Es una postal más de la era Milei. Cada vez más personas optan por realizar sus tratamientos de salud bucal en la Facultad de Odontología de la UBA por los altos costos de los tratamientos.
Según confirmó el decano de la institución, Pablo Rodríguez, hubo un crecimiento de la demanda del 30% en las salas de salud que dependen de la universidad pública, que también deben soportar uno tras u otro los golpes presupuestarios.
Rodríguez sostuvo que parte de la explicación está en que los insumos están cada vez más caros, y a que la financiación de la salud privada tiene un tope. Esto hace que incluso personas que tienen contratado un plan de prepaga se vuelquen hacia lo público.
A su vez, reconoció que “los costos también son importantes porque están en un 30 o 40% menos que un arancel particular”, un porcentaje más que interesante si se tiene en cuenta los precios elevados que se maneja en esta disciplina.
El mensaje de Rodríguez llega días después del planteo de la expresidenta Cristina Kirchner durante un acto el pasado fin de semana en Rosario, donde instó al Gobierno a desregular el sector de los laboratorios y medicamentos.
El motivo es que los precios de los insumos y de los medicamentos en Argentina llegan a más que duplicar los que hay en otros lugares. En octubre, un informe reveló que en el país los precios son hasta 500 por ciento más caros que, por ejemplo, en España. La propia Cristina Kirchner resaltó la labor de la Facultad de Odontología en la atención a quienes no pueden pagar un tratamiento.
Consultado por la 750, Rodríguez afirmó: “Lo que sucede es que la odontología ha avanzado mucho en tecnología y restauración, y hoy es muy conservadora. Esto hace que los adultos lleguen a la vejez con una mayor cantidad de piezas dentales, lo cual resulta más costoso en términos de insumos y tecnología”.
“El mayor problema es que la odontología, a nivel mundial, está errando el camino, porque las enfermedades infecciosas siguen siendo las más comunes de la humanidad. La realidad es que es una ciencia que se ha dedicado a restaurar y conservar, pero no a prevenir”, añadió.
“Creo que el próximo desafío es la prevención. Prevenir significa caries cero. Hay que trabajar en este camino”, finalizó como buscando algún tipo de solución a largo plazo para este problema de costos en el sector.