John Alfred Tinniswood, reconocido como el hombre más longevo del mundo por Guinness World Records, murió a los 112 años en Southport, Reino Unido. Su vida atravesó dos guerras mundiales y eventos históricos que transformaron el siglo XX, dejando un legado que su familia describió como “valiente y lleno de inspiración”.

Tinniswood sirvió en el Cuerpo de Pagos del Ejército Británico durante la Segunda Guerra Mundial.

Nacido en Liverpool en 1912, John Tinniswood vivió eventos trascendentales de la humanidad. Con apenas dos años presenció el inicio de la Primera Guerra Mundial, y ya adulto, sirvió en el Cuerpo de Pagos del Ejército Británico durante la Segunda Guerra Mundial. También fue testigo de hitos como el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima, la llegada del hombre a la Luna y la caída del Muro de Berlín.

El británico, apasionado por las matemáticas y amante del fútbol, trabajó como contador para Shell y vivió una vida tranquila y activa. Su fanatismo por el Liverpool FC lo acompañó hasta sus últimos días, habiendo celebrado los triunfos más importantes del club desde su fundación.

El secreto de su longevidad

Aunque su familia señaló que su longevidad fue atribuida en parte a la suerte, John compartió hábitos que marcaron su vida: nunca fumó, apenas bebía alcohol y mantenía una dieta sencilla. Entre sus placeres se encontraba una cena semanal de pescado con papas fritas. Según sus palabras: “Si haces demasiado de cualquier cosa, terminarás sufriendo”. También promovió un consejo sencillo para los jóvenes: "Déjenles que se abran su propio camino en el mundo".

Tinniswood con su familia. 

Hasta los 99 años, John se mantenía activo, caminando y conduciendo por su ciudad. Su optimismo y amor por la vida se reflejaron en la estrecha relación que mantuvo con su familia, quienes lo describen como un hombre “inteligente, decidido y tranquilo ante las adversidades”.

Legado y despedida

Tinniswood murió el lunes en una residencia para ancianos, rodeado de música y del cariño de sus seres queridos. 

Tinniswood murió el pasado lunes, en la residencia para ancianos donde vivía hacia varios años.

Su hija Susan expresó su agradecimiento a quienes cuidaron de él, destacando su ejemplo de fortaleza y gratitud. Su legado, enriquecido por 112 años de vida plena, inspira a quienes buscan en los pequeños placeres y en el equilibrio un camino hacia una vida larga y significativa.

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