TEXTO: Sergio Sánchez
FOTOS: Cecilia Salas
El tiempo pasa rápido. Ayer nomás, La Delio Valdez tocaba para un puñado de personas en Niceto Club. Ahora están allí, en el estadio de Ferro, en la emblemática cancha del Verde, en el barrio de Caballito, festejando con su público la consolidación de un proyecto musical cooperativista, independiente y autogestivo que reposicionó a la cumbia con orquesta en el país. Por eso, y para celebrar sus primeros quince años, La Delio se puso su mejor vestido la noche del sábado, frente a más de 25 mil personas.
Con cuatro discos publicados y un quinto pronto a salir, la banda inauguró desde territorio porteño una nueva etapa de la cumbia argentina. Con una formación orquestal con sección de vientos y percusión, el grupo actualizó el sonido de la cumbia colombiana tradicional con elementos del rock, la psicodelia, el jazz, la salsa y ritmos regionales como el chamamé y la saya.
"La noche no va a alcanzar/ Por eso canto esta canción/ La noche no va a alcanzar/ Es lo eterno de la canción", entonaron en la saya-cumbia La cancioncita, que abrió la noche eterna de La Delio en Ferro, que constó de 37 canciones, invitados especiales, puesta de luces, bailarines en escena y tres horas de show.
El clima –caluroso pero con un viento generoso– fue ideal para una noche de cumbia. Desde temprano, al estadio se acercaron familias con niños, jóvenes y públicos de todas las edades, sectores sociales y vertientes musicales. En el campo, las remeras de Los Redondos se mezclaban con las de Damas Gratis y Los Palmeras.
Después de la cumbia tradicional Negra, ron y velas y la andina Por Dios que no, Ivonne Guzmán se hizo cargo de la voz de la cumbia De un tiempo a esta parte, que le da lugar a la fusión con el rap. "Aprendimo' a caminar recordando la historia/ encontrándonos en la calle, defendiendo la memoria", lanzó el rapero Javier Ortega, el primer invitado de la velada.
En esa sintonía, en la mitad del show subió al escenario una invitada muy especial: Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien recitó unos versos –grabados también el disco– en la canción Santa leona, inspirada en la figura de la activista brasileña por los derechos humanos Marielle Franco. "Gracias a todos los queridos integrantes de La Delio Valdez. Gracias en nombre de todos los que están y los que no están pero que siguen estando", dijo Almeida frente a la multitud, que respondió con un clásico que se escucha cada 24 de Marzo: "Madres de la Plaza/ El pueblo las abraza". "Gracias por la coherencia que han demostrado durante tantos años. Siempre cerca y defendiendo las causas justas. Es una manera de resistir y demostrar que no nos han vencido", continuó Taty. "A pesar de los bastones y las sillas de rueda, las locas seguimos de pie", cerró.
Es que La Delio, además, aportó a la cumbia local un campo poético poco transitado en el género: las temáticas políticas y sociales aparecen en algunas canciones. De hecho, en estos años han tocado en cárceles, festivales organizados por radios comunitarias, empresas recuperadas y eventos impulsados por organismos de DD. HH. "Estamos agradecidos. Son quince años de cooperativismo, autogestión e independencia. La magia del trabajo, del amor y la artesanía", dijo el saxofonista y compositor Pablo Broide, uno de los fundadores de la orquesta porteña. "Defendiendo siempre el derecho a la alegría aunque no haya un mango. Lo más importante siempre es encontrarnos", remató.
La Delio Valdez no solo levanta la bandera política del cooperativismo y la autogestión, sino que sus músicos son muy conscientes de que continúan una tradición organizativa iniciada en la cultura rock por MIA (Músicos Independientes Asociados) y llevada hacia la masividad por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. De hecho, en la noche de Ferro hubo un claro homenaje o reivindicación a esa tradición: junto a cuatro integrantes de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado –Luciana Palacios, Sergio Colombo, Miguel Ángel Tallarita y Déborah Dixon–, sorprendieron con dos versiones cumbieras de los clásicos ricoteros Semen-Up y Aquella solitaria vaca cubana.
El espíritu cooperativista se traslada también al plano artístico: en la orquesta hay cinco cantantes, y casi todos componen. Cada uno tiene su momento en el show, y detrás de escena se reparten los roles. De este modo, el carismático timbalero Pedro Rodríguez le puso voz a Pedazo de papel y Hasta el último round –ambas de El tiempo y la serenata, de 2021–, el cantor Black Rodríguez Méndez sumó su voz ancestral en la salsera Corazón cumbiambero, la litoraleña Cumbia del río, la cumbia Joyita norteña y una versión de Por ese palpitar, de Sandro.
También Ivonne tuvo sus momentos destacados en Amnesia total, Pájaro y demonio, la bachata Nuestro lugar favorito e Inocente, tal vez la canción más popular de la orquesta. En tanto, el guitarrista Manuel Cibrián se lució en la psicodélica De noche al amanecer y la sección de trompetas, trombones y saxos entregaron una electrizante versión de la instrumental Anacumbia. "Y ya lo ve, el que no salta votó a Milei" y "La Patria no se vende", se escucharon en los intervalos.
Como en todo cumpleaños, los invitados desfilaron durante todo el recital. Hubo un segmento de chamamé con el dúo misionero Los Nuñez –Juan Nuñez en bandoneón y Marcos Núñez en guitarra–, una sabrosa versión de El campanero con el acordeonista Rodrigo Quiroz de Sabor Colombiano y una interpretación en clave cumbia-reggae de La flor junto al cantante de Nonpalidece, Néstor Ramljak, y el grupo de percusión Cafundó.
Desde la movida tropical, en tanto, se hicieron presentes Jambao en Se parece más a ti, Valeska Anaconda en Ven junto a mí y, ya en los bises, Emanuel Noir de Ke Personajes en su clásico Adiós amor. Después de tres horas de baile y emoción, La Delio Valdez confirmó no solo su gran presente artístico, sino que la organización colectiva y solidaria también es un camino posible en tiempos dominados por el individualismo y las leyes del mercado.