El secretario General del Sindicato de los Trabajadores de Subte y Premetro, Roberto Pianelli, explicó los problemas a los que se enfrentan diariamente los trabajadores que están expuestos al asbesto en las formaciones de los subterráneos y, en ese contexto, explicó que éstos deben someterse a una “vigilancia médica” cada dos años por las consecuencias de la exposición contínua al material.
“Aquel que trabajó o estuvo expuesto al asbesto, tiene que tener lo que se llama una vigilancia médica, porque las enfermedades demoran en aparecer. Cada dos años los trabajadores expuestos se tienen que hacer estudios para ver si aparecen y tratarlas a tiempo para que no se conviertan en enfermedades mortales”, señaló en la 750 Pianelli.
El miércoles pasado trabajadores y trabajadoras del subterráneo de Buenos Aires realizaron un paro rotativo y escalonado en las seis líneas de subte y el Premetro. La medida de fuerza comenzó a las 10 y se extendió hasta las 16 convocada por la muerte del trabajador Jorge Navarro, que falleció luego de luchar contra un cáncer de pulmón producido por la exposición al asbesto en su lugar de trabajo.
“De los 3600 trabajadores del subte, hay 2700 que están bajo esa vigilancia médica. De esos 2700 trabajadores hay 106 que ya tuvieron efectos a la exposición al asbesto, de los cuales hay ocho que desarrollaron cáncer y cuatro que ya fallecieron. Somos conscientes que esto se va a incrementar porque las enfermedades aparecen con el tiempo”, advirtió el metrodelegado.
Asimismo, lamentó que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “no dialoga” porque los considera “trabajadores de segunda”.
“En la línea B el problema es que hay una flota que está plagada de asbesto y que no se le puede sacar y además son trenes que tienen 70 años. Si no hubiéramos marchado y no hubiéramos hecho lío, no hubieran sacado el asbesto del subte, no hubiéramos descubierto que se morían compañeros y, mucho menos, se hubiera enterado la sociedad los peligros con los cuales están transitando dentro del subterráneo”, cerró.