En la planta de Ternium, perteneciente al grupo Techint, en la ciudad bonaerense de San Nicolás de los Arroyos, el conflicto por el plan de achicamiento que impulsa la dirigencia de la empresa pasó a una suerte de cuarto intermedio.

La tensión comenzó aproximadamente un mes atrás, cuando las autoridades de la empresa convocaron a los delegados para informarles que, en el actual contexto, la planta no es competitiva y está obligada a una profunda reestructuración para no cerrar.

Fuentes de la Unión Obrera Metalúrgica local (UOM), sostuvieron en diálogo con Buenos Aires/12 que “parece que vamos a tener un verano tranquilo, sin suspensiones ni despidos, porque con los que salen de vacaciones ya es suficiente, pero nadie sabe qué puede pasar a principios de febrero o marzo”.

A su vez, sostienen que “el retiro voluntario o salida programada es una opción que acá ya está abierta, pero como viene la mano no va a alcanzar”, porque “en este contexto nadie quiere irse, porque afuera no hay nada”.

En el dominó, a continuación de los retiros voluntarios vienen los contratados o tercerizados. Son los primeros en caer. Cuentan que, hasta el año pasado, tenían algunos contratos semestrales y otros trimestrales, pero ahora son mensuales, con renovación automática. “A esos simplemente les dicen no vengas más y listo, no le cuestan ni un peso a la empresa”, explican.

En los grupos de chat que comparten dirigentes del sindicato, que supo ser el más poderoso de la Argentina en tiempos de Augusto Timoteo Vandor, Lorenzo Miguel y José Ignacio Rucci, circulan hipótesis y versiones a partir de la reciente reunión que el mandamás de Techint, Paolo Rocca, mantuvo con el secretario general, el zarateño Abel Furlán, y el titular de la regional nicoleña, Naldo Brunelli

Ni Furlán ni Brunelli le esquivan el bulto a la política. Ambos fueron diputados en el Congreso y en la Legislatura. Furlán integra, además, la nueva conducción nacional del Partido Justicialista que preside Cristina Fernández de Kirchner.

“Rocca dice que, para competir con Brasil, hay que ajustar quince por ciento los costos, que es duro pero no es imposible; pero el acero chino está subsidiado por todos lados y por eso vale la mitad, y frente a eso no hay forma de competir”, explican desde la UOM. 

La pregunta siguiente, casi obligada, es por el futuro inmediato de Rocca en tiempos de Milei. Hay versiones que sostienen que el grupo ítalo argentino con sede en Luxemburgo ya comenzó una migración de la actividad metalúrgica a la de hidrocarburos, donde ve un futuro más promisorio de la mano del RIGI y el triunfo de Donald Trump, un defensor de los combustibles fósiles, enemigo declarado de la agenda de cambio climático.

No es lo que sostienen los metalúrgicos que pudieron hablar con Brunelli o Furlán tras el cónclave y recoger sus impresiones. “A Techint le interesa seguir produciendo acero en Argentina, si hasta hace muy poco, cuando la demanda superaba la oferta, traían de Brasil para laminar acá”, ejemplifican. “Nadie regala un mercado, por mucha plata que tenga”, dicen y suman una preocupación: "Acero chino entró muy poco, pero si entraron productos de línea blanca, heladeras sobre todo. Cada heladera china más que se vende es una heladera argentina menos. Las argentinas están hechas con nuestro acero, nos compran a nosotros, las chinas no".

El comentario va en línea con una resolución que se espera para las próximas horas, a través de la cual el ministerio de Economía efectivamente favorezca la importación de aires acondicionados, heladeras, lavarropas, termotanques, televisores, microondas, lámparas, lavavajillas, electro bombas, motores y hornos eléctricos.

A la vez, observan, será difícil que Milei, que acaba de reunirse con Xi Xinping en Río de Janeiro, imponga restricciones a los productos chinos. Los más veteranos conviven con el recuerdo de los años noventa.  Cuando el entonces presidente Carlos Menem privatizó la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa), el mayor empleador de la ciudad, San Nicolás se lleno de kioscos y remiserías... que no tenían clientes ni pasajeros. 

¿Entonces? ¿Podría la situación general hacer temblar la relación entre Rocca y el Presidente? Los sindicalistas son extremadamente cautos: “Ellos esperaban algún tipo de barrera arancelaria que hasta acá no consiguieron. Hay que ver si empiezan a imitar a Trump además de sacarse fotos con él”. 

El jefe de gabinete, Guillermo Francos, hace apenas unos días dio señales que fueron exactamente en la dirección contraria. “La Argentina no es un país proteccionista", aseguró. 

Salarios a la baja

Aunque parece un tema comparativamente menor frente al riesgo de que ocurran despidos masivos, la rama siderúrgica de la UOM tiene otra vez abierta una paritaria que luce poco alentadora. 

La de 2023 duró once meses, la mayoría de alta conflictividad: los trabajadores debieron absorber el salto inflacionario provocado por la devaluación del gobierno nacional en diciembre y enero, con el mismo salario hasta octubre pasado.

En esta ocasión, la empresa ofrece lo mismo que viene pagando los últimos meses de manera unilateral: 2 por ciento. Los argumentos patronales son que la inflación bajó y que no hay recursos para dar más.