Son las 5 de la tarde y la cola para comprar los pasajes en tren a la costa para la temporada de verano sigue zigzagueando en el hall central de Constitución. No se compara, sin embargo, con las que se vieron por la mañana, cuando mucha gente hizo fila desde la madrugada para conseguir sus boletos. Es que la diferencia de plata con el colectivo sigue siendo mucha, aunque no sea tanta como la del año pasado, cuando el costo del tren era mucho menor comparativamente. Aun así, para muchas familias, sobre todo si hay menores y jubilados, la posibilidad del tren es central: "la única forma de que cierren los números para algunos días de vacaciones", sintetiza María Marta, que llegó a Constitución después de que su hija intentara, sin suerte, comprar por la web para ellas dos y su nieto. A esta ahora, el corte de Trenes Argentinos arrojó que entre la web y los puntos de venta presenciales se vendieron casi 120 mil pasajes, con picos en los que llegaron a venderse 200 por minuto. Según estos cálculos aún quedan boletos para el martes, aunque una búsqueda en internet el lunes por la tarde no arroja disponibilidad para ninguna fecha a Mar del Plata. El martes además se habilitará la venta a otros destinos para el verano: Córdoba, Rosario, Tucumán y Junín. A un costado, en una fila paralela, en Constitución el lunes por la tarde ya había gente esperando para esos destinos, resignada a pasar la noche en la estación para conseguir su boleto. 

José Luis Luengo vino muy temprano, llegó antes de las 6 de la mañana, y a las 9 pudo comprar los pasajes en la fecha que quería, en enero: uno para él, que por un problema motriz tiene certificado de discapacidad, otro para su esposa y dos para sus hijos, de 11 y 12 años. "Justito", se alegra. Es que los menores de 12  pagan el 50 por ciento del costo del pasaje; mientras que como discapacitado él obtiene un pasaje sin costo. "En el colectivo también es así, o era, ya no sé, la verdad es que casa vez ponen más trabas y excusas, son unos sinvergüenzas", se queja de las empresas de larga distancia. De esta forma, dice, al pasaje que le corresponde por ley lo obtiene "sin tanta lucha", y los de sus hijos le quedan a mitad de precio. 

Un pasaje en tren a Mar del Plata sale 32.000 pesos en Primera y 42.000 en Pullmann. Los jubilados tienen un descuento del 40 por ciento. Con tres frecuencias diarias (una más que el año pasado) más el refuerzo estival de los viernes, para este servicio se pusieron a la venta 239.000 lugares. Abarcan enero, febrero y hasta el 4 de marzo, incluyendo así el feriado de Carnaval. Un colectivo a Mar del Plata cuesta 55 mil pesos el servicio semi cama, 63 mil el coche cama y 72 mil el suite.

También salieron a la venta algunos pasajes (muchos menos) a Pinamar y Bragado: para la estación Divisadero, que queda a unos 5 kilómetros del centro del Pinamar, hay disponibles 15.000 pasajes (circula miércoles, viernes y domingos), a un costo de 28.000 pesos; para llegar se toma el tren a Mar del Plata y hay que hacer trasbordo en General Guido. Para Bragado hay 30.000 pasajes, que salen 12.000 pesos en Primera y 14.295 en Pullman. 


Los que no pueden por web

"Estuve toda la mañana tratando de conseguir dos pasajes para mí y para mi hijo, me puse el despertador más temprano para eso, porque decían que a las 4 habilitaban. Fue directamente imposible, cuando llegabas a la parte de poner el DNI, se colgaba. Ahora salí del laburo y me vine, pero según dicen ya no quedan para enero", lamenta Matías, mientras hace la fila por la tarde. 

Efectivamente, al acercarse a ventanilla (hay más de diez habilitadas, y por la mañana hubo más) a esta hora ya casi nadie consigue las fechas que vino a buscar. Por eso las mayores demoras se producen por las decisiones que debe tomar la gente al cambiar de plan; para muchos, todo un tetris familiar. La gente se queda un rato mirando el calendario del celular, saca cuentas, intenta distintas semanas y días, o se hace a un lado para hacer llamados consultando a otros integrantes de la familia. 

Por lo demás, la cola es ordenada y bien delimitada con cintas en el zigzagueo; hay además un sector aparte con sillas para que esperen personas con movilidad reducida o embarazadas. Se ven chicas con la remera celeste de Trenes Argentinos que en la fila van respondiendo dudas, y sobre todo intentan ayudar a que saquen el pasaje vía web: de ese modo, le dicen a la gente y un banner a un costado así lo promociona, pueden obtener un diez por ciento de descuento adicional.  

"Hay mucha gente mayor que por ahí tiene miedo de meter la pata y sacar mal su pasaje, muchos otros no tienen conexión, no es tan fácil el acceso para todos", explica una de ellas a Página/12. "Nosotras somos mayores pero un pasaje sabemos sacar, podríamos hacerlo si la página anduviera", se queja una señora que escucha la conversación. Asegura que probó una y otra vez y le fue imposible entrar, por eso vino hasta Constitución. Un hombre detrás suyo cuenta que él probó y sí pudo acceder, pero que son seis pasajeros y vía web sólo podía avanzar con la carga de los datos "hasta el segundo pasaje". Según Trenes Argentinos, tanto presencial como vía web, en cada compra se pueden sacar hasta ocho pasajes

La empresa informa, además, que el lunes casi el 90 por ciento de los pasajes se vendieron vía web. De manera presencial, además de Constitución hay varias bocas de expendio que seguirán funcionando el martes: Retiro Mitre, Retiro San Martín y Once, y 17 boleterías en diferentes estaciones de los trenes Roca, Sarmiento, Mitre, San Martín y Belgrano Sur.

Turismo ferroviario

Los más jóvenes de la fila son Karen y Juan Ignacio, de 25 y 30 años. Entre los consultados por Página/12 son los únicos que no vinieron a buscar pasajes a Mar del Plata, sino a Pinamar. Planean además un particular viaje en el que el recorrido en tren es, en sí mismo, una parte central de sus vacaciones. "Yo lo hice el año pasado, y quedé fascinado. Ahora la invité a ella", dice Juan. 

El relato de un viaje que dura casi siete horas para recorrer los 350 kilómetros que separan Buenos Aires de Pinamar, comienza bien temprano en Constitución, abordando el tren que va a Mar del Plata. Sobre las diez de la mañana hay un cambio de tren en la localidad de General Guido, y hay varias paradas en diferentes estaciones. "A cual más pintoresca, hay un pueblito antes de llegar que se llama Santo Domingo, y tiene cien habitantes. El tren va despacio, vas viendo el campo, el paisaje verde, en un momento agarra por un puente re angosto y va casi a paso de hombre", se entusiasma Juan. "Llegás a la estación Divisadero y de ahí a cualquier localidad de la costa que quieras ir, Pinamar o cualquier otra, es re fácil, hay colectivos, taxi, combis, y están todos coordinados con el horario de llegada del tren. Es un viaje diferente y re cómodo, los trenes, al menos hasta el año pasado, estaban muy bien", contagia entusiasmo Juan.  

La comodidad es otro aspecto que destacan varios: poder caminar durante el viaje, tomar mate, "estirar las piernas". Muchos recuerdan que han estado en un vagón comedor. "Y algo que tengo pendiente es viajar en camarote, esa algún día la voy a hacer", promete Juan. Ese servicio con literas está disponible en los trenes a Córdoba y Tucumán (sale 72.400 y 131.200 pesos, respectivamente, el camarote doble, que puede ocupar una o dos personas).

No hay cámaras pero Juan cierra el diálogo como si las hubiera, repasa los aumentos "salvajes" de colectivos, por último quiere dirigirse al Presidente: "Milei, vos que querés privatizar todo, Aerolíneas, los trenes, todo, por qué no te venís a Constitución y te das una vuelta, vas a ver la necesidad que hay. Mirá las filas que hace la gente para poder irse unos días, mirá cómo funciona cuando hay algo a un precio un poco más razonable", pide. Y enseguida se corrige: "No, mejor que no venga, capaz que se entera y quiere cerrar esto también", dice entre risas.