios de 2024.

El docente homenajeado no supo de esta idea hasta poco antes de su presentación oficial. “Recuerdo la sorpresa que me llevé el día que me lo contaron", recuerda conversando con Buenos Aires/12. "Intentaron mantenerlo en secreto hasta el último momento, pero tuvieron que decirme antes de que el proyecto se debatiera en el Concejo, ellos no sabían cómo lo iba a tomar, pero el solo hecho de que naciera de ellos me llenó orgullo y me hace sentir una inmensa responsabilidad”, describe. 

El 24 de abril, en una sesión ordinaria del Concejo, la propuesta se formalizó y, el 8 de mayo, fue aprobada por unanimidad, pasando a la comisión de Obras Públicas. El acto que oficializó el cambio de nombre tuvo lugar el 10 de noviembre, durante la celebración del Día de la Tradición.

Una vida dedicada a la docencia

Para Brouver la docencia se trasformó en una “pasión inesperada”, pero hoy no se imagina una vida sin ella. “Todo comenzó en 1991, cuando un ex director me ofreció tomar una hora y desde allí no me fui más”, rememora.

“Nunca imaginé, cuando estudiaba en la Universidad Nacional de La Plata, que mi vida iba a estar tan ligada a la docencia”, dice mientas mira para atrás, y agrega: “Cuando llegué a la Agraria, apenas había 80 estudiantes, y hoy son casi 500. Les di mis horas, mis días, y ellos me dieron su respeto y su cariño. El día que me retire, me gustaría seguir ayudando de alguna forma”.

Desde el sentido de pertenencia y la solidaridad Boruver insiste en que el reconocimiento también es para sus colegas: “Que los chicos hagan esto es muy lindo, pero somos muchos los docentes que dejamos la vida en la Agraria. Esto también es para ellos. Siempre vamos a estar por acá, porque esta escuela es parte de nuestra vida”.

Para la directora Tronchoni, Brouver es “el alma de la escuela agropecuaria”. Y amplia: “Nos cuida en todos los aspectos. Está pendiente de que una pared no esté despintada, que ningún chico esté triste y que entre todos trabajemos. Es el norte que tenemos establecido hace años.  Él nos cuida, nos aconseja y sobre todo nos escucha tanto a los docentes como a los alumnos. Él es realimente todo lo que está bien”.