Desde Roma

¿En qué se parece la actual situación política argentina a lo que vivió la Antigua Roma en los años 37-41 d.C con el emperador Calígula? Muchos pensarán que es una pregunta sin sentido porque no se pueden comparar períodos tan alejados en el tiempo. Sin embargo hay semejanzas, alarmantes semejanzas. Y eso es lo que trata de demostrar la obra de teatro Calígula, el juguete de un loco, escrita y dirigida por la argentina Marina Wainer y protagonizada por otros dos argentinos, Romina Pinto e Iván Steinhardt, fundadores en 2017 de la compañía teatral El Vacío Fértil.

La obra tuvo un preestreno en octubre pasado en Buenos Aires, pero el estreno verdadero se tenía que hacer en Italia, lugar de nacimiento, gobierno y muerte de Calígula. Y así fue el 15 de noviembre en el teatro Artemia de Roma. El 7 de febrero será estrenada en Buenos Aires en el Patio de Actores.

En pocas palabras la obra cuenta cómo Calígula, según el historiador de la antigua Roma Suetonio, asciende al poder arropado por el cariño del pueblo y el apoyo del imperio. Sin embargo irá perdiendo este apoyo por culpa de su locura, su avaricia desmedida y una crueldad sin frenos, que lo transforma en un peligro para Roma. Calígula (interpretado por Iván Steinhardt) depende emocionalmente de tres figuras: su hermana y amante Drusila, su ex amante Cesonia (ambos roles desempeñados por Romina Pinto), y su caballo Incitatus, que en la obra aparece como un perro, rol a cargo de Marina Wainer. En la historia, Calígula le dio tanta importancia a su caballo Incitatus que lo consideraba más capaz que cualquiera de los miembros del Senado y por eso lo nombró senador de Roma.

La obra muestra cómo Calígula tira dinero a la gente para conquistarla, se queda sin fondos, cambia los testamentos de los ricos y se queda con sus propiedades, hace matar a los que no le gustan. Todas está llevado con mucho humor. Un momento que provoca muchas carcajadas en el público es cuando habla de las leyes que él quiere sancionar diciendo “Yo quiero mi ley, miley”.

Cómo nació la obra

“Estábamos buscando el tema para una nueva obra y con todo lo que se estaba viviendo en Argentina me vino la idea de Calígula”, contó la directora Wainer a Página 12. “Cuando visité Roma por primera vez, hace 15, 20 años, me encantó el tema de los emperadores y empecé a estudiar. Cuando decidimos Calígula releímos el libro de Albert Camus y la historia de Suetonio --continuó--. Calígula no tenía un gran opositor, sobre todo en los primeros años de su mandato, pero después fueron algunos senadores lo que ordenaron su muerte. Yo seleccioné los momentos que me parecieron más oportunos de la historia contada por Suetonio. Es todo verídico”.

“El shock de ver que una historia del año 41 d.C. sea obscenamente parecida a lo que está pasando con Milei en Argentina, en lo concreto, en las leyes, en el vocabulario, en las secuencia de las cosas, es tan alarmante que a veces siento que tal vez debería salir al escenario y explicarle al publico que esto no está inventado, que viene de la historia con la pregunta ¿cuál puede ser el final?”, concluyó Wainer, que ha vivido más de 40 años en España ya que su familia escapó de la dictadura en 1976. Contó además que cuando la obra se presentó en el pre-estreno en Buenos Aires, “la cara de la gente era horrible, parecían muy aburridos y me dije esto es un fracaso. Pero me equivoqué. Tuvimos un gran aplauso y la gente que gritaba 'gracias, gracias'. Me había equivocado. El malestar que se veía en la cara de la gente es porque estaba viendo algo de la propia realidad que les asustaba. Mi obra sobre Calígula es una modo de protestar a mi manera, de sacudir con mi herramienta y compartirlo”, concluyó.

Wainer ha escrito varias obras de teatro, entre ellas El virus de la violencia, referido a los femicidios, las violencias en las cárceles y lo que pasó en las residencias de ancianos españolas durante la pandemia. También De velorios y verbenas, una especie de circo donde las fieras no son leones sino seres “humanitos”, explicó. Otra fue El cuerpo deshabitado. Todas las obras se han presentado en Argentina y en España.

Los actores

Romina Pinto e Iván Steinhardt trabajan juntos desde hace años. Han trabajado en distintas películas como La ira de Dios, Operación final, El encargado, entre otras, ytambién en programas televisivos, radios, programas de doblaje, etc. En 2017 fundaron El Vacío Fértil y han hecho varias giras por España, Francia, Italia y Alemania, además de Argentina y otros países de América Latina, presentando obras como El virus de la violencia, De tiburones y otras rémoras, que se refiere a un mujer que cumple órdenes de su jefe sin fijarse en las consecuencias, El mal de la piedra, que habla de la Guerra Civil española, y El sendero de Clara, destinado al publico sordo.

“Cuando Marina nos propuso Calígula y leímos los libros que sugirió, estuvimos de acuerdo en que ése era el tema por la cantidad de coincidencias que había entre los discursos que se escuchan hoy en Argentina y lo que se dijo hace 2.000 años”, contó Iván Steinhardt a Página 12.

Romina Pinto agregó: “La obra refleja algunas cosas que suceden en Argentina. Tiene que ver con el poder, cómo se trabaja ese poder y quién toma el poder, quién se atreve a tomar el poder. A nosotros lo que nos impactó fue cómo la historia es cíclica, cómo vuelve a repetirse , qué hemos aprendido, cual es nuestra responsabilidad frente a algo cíclico que vuelve de alguna manera”.

“Si uno tuviera que hacer una lectura actual del gobierno de Calígula --añadió Iván--, diríamos que fue populista al principio, tiraba plata a la gente, era la esperanza. Y después se volvió exactamente lo contrario, porque no había más plata”.

“Otro tema muy fuerte es el odio --destacó Romina--, y cómo se generan las brechas en los discursos, el odio como separador de la sociedad. Pero hay que decir que la obra también subraya la responsabilidad de los que entronizan ciertas figuras”.

El teatro “sirve como herramienta para visibilizar problemáticas que nos preocupan”, explicaron. Por eso a menudo organizan debates luego de la obra, como sucedió cuando presentaron El virus de la violencia en varias escuelas secundarias de Alemania y Buenos Aires. La obra sobre la violencia contra las mujeres “se ha transformado en una suerte de misión para nosotros, frente a la actitud que tienen muchos gobiernos de derecha ante este problema. A nosotros nos importa que los adolescentes se interesen. La idea es generar un poco de conciencia”, concluyeron.

Y al final de la obra comentaron: “Recibimos un feedback inmediato de la gente, hubo un intercambio fluido. Recibíamos comentarios y eso nos daba energía. Fue importante”, dijo Romina. “El primer resultado fue haber conectado con la historia. Una hora y media antes de la función estuvimos en el Foro Romano leyendo nuestros textos. Nos habíamos dicho: tenemos que ir al foro para hacer esto, es parte del ritual. Volvimos al teatro cargados de emociones y de historia. Esta obra aquí tiene otra dimensión”, agregó Iván.

Quién fue Calígula emperador

Calígula (cuyo nombre era Gaio Cesare Augusto Germanico), el emperador que duró menos de cuatro años (del 37 al 41 dC) en el más alto puesto del Imperio Romano, se hizo famoso por sus locuras, sus abusos, sus extravagancias, su tiranía y por haber hecho desaparecer el patrimonio económico que habían acumulado sus antepasados. Según los historiadores de la antiguedad romana, como Suetonio, que escribió la historia de La Vida de los Doce Cesares en ocho tomos, al principio de su mandato tomó medidas de gran popularidad, como conceder la amnistía a los condenados por el precedente emperador Tiberio, organizar banquetes públicos, fiestas y espectáculos. También concluyó algunas obras públicas importantes empezadas por otros emperadores como el Templo de Augusto (que se encuentra en el Foro Romano, cerca del Coliseo) o el acueducto de Claudio, un nuevo anfiteatro donde se hacían las elecciones de los senadores del Imperio. Hoy se conserva perfectamente en la Plaza de San Pedro del Vaticano, un obelisco que Calígula hizo traer de Egipto para embellecer el Circo di Gaio, hoy desaparecido, que estaba en terrenos vaticanos. Cuando llegó al poder, Calígula se encontró con 2.700 millones de sextercios, la moneda romana, pero los gastó en menos de un año, para conseguirse el favor del pueblo. De ahí en más comenzó a acumular fondos con estafas y trampas, modificando los testamentos de los muertos y asignándose todas las herencias, aumentando los impuestos , etc.

Calígula desde jovencito sufría de desmayos imprevistos y según los historiadores Giovenale y Suetonio, la locura que sufría podría haber sido el resultado del uso de un afrodisíaco bestial ofrecido por su mujer Milonia Cesonia. Según los historiadores sufría de insomnio, alucinaciones, disturbos mentales, epilepsia, entre otras cosas. Después, se dice, se curó de estos males pero siguió masacrando gente, algunos por diversión. Fuentes antiguas lo definieron como un “loco sanguinario”. Calígula fue asesinado en el 41 d.C. por un grupo de pretorianos de su ejército, cuando tenía sólo 28 años.