Las 31 líneas de colectivos que el Gobierno nacional transfirió a la Ciudad de Buenos Aires deberán tener cámaras internas, un sistema de seguridad con sensores y tecnología multipago para poder abonar con Sube o celulares y tarjetas de crédito o débito. Así lo estipula el "plan de movilidad" que el Gobierno porteño anunciará este miércoles, a dos meses del traspaso acordado entre Javier Milei y Jorge Macri. Se prevé que a futuro, a las 31 líneas se le sumen nuevos servicios de buses eléctricos que en principio circularán por el Casco Histórico, mientras se evalúan cambios en los recorridos de las líneas actuales y tarifas diferenciales por horario. 

El GCBA viene manteniendo reuniones con las empresas propietarias de las 31 líneas porteñas desde que a principios de septiembre se firmó el traspaso del control de los colectivos. Con trece servicios, DOTA es por lejos la empresa mayoritaria del sector, mientras que otras como Metropol, López o Nuevos Rumbos concentran dos o tres líneas cada una. Los cambios que se exigirán en las unidades, asegura el Gobierno, fueron hablados y aceptados por las empresas que no recibirán ningún beneficio a cambio de implementarlos más allá del subsidio de dos tercios del pasaje que ahora abona el Ejecutivo. 

En primer lugar, se exigirá que todas las unidades cuenten con cámaras de seguridad conectadas no con las terminales de las compañías y con el Centro de Monitoreo de la Ciudad. También el GCBA se hará cargo de llevar adelante controles de alcoholemia y narcotest a los conductores en las terminales de las líneas, mientras que las empresas deberán incorporar a sus servicios un sistema de sensores e inteligencia artificial para reducir los accidentes de tránsito. Las compañías deberán invertir en incorporar alguno de los llamados Advanced Driver Assistance Systems (ADAS), que utilizan sensores, luces y alarmas para detectar el movimiento de peatones y en algunos casos activar frenos automáticos.

Las flotas de las líneas también deberán ser renovadas. Se establecerá un máximo de diez años para cada unidad, mientras que apuntarán a reducir la antigüedad promedio de los coches, hoy ubicada en 6,5 años, para bajarla a 4,5. Para esto se prevé la renovación de un total de 241 unidades. Todos los colectivos dependientes del GCBA deberán contar con el mismo sistema multipago que el Gobierno prevé implementar en el corto plazo para la red de subtes y premetro. Los colectivos de la ciudad se podrán diferenciar del resto por el ploteo exterior: será de color azul y estará decorado con un diseño de fileteado. Eso será a los costados de las unidades, mientras que los frentes mantendrán los colores y diseños actuales para ser identificados tal como hasta ahora.

Todos los cambios mencionados se llevarán a cabo en un plazo de seis meses en paralelo a la publicación de la normativa correspondiente para habilitarlos, con el traspaso de Nación a Ciudad ya validado por la Legislatura. En ese plazo también se concretaría la puesta en marcha de la línea número 32 de la ciudad con el nuevo sistema de buses eléctricos que el Gobierno porteño ya licitó este año. Va a ser el primer colectivo cien por ciento eléctrico de la ciudad y circulará con un recorrido ida y vuelta entre Plaza San Martín y Parque Lezama atravesando el Casco Histórico. Está previsto que esa línea comience a funcionar en el primer semestre de 2025.

En el mismo sentido también está en marcha la licitación para incorporar una línea de "trambus". Aunque ni el plazo de implementación ni su recorrido están aún definidos, sí tiene una primera traza tentativa partiendo desde Congreso de Tucumán, terminal norte de la Línea D de subtes, para arribar a Retiro con paradas intermedias en lugares como el Parque de la Innovación o el Aeroparque con un recorrido costero. Ese trayecto podría ser extendido hasta Vuelta de Rocha, circulando por Puerto Madero en una segunda instancia. 

También a futuro se evalúa incorporar WiFi a las líneas de colectivos y redifinir algunos de sus recorridos. Desde Ciudad aseguran que muchos servicios tienen "recorridos ineficientes" que se superponen con los de otras líneas, ya sea porteñas o interjurisdiccionales, por lo que se podrían rever algunos trayectos. Las tarifas y los costos también entrarán en discusión tarde o temprano. Por ahora se mantendrán tal como están, con red Sube incluida, pero no se descartan modificaciones que podrían incluir la idea de tarifas diferenciales por horario, en particular en servicios nocturnos o de madrugada. También está en evaluación la posibilidad de algún tipo de tarifa integrada exclusiva de las líneas porteñas y el subte o beneficios para las personas que utilicen los dos servicios. 

El traspaso de las líneas completa un proceso en torno al transporte que comenzó en 2012 cuando Nación transfirió la red de subtes y el premetro a CABA. Las líneas transferidas son las 31 que transitan exclusivamente en territorio porteño: 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151. Desde Ciudad aseguran que el traspaso les permite pensar un "plan de movilidad" de carácter "integral" incluyendo al Metrobus, las bicisendas y ciclovías y las líneas eléctricas que se incorporarán. Aunque no hay trabajos de extensión previstos hasta el momento, sobre el subte dejan entrever que se podría discutir a futuro la posibilidad de obras que incluyan la salida a superficie de las formaciones