El Índice de Precios Supermercados (IPS) de Santa Fe aumento un 2,4% en el mes de octubre, según el último relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales (Ceso). En lo que va del año, la variación asciende al 84,50%, mientras que en la comparación interanual llegó al 262%. Sin embargo, el organismo registró una fuerte suba que llega al 6,3% en los productos de la Canasta Básica Alimentaria. Con esos números, un adulto necesitó alrededor de 200 mil pesos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas. “Pese a que somos un país, y en este caso una provincia productora de alimentos, comer sigue siendo muy caro”, sostuvo Celina Calore, a cargo del organismo. “El aumento en los alimentos básicos hace que la inflación impacte con mayor fuerza en los sectores de menos ingresos, que destinan todo su presupuesto familiar, o la mayor parte de él, a alimentarse”, añadió.
La medición corresponde al seguimiento de unos 9 mil precios de productos en supermercados de la provincia. El resultado arrojó una suba del 2,39% en octubre, lo que marca una desaceleración en relación a septiembre (2,79%) y agosto (5,57%). El acumulado durante los primeros diez meses del año alcanzó un 84,50%, mientras que la variación respecto a octubre de 2023 ascendió a 262%. “La lectura que venimos haciendo, ya a partir del segundo semestre, es un quiebre en la tendencia que pasa a ser ahora la de una desaceleración en la evolución de los precios general en los supermercados”, evaluó Calore en diálogo con Rosario/12.
La suba mensual estuvo impulsada por Frutas y Verduras (8,15%), seguido por Bebidas sin alcohol (5,66%) y Galletitas (3,39%), mientras que el único rubro a la baja fue Fiambres (-0,49%). El rubro Carnicería tuvo una evolución del 1,17%, con las carnes de cerdo liderando el podio de aumentos (9,03%), seguido por las carnes blancas (0,75%), mientras que la carne vacuna bajó levemente (-0,18%). En tanto, el rubro Almacén aumentó en octubre un 1,79%, con subas destacadas en Huevos (13%), Condimentos (9%) y Sal (4%).
La economista explicó que durante el primer semestre hubo fuertes aumentos con evoluciones mensuales “que fueron extraordinarias”, mientras que en el segundo semestre se registró una desaceleración de los montos. “Lo que también observamos es la dificultad para romper ese piso del 2%. Esto lo relacionamos con el tipo de cambio, que tiene una tasa de evaluación mensual del 2% también. Entonces, en un punto es difícil esperar que la inflación caiga por debajo de esa variación mensual”, explicó.
No obstante, desde el Ceso registraron una fuerte suba del 6,3% en los precios de la Canasta Básica Alimentaria durante octubre. Desde enero, los precios de la Canasta se incrementaron en un 113,66%, mientras que en la variación interanual ascendió al 256%. Con esos indicadores, un adulto necesitó unos 200 mil pesos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas, mientras que una familia de referencia debió contar con alrededor de 618 mil pesos para no caer en la línea de indigencia. Eso significó casi 12 mil pesos más que en septiembre para una persona adulta, y unos 36 mil pesos extras para una familia entera.
“Este salto lo asociamos a cómo crecieron en particular algunos alimentos y bebidas que son muy importantes, o que pesan mucho en la Canasta Básica Alimentaria, como las frutas, las verduras y buena parte de los lácteos. Si bien venimos con una desaceleración en los precios de los supermercados, puntualmente en el mes de octubre lo que observamos es un importante salto en la Canasta Básica Alimentaria promovido por estos bienes alimenticios que crecieron muy por encima de lo que midió la inflación general”, evaluó Calore.
En ese marco, lo que advierten desde el organismo es que los precios quedaron estabilizados en valores muy altos. “Pese a que somos un país, y en este caso una provincia productora de alimentos, comer sigue siendo muy caro”, expresó y agregó: “Tuvimos un salto tan importante en lo que fue la primera parte del año que nos estamos estabilizando en niveles de precios muy altos. El aumento en los alimentos básicos hace que la inflación impacte con mayor fuerza en los sectores de menos ingresos, que destinan todo su presupuesto familiar, o la mayor parte de él, a alimentarse”.