El titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, es uno de los referentes de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) que convocó, junto a los sindicatos que responden a Pablo Moyano y las dos CTA, a una movilización para el miércoles en contra de las reformas jubilatoria, laboral y fiscal que promueve el gobierno de Cambiemos. El dirigente aseguró a PáginaI12 que es preciso “frenar este ajuste y los acuerdos entre gobernadores, el triunvirato (de la CGT) y el gobierno”. Una definición que da cuenta del debate interno que vive la central obrera, y que se expresó en otro concepto del dirigente bancario: “Si la unidad no sirve para defender los intereses de los trabajadores entonces tenemos todo el derecho y la razón de crear nuestro propio espacio de resistencia”.
–Por ahora el Senado suspendió la reforma laboral pero eso no implica anulación.
–Sí, es cierto y por lo tanto el peligro continúa y está latente porque hay una decisión política del gobierno de avanzar en esa reforma. Un acuerdo que oportunamente habían arribado el gobierno con el triunvirato y que nosotros lo rechazamos de plano porque consideramos que sigue vulnerando los derechos de los trabajadores. Fue una negociación que sólo resultó una pérdida total para los trabajadores.
–¿Está desconociendo lo realizado por el triunvirato?
–Es una mirada crítica de lo que hicieron y un pedido para que se ajusten al mandato que surgió del Comité Central Confederal (de octubre pasado) y en aquella movilización (de agosto) donde se amenazó con un paro y que nada tiene que ver con lo que negociaron. Se reclamó un aumento de emergencia para los jubilados y ahora son los jubilados los que tienen que poner plata por la forma nueva que le van a calcular su haber. Habíamos planteado la necesidad de resolver el problema de las obras sociales y eso no se resolvió. Planteamos proteger el trabajo argentino y el gobierno nacional en su presupuesto anuncia que incrementará en un 10 por ciento la apertura de las importaciones con respecto al año anterior. Quiere decir que lo que reclamamos y le dimos mandato al triunvirato está plenamente vigente y no se ha tocado. Es más, lo único que se tocó es un proyecto de reforma que envió el gobierno donde todos puntos son a pérdida y que algunos artículos se hayan logrado quitar no significa que sea mejor porque los trabajadores continúan perdiendo derechos.
–El oficialismo dice que insistirán con el texto original del proyecto.
–Este es un gobierno que nos tiene acostumbrado a no cumplir su palabra. Ellos son los que dijeron que los trabajadores no íbamos a pagar más ganancias y lo seguimos haciendo. Es el mismo que dijo que no nos iban a quitar lo que teníamos y a los jubilados le están quitando su fórmula de actualización por una que significa menos plata para que los ricos paguen menos impuestos y esa baja de los impuestos a los ricos será sostenida por la clase pasiva, los beneficiarios de planes sociales y los trabajadores. Pero además, aún si no logran imponer el proyecto original en el Congreso los artículos que quedaron son todos a pérdida de los trabajadores.
–Entonces, la movilización del miércoles es para rechazar los proyectos del gobierno pero también avisarle al triunvirato que modifique su estrategia. ¿Es así?
–El objetivo es buscar la mayor cantidad de adhesiones posibles a la protesta para hacerle entender al gobierno y en particular a los legisladores, sobre todo los de la oposición, que no tienen que ser cómplices del ajuste de que los trabajadores y jubilados sean los que tengan poner la plata mientras le alivian los impuestos a las multinacionales.
–¿Estas tres reformas representan el corazón del modelo económico, político y social del gobierno?
–Sí, es así. Pero se dieron las primeras señales cuando Macri apenas asume y le quita la retenciones a las exportaciones de granos y le disminuye a la soja mientras los trabajadores continuaron pagando ganancias y ampliando la cantidad de los que la hacían. Esa fue toda una definición política del programa que traían. Luego abrieron las importaciones de manera indiscriminada por eso cayeron 18 meses los rubros de la industrias como textil, calzado, metal mecánica.
–Entonces frenar la reforma es frenar al gobierno.
–Mire, ya es auspicioso que varios sectores hayamos podido confluir en unidad en la acción para intentar frenar este ajuste y estos acuerdos entre gobernadores, triunvirato y el gobierno. Creo que la expresión de la CFT, los sindicatos que acompañan a Pablo Moyano, las dos CTA, la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados, muestra que dimos un paso adelante en la construcción de un espacio de resistencia a estas políticas. Lo segundo es lograr convencer a la mayor cantidad de integrantes de nuestra sociedad para que se sumen y esa presión sirva para que revean estas políticas de bajar impuestos, quitar beneficios y disminuir jubilaciones y así recuperar empleos.
–Curiosamente el gobierno afirma que estos proyectos buscan, entre otros puntos, recuperar puestos de trabajo.
–¡Eso no pasó en ningún lugar del mundo! Y como ejemplo tenemos a Perú, que tanto le gusta al gobierno tomar como modelo, donde tienen una carga tributaria sobre el salario del 17 por ciento y una informalidad laboral que llega al 50 por ciento. Quiere decir que la baja de cargas laborales no implica una suba del empleo y registración.
–En esta coyuntura el rol de la CGT cobra mayor protagonismo en cuanto a resistir estas políticas pero hay dirigentes sindicales que se inclinan por negociar.
–En la historia del movimiento obrero siempre hubo facciones que prefirieron negociar cuando tuvieron enfrente a un gobierno de pensamiento conservador y neoliberal. Por el contrario hubo otros que enfrentaron esas políticas como lo fue Saúl Ubaldini o el MTA que condujo Hugo Moyano y que terminaron primando por la crisis que generan esos gobiernos de derecha. Hoy le toca a este armado multisectorial el frenar este ajuste. Quizá haya compañeros que todavía no estén en la misma tónica pero será cuestión de tiempo si estas políticas continúan y seremos más los de este lado que los que quieran negociar con el gobierno.
–Los ejemplos que usted citó terminaron con una fractura de la CGT. ¿No sería contraproducente que la central obrera se divida?
–Ojalá logremos una síntesis entendiéndonos todos pero es absolutamente necesario que la conducción de la CGT se replantee su marco de diálogo con el gobierno. Porque hasta ahora ese diálogo solo sirvió para que el gobierno nos saque cosas y derechos. Por eso creo que deberíamos tener un programa para que quede claro qué cosa se negocia y qué no. Pero más allá de este programa lo que siempre debe haber es la voluntad política de confrontar con este gobierno que ha venido quitándole derechos a los trabajadores.
–Hay triunviros que hablan de plan de lucha y después nada. ¿Es una estrategia dilatoria?
–Yo lo que sé es que el único programa que existe es el de la CFT y son 26 puntos que necesitan perfeccionamiento y lo quisimos discutir en la CGT. Ojalá se logre una síntesis pero tampoco es bueno mantener una unidad a costa de que los trabajadores pierden derechos. Si la unidad no sirve para defender los intereses de los trabajadores entonces tenemos todo el derecho y la razón de crear nuestro propio espacio de resistencia.
–Insisto, ¿la fractura de la CGT no sería más inconveniente?
–Nuestro eje es que siempre somos sindicatos que están en la CGT y la queremos unida y fuerte pero si la condición para seguir unidos es seguir resignando derechos entonces no estamos dispuestos a ser parte de esa unidad sino a confrontar con el gobierno. Mientras tanto seguiremos dando el debate dentro de la CGT y sus cuerpos orgánicos pero con una visión crítica y de lucha.
–En este contexto coincide en que la CGT es la única organización que puede enfrentar estas políticas?.
–Es así pero siempre y cuando tenga un programa y vocación de enfrentar las políticas de este gobierno.
–¿Cree que el triunvirato y la mesa chica negociaron condicionados? Me refiero a los rumores de amenazas de posibles causas judiciales.
–No creo que haya sido eso. Lo que sí hubo es demasiada premura para darle conformidad a un tema que no se discutió en profundidad en los cuerpos orgánicos de la CGT. Se apuraron demasiado cuando se está viendo que la mayoría de las regionales rechazan ese proyecto.