Imputados por 36 hechos de estafas bancarias y asociación ilícita, quedaron en prisión preventiva un hombre y cuatro mujeres, acusados de tomar créditos a través de homebanking por $45 millones en el banco Macro, a nombre de clientes recientemente fallecidos. El fiscal Carlos Covani les imputó "la comisión de diversos delitos dolosos, como las defraudaciones, al menos desde agosto de 2020 hasta el viernes 22 de noviembre pasado", cuando se realizaron los allanamientos y detenciones.
Se trata de cuatro mujeres, hermanas entre sí, y un hombre que están relacionados con un centro de estética que tenía actividad en calle Mitre al 700, en el microcentro de la ciudad. Tanto ese lugar como otra media docena de domicilios de Rosario, pero también uno de Pérez y otro de Álvarez, fueron parte de los procedimientos de la semana pasada en el marco de la investigación iniciada por una denuncia de la entidad bancaria.
La acusación recayó sobre las hermanas María Belén Villa, Valentina Villa, María Sofía Villa y Lionela Villa, a quienes se agrega Manuel Fabián Sosa según se indicó. En tanto, una de las mujeres está acusada por un hecho que quedó en grado de tentativa, cuando intentó autorizar telefónicamente una erogación de dinero para cargar crédito en una línea personal y pagar una compra en una aplicación de envíos.
Tras la acusación de la Fiscalía, todas las personas imputadas quedaron en prisión preventiva por orden de la jueza María Melania Carrara.
La causa llegó al Ministerio Público de la Acusación el 15 de octubre pasado, cuando el apoderado de la entidad bancaria mencionada hizo la presentación judicial por "una serie de sucesos que podrían resultar ser penalmente relevantes". Todo, a raíz de un reclamo de familiares del clienta fallecida, quienes presentaron el acta de defunción en septiembre pasado para desconocer un préstamo otorgado días después del fallecimiento, cuyo monto -según la investigación- fue transferido a una cuenta de una de las imputadas.
Lo que se investigó tuvo que ver con conductas fraudulentas mediante la utilización de las identidades de personas recientemente fallecidas y clientes del banco. En el caso que dio inicio a la pesquisa, los familiares indicaron que la persona no usaba el homebanking, plataforma ésta a través de la cual las personas imputadas crearon perfiles, con esos nombres -que aparecían en obituarios online recientes- y así solicitaron los préstamos. Tras hacer transferencias a cuentas que estaban a nombre de las personas imputadas, el dinero era retirado en cajeros automáticos por ellos mismos.
Las hermanas tenían el centro de estética mencionado, donde el hombre figuraba como empleado. Entre las evidencias que presentó el fiscal en la audiencia, hay imágenes de los cajeros automáticos de entidades donde retiraban el dinero.